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Revista Electrónica Educare

On-line version ISSN 1409-4258Print version ISSN 1409-4258

Educare vol.17 n.2 Heredia May./Aug. 2013

 

La elaboración de la tesina como la última cuesta en la graduación: Sus dificultades y el rol de tutoría

Thesis preparation as the last step to graduation: difficulties and thesis supervision

Teresita Alcia Izura1*, Laura María Torres2*, Fabiana María Böhm Carrer3*, Sergio Edgardo Terrera4*, Adrián Edgardo Lucero5*

*Dirección para correspondencia:

Resumen

Este es un artículo científico derivado de un trabajo de investigación llevado a cabo en la Facultad de Educación Elemental y Especial de la Universidad Nacional de Cuyo, cita en Mendoza, Argentina, en la que  se dictan  ocho  ciclos de licenciaturas  que  requieren, para su titulación, la realización de una tesina. Si bien el objetivo del estudio  en que se enmarca  este escrito es indagar  acerca  de  los trayectos  de  tesina, tanto  desde  el relato  de  los egresados como  de  los directores, en  esta  instancia, se pondrá  especial énfasis en  aquellos  hallazgos obtenidos, vinculados con el rol del director o tutor, los esquemas de responsabilidades que se le asignan y las verdaderas  limitaciones de su tarea. De ello surgen  una serie de interrogantes e  implicaciones  respecto   al  papel  que  a  la  institución  le  cabe  al  respecto.  A modo   de ilustración de la diversidad de emergentes que se registran en el ámbito de la observabilidad, se desplegará parte de los resultados  de una investigación amparada en la estrategia metodológica cuantitativa, que  pone  al desnudo y en variables el entramado de dificultades que  se presentan frente  a la terminalidad  de  diversos  ciclos de  estudio. Se trabajó  con  un diseño descriptivo. Conformaron las unidades  de observación los estudiantes de las carreras pertenecientes a la institución en cuestión. El trabajo con datos secundarios  suministrados  por la misma institución y técnicas estadísticas, permitió sistematizar la información obtenida  para su análisis y posterior decantación en resultados pertinentes. Los hallazgos permiten establecer algunas  implicaciones vinculadas al rol de los tutores, al significado de la elaboración  de una tesina, a las brechas  temporales y a los vacíos institucionales  en torno  a estas problemáticas. Todo  esto  invita  a  revisar  el  compromiso   institucional,  en  cuanto   a  los  docentes que  se desempeñan como tutores  y a los estudiantes en la particular etapa  de tránsito del proceso de elaboración de la tesina.

Palabras claves. Terminalidad, tesina, tutor, formación de grado, estudio de caso.

Abstract

This paper is the result of a research project conducted in the Facultad de Educación Elemental y Especial of the Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, Argentina, where we have eight cycles of licenciaturas, which require a dissertation as a final project to graduate. Although the purpose  of this study is to know the stages  in the preparation  of a dissertation  –from the point of view of individuals graduated and thesis supervisors–, we will pay special attention to the role of the thesis supervisor, the scheme  of his/her responsibilities and the real limitations of his/her work. Many questions  arise concerning  the role of the institutions  on this matter. As an example, this paper provides the results obtained  from a research  based  on a quantitative methodological strategy, which shows the  difficulties observed  at the  end  of different  study cycles. A descriptive design was used. The observation  units of this study were the  students from the  participant  institution.  The  secondary  data  provided  by the  same  institution  and the  statistical  techniques   used  facilitated  the  systematization  of the  information  obtained for its analysis and subsequent classification of relevant results. The findings enable  us to see some  implications  related  to  the  role of thesis  supervisors, the  significance of preparing  a dissertation, and the  institutional  temporary  gaps on this matter. In conclusion, this paper is an invitation to review the institutional commitment in terms of the teachers working as thesis supervisors and the students  going through the thesis preparation.

Keywords. End, thesis, tutor,  formation, case study.

Se asiste, en la actualidad, a grandes modificaciones en los paradigmas vinculados a la educación y a la mediación de los aprendizajes. Todo mutó del paradigma de enseñanza al del aprendizaje, y la era del conocimiento acuña su impronta en los diversos niveles educativos de la sociedad.

También aparece una instancia superadora del ciclo de base que constituye el nivel de grado, ya que la multiplicidad de posgrados ofrecidos y el creciente número de titulaciones susceptibles de adquirirse en el trayecto de formación académica hacen del primer nivel mencionado un punto de partida para lo que parece será la formación especializada en diversos tópicos disciplinares.

Frente a estos nuevos escenarios, donde la oferta de formación desafía el tiempo disponible de los profesionales de cada disciplina y donde  la pertenencia al mundo  académico  exige la constante profesionalización, resulta, cuando menos atractivo, conocer algunas particularidades  vinculadas a demoras elocuentes en la terminación del ciclo de formación de grado.

Reiteradas  observaciones   realizadas  en  ámbitos  académicos  y,  especialmente,  en  la  institución objeto de este estudio, denotan vacancia vinculada al tratamiento de los inconvenientes  en los procesos de finalización de las tesis o tesinas, según sea el nivel del cual se trate.

Para esta comunicación6 se ha operativizado  la clase textual tesina como adecuada,  ya que alude a la terminalidad de las carreras de licenciatura,  en un tipo de trabajo donde  debe darse cuenta de la experticia en procesos de investigación y presentación de resultados.

La institución  seleccionada  para visualizar el fenómeno en cuestión  es la Facultad  de Educación Elemental y Especial de la Universidad Nacional de Cuyo (Mendoza, Argentina), cuyo “(…) ámbito de competencia comprende la formación universitaria de Profesores y Licenciados para los niveles inicial, primero y segundo ciclos de Educación General Básica, la educación de sujetos con necesidades especiales y la educación de adultos” (UNCUYO. FEEyE,  párr. 3).

Esta Facultad cuenta con una modalidad que desdobla las titulaciones de grado en dos niveles: el profesorado y la licenciatura. Ofrece ocho licenciaturas, cada una de ellas de dos años de duración y a las que pueden acceder los profesores egresados de la Facultad y otros profesionales del ámbito provincial, nacional e internacional que acrediten una titulación de técnico universitario.

Las licenciaturas que se desarrollan en el ámbito de la Facultad de Educación Elemental y Especial son:

• Licenciatura en Gestión de la Educación Especial
• Licenciatura en Gestión Institucional y Curricular
• Licenciatura en Educación Inicial
• Licenciatura en Creatividad Educativa
• Licenciatura en Educación Ambiental
• Licenciatura en Fonoaudiología
• Licenciatura en Psicomotricidad Educativa
• Licenciatura en Documentación y Gestión de la Información

Las características  particulares  de la unidad  educativa  seleccionada  como  estudio  de caso  han  permitido  profundizar  los procesos  de  comparación  constante y han  brindado, además, amplias oportunidades para indagar dimensiones  de la realidad relativamente  poco exploradas en la bibliografía a disposición.

Desde la información en cifras obtenida  y procesada  en la investigación  que encuadra este escrito, se ha podido avanzar en evidencias que permiten sostener una hipótesis central:

La terminación  de las tesinas  en las diversas carreras de licenciatura de la Facultad de Educación  Elemental  y Especial presenta  importantes   brechas  temporales,  años  de desgranamiento entre la culminación del tramo de aprobación de la última materia y la finalización de dicha tesina.

Así pues,  la estrategia  metodológica prevista para la primera parte  del estudio  es de corte cuantitativo y, para poder dar cuenta de la hipótesis, se trabajará con datos secundarios, proporcionados por Secretaria Académica de la mencionada institución.

Luego de esta suerte de diagnóstico descriptivo, el énfasis particular será depositado sobre el rol del tutor en cuanto a la realización de las tesinas. Y esto es así por cuanto la investigación madre de este trabajo, en una segunda etapa de corte cualitativo, arrojó un conjunto  de resultados  que constituyen hallazgos novedosos y resultan interesantes aportes acerca del objeto de estudio.

Para este escrito, se recortan los resultados entonces obtenidos y se focaliza exclusivamente en lo que al rol del tutor o director de tesina concierne. Se busca generar un producto acotado  y autónomo que dé cuenta del estado de esta particular problemática.

Las dificultades evidenciadas en cifras

A continuación,  se pretende sintetizar en tablas y figuras, algunas  de las variables más  significativas vinculadas a las dificultades en la terminación  de los estudios  de grado para las carreras ya mencionadas de la Facultad de Educación Elemental y Especial.

Para este trabajo, se extrajo parte  de la información de base de la investigación que le da origen. Concretamente se han seleccionado los años 2010 y 2011 respecto la cantidad de personas que rindieron su última materia y las que presentaron su tesina, en cada una de las ocho licenciaturas dictadas.

En la primera tabla que se presenta es posible analizar un dato potente, constituido por el rango que se establece entre el año en que se rindió la última materia y el año en que se egresó, es decir, el propio a la presentación y defensa de la tesina correspondiente.

Solo se vislumbra, en una de las ocho licenciaturas mencionadas, el caso de tres personas egresadas que han concluido, en el mismo año, los compromisos correspondientes al cursado y la aprobación de materias con las obligaciones orientadas a la elaboración y defensa de la tesina.

Sin embargo,  realizando  un análisis de los años  de demora  entre  los dos momentos establecidos, se aprecia que en el resto de las licenciaturas, el recorrido va entre los 3 y los 9 años, donde la demora modal corresponde a los 6 años y el promedio de años de demora a 3,87.

Para los ciclos de licenciatura mencionados, se hallan involucradas 16 personas que, atendiendo al año en que rindieron su última materia, consignan diversos periodos de desgranamiento.

Así entonces, el mayor desgranamiento lo evidencia una persona  que corresponde a la carrera de Licenciatura en Psicomotricidad  y que  espació  nueve  años  la presentación de su trabajo de tesina en referencia a la fecha de aprobación de la última materia.

La figura 1 permite ver la frecuencia absoluta  de estudiantes, por carrera y que a la vez forman parte de quienes participan de las brechas más significativas entre la aprobación de la última materia y la presentación de la tesis, lo cual tuvo lugar en los años 2010 o 2011.

A partir de la observación  de la información es posible visualizar que la mayor frecuencia corresponde a la carrera de Licenciatura en Educación Ambiental, cuatro individuos (en valores absolutos), porcentualmente un 25% del total de personas egresadas de la institución en estudio.

La figura precedente muestra  una  clara comparación  entre  los años  en que  se rindió la última materia y los años en que se egresó. Esta evidencia gráfica permite  ver situaciones polares, ya que la Licenciatura en Fonoaudiología presenta barras apareadas paralelas e iguales, es decir, coinciden  en el mismo año la aprobación de la última materia y la presentación y defensa de la tesina para las personas respectivas.

En tanto que, con una situación muy diferente, se visualiza a la Licenciatura en Psicomotricidad. Esta presenta la mayor distancia y diferencia entre el año de aprobación de la última materia y el año correspondiente a la presentación y defensa de la tesis. Mientras que en el primer caso todo ocurrió en el año 2010, en el segundo caso ocurrió entre los años 2002 y el 2011.

La figura de  sectores  a continuación,  constituye  información alternativa  a la que  se ha  presentado  precedentemente, pero  ofrece  otra  manera,  posiblemente más  elocuente, de observar  la información  correspondiente a la brecha, en años,  entre los dos momentos significativos seleccionados.

Otro aspecto interesante que surgió, al analizar estos largos recorridos hacia la culminación de las carreras, se vinculó con las calificaciones obtenidas en promedio, por los estudiantes en sus tesinas.

Es evidente que las calificaciones son iguales o superiores a 9, lo que, desde esta perspectiva, permite afirmar que el rendimiento en esta última instancia ha sido considerablemente alto.

No obstante, se puede mencionar que las menores calificaciones en promedio corresponden a la Licenciatura en Documentación  y Gestión de la Información, 9, y las calificaciones más elevadas corresponden a la Licenciatura en Educación Inicial y Fonoaudiología, 10.

Si se realiza una mirada global de todas las licenciaturas en relación con la calificación promedio de sus tesis, las que consignan mayores y mejores notas son la Licenciatura en Educación Inicial y en Fonoaudiología.

A continuación  se presentan las tablas 3 y 4, que trabajan con las personas  egresadas, entendidas como aquellos alumnos alumnas que rindieron la última materia, según frecuencias absolutas  por  carrera y para  los  dos  años  que  se han  seleccionado,  esto  es 2010 y 2011, diferenciados por sexo.

Las dos tablas precedentes  permiten observar que es ostensiblemente mayor el número de mujeres abocadas al estudio de estas licenciaturas sobre los varones; no obstante, en algunas de ellas se consigna la presencia masculina, por ejemplo, en Licenciatura en Creatividad, en Documentación y Gestión de la Información, en la Licenciatura en Educación Ambiental y en la de Gestión.

La tabla 5 presenta, integrados, los valores correspondientes a varones, mujeres, carreras y los dos años que se han tomado como referencia, con sus respectivos totales.

En síntesis, se puede  colegir, del tratamiento de estos datos, la existencia de una demora sustantiva en los trayectos de estudiantes de las licenciaturas. Esta excede, por mucho, en años, los tiempos previstos en los currículos para este tipo de formación. Esta situación se destaca al trabajar con los años en que el alumnado rindió su última materia y, los años en que dieron por concluida su tesina.

Lamentablemente, no se ha podido  seguir la suerte de desgranamiento que se produce año tras año, sino un trayecto entre los dos momentos extremos. Se advierte, del mismo modo, que el desgranamiento de los estudiantes se concentra en la mayoría de las carreras, aunque no en todas, ya que existen excepciones  como la Licenciatura en Fonoaudiología y Educación Inicial, donde entre la fecha de presentación de la última materia y la posterior presentación de la tesinas se verifican años de diferencia y, en ciertos casos, estos años exceden el tiempo que les ha llevado a los estudiantes rendir todas las materias correspondientes.

Si el análisis se centra en la cantidad de personas  egresadas  en los dos años analizados, es posible observar que el 68,45% del grupo presentó su tesina en 2010 y con eso concluyó sus estudios de grado; en tanto que el 38,55 % lo hizo en el año 2011.

Asimismo, al interior de las carreras trabajadas,  la Licenciatura en Gestión evidencia  los mayores porcentajes de egreso para ambos años, con el 35,6% en el año 2010 y el 45,5% en el 2011.

La observación  generalizada  permite  aventurar  algunos  aspectos  que  pueden incidir, causalmente, en la situación de dilación que se evidencia. Por ejemplo, el hecho de que los ciclos de licenciatura tengan una organización posterior a los ciclos de profesorado hace que mucha gente que asiste a los primeros deba, a su vez, trabajar, lo que podría, en algún caso, justificar las demoras. En el mismo eje, el sentido  de responsabilidad cambia  y las personas  quieren hacer procesos  de formación más serios y concienzudos, lo que también  puede contribuir a demandar más tiempo. Muchas de estas personas han perdido ritmo de estudio y, para el caso de la finalización de la carrera, la soledad  de la elaboración  de la tesis las paraliza. Además, y como  se menciona posteriormente, hay algunos  aspectos  ligados  de  manera  directa  a la institución, como la falta de disponibilidad de directores o tutores, tanto de contenidos teóricos como metodológicos. En el mismo sentido, la falta de un seguimiento institucional  frente al desgranamiento o de un programa abocado  a acompañar  la última etapa de elaboración de la tesina puede  ser otro de los tópicos presentes.

Tesinas y tutores

Frente a la suerte de diagnóstico que el trabajo y sistematización de datos cuantitativos arrojó, en la primera  fase de  la investigación  realizada  –y que  somera,  pero acabadamente se ha presentado hasta  aquí–  se llevaron a cabo  entrevistas  en profundidad a los actores involucrados, es decir, egresados y egresadas recientes y a personal que fungió en funciones de dirección de tesinas, a fin de conocer, en sus propios relatos, acerca de las dificultades que los datos empíricos sugerían y que la revisión teórica avalaba. De esta indagación  realizada surge la apreciación acerca de la gravitante importancia que reviste, en el proceso de tesina, el rol del director o directora.

Existe, en el imaginario, la idea de altos niveles de dificultad para la terminación  de las tesinas; sin embargo, también  hay evidencias  más concretas. Ulrich y Smallwood reportan, en Rosas (2006), que las cifras indican que el abandono de los estudios doctorales en Estados Unidos se encuentra alrededor de 40 a 50%, con un promedio de permanencia de 6 a 7 años.

Frente a parte de esa realidad, es interesante  retomar y profundizar el conocimiento  del fenómeno, tal lo hecho en la investigación referida, a cargo de los autores del presente  escrito

Una buena  apreciación sobre el trabajo de elaboración  de una tesina se sintetiza en el aporte de Támola (2005) cuando sostiene que “(…) de todas formas, el esfuerzo por sistematizar los rasgos característicos de las Tesinas de licenciatura es ciertamente válido, porque resulta un intento por descubrir, a los que se están iniciando en el proceso de composición, el camino de textualización transitado por los que ya han ganado  con creces su título” (p. 235).

Por su parte, Borsinger (2005) comenta que “(…) la tesis representa  el ordenamiento del conocimiento obtenido durante  la elaboración de un largo trabajo de acumulación, análisis y desarrollo de conocimiento” (p. 267).

A estas alturas resulta evidente  la relevancia y complejidad  que implica la elaboración de una tesis –o tesina para este caso particular–, por lo que es importante  profundizar otras contribuciones autorizadas.

Los especialistas aportan  conocimiento  en relación con numerosos  casos detectados en el marco de diversas investigaciones, e incluso generado  en trabajos tales como el realizado por Valarino (1997), una  suerte de  taxonomía  donde  se establecen  conceptos  nominales  o clasificatorios para trabajar  con los casos que presentan dificultades  con el trabajo final de tesina. Así, entonces, se habla de TMT (todo menos tesis) y de TMI (todo menos investigación). La autora define al TMT en los siguientes términos:

Este síndrome  se  manifiesta  objetivamente en  los estudiantes por  el abandono o postergación persistente  en la elaboración del trabajo de investigación en cualquiera de sus etapas (generación, implementación, escritura, publicación), habiendo cumplido con los otros requisitos (...). (p. 34)

Sin embargo, la autora  avanza  y pone  luz sobre  una  dificultad aún  mayor, es decir, promueve conocimiento sobre el hecho de que TMT es uno de los aspectos que resultan de un paraguas de dificultades mayores, tal como las TMI. Conceptualiza estas de la siguiente manera:

Es  el  concurso  de  trastornos,  impedimentos,  obstáculos,  actitudes,  sentimientos   y conductas  inadecuadas,  ausencia  o  deficiencia  de  algunas  destrezas   o  lagunas  de conocimiento,  que  presentan o enfrentan  los estudiantes, profesores  y profesionales cuando  abordan  la tarea de diseñar, planificar, desarrollar, escribir, supervisar y publicar trabajos de investigación o proyectos a largo plazo (…). (p. 255)

Si bien las dificultades puestas al desnudo a la hora de la elaboración y terminación de las tesinas son de carácter multifactorial, Rosas et al. (2006, p. 2) “(…) ha detectado que la influencia del Tutor es muy relevante para determinar el éxito en la culminación del trabajo (…)”.

Entonces, teniendo en cuenta esta observación, sería interesante  partir desde  una clara conceptualización de tutor, para lo cual se han consultado múltiples fuentes.

Desde una perspectiva epistemológica, la palabra tutor viene del latín tutor, tutoris, cuyo significado es: persona que ejerce la tutela.

Según Ruiz (2002, p. 2), “(…) por tutela se entiende  al ejercicio de la dirección, amparo o defensa de una persona respecto de otra”.

De acuerdo  con el Diccionario de la lengua española  (Real Academia Española, 1992, p. 1448), “(…) el tutor es la persona  encargada  de orientar a los alumnos  de un curso o de una asignatura. La misma fuente  señala que  la acción de la tutoría es un método  de enseñanza por medio  del cual un  estudiante  o un grupo  pequeño de estudiantes reciben  educación personalizada  e individualizada de parte de un profesor”.

La Enciclopedia internacional de la educación (Husén y Postlethwaite,  1992, p.  5729) sostiene que la tutoría se utiliza, principalmente, para proporcionar enseñanza compensatoria o complementaria  a los  estudiantes que  tengan dificultades  para  aprender  mediante  los métodos  convencionales  o que tienen necesidades especiales  que les impiden  participar en un programa de enseñanza regular. La tutoría se lleva a cabo comúnmente, durante o después  de la jornada  escolar ordinaria y por obra de alguien  que  no es el  maestro  regular  de las estudiantes o de los estudiantes.

La tutoría se considera también una forma “(…) de atención educativa donde el profesor apoya a un  estudiante o a un grupo  pequeño de estudiantes de una  manera  sistemática, [por medio de la] estructuración de objetivos, programas, organización por áreas, técnicas de enseñanza apropiadas [e] integración de grupos conforme a ciertos criterios y mecanismos de monitoreo  y control, entre otros (…)” (Alcántara, 1990, p. 57).

Por otra parte, Latapí (1988) indica que  es importante  subrayar que  la tutoría propicia una relación pedagógica diferente a la propuesta por la docencia cuando se ejerce ante grupos numerosos.  En ese  caso,  el  profesorado  asume  el papel  de  consejería  o de  compañero  o compañera mayor. Ahí, el ambiente es mucho más relajado y amigable. Además, las condiciones del espacio físico, en donde tiene lugar la relación pedagógica, deben ser más acogedoras.

Entonces, es aquí donde debe retomarse parte de la naturaleza del trabajo de tesina y no debe perderse de vista que se trata de trabajos dirigidos a un tribunal de especialistas o, por lo menos, de personas  que ya han superado, en algún momento, la instancia de elaboración de un trabajo de este tipo. Además, son documentos con un formato particular, que Támola (2005) destaca  como “(…) escritos, dirigidos por un director que  debe orientar al tesista  y hacerse cargo de la evaluación del contenido  y de la forma de la tesina, será el director el que debe aprobar el borrador del trabajo final escrito a los efectos de su impresión definitiva” (p. 235).

Por tanto, es importante  asimilar dos conceptos  que denotan una misma función como son el de tutor y el de director, en tanto sintetizan la acción de determinados sujetos académicos que acompañan el quehacer de estudiantes en cuanto a la elaboración de su trabajo final.

En este sentido, se debe considerar que en el tutor se personifica alguien con experiencia en investigación y conocimientos sobre determinado campo disciplinar (Garritz y López, 1989); pero también  es preciso tener en cuenta otro aspectos, como la disponibilidad de tiempo y la inclinación a colaborar con otros individuos sometidos  a las exigencias de niveles de grado y posgrado.

Dada la relevancia y el alto nivel de implicancia en el desarrollo de la tarea de elaboración de la tesis, se retoma un concepto de Valarino (1997), citado por Rosas et al. (2006), quien define la tutoría o dirección de tesis de la siguiente manera:

(…) El profesor que ejerce el rol de supervisor académico  de la tesis, asignado  por las autoridades del  programa  de acuerdo  con el estudiante,  quien  lo acompaña durante todo el proceso de investigación. Este rol está pobremente descrito en los documentos oficiales y se lo denomina de diversas maneras: profesor guía, profesor asesor, profesor consejero y tutor. (p. 129)

Ahora bien, sería interesante  avanzar en el camino que orienta sobre las competencias propias  de  quien  ejerce  las labores  de  tutoría, dado  que  quienes  solicitan su guía  suelen realizarles demandas que trasuntan su función o responsabilidad.

En otros casos, muy actuales por cierto, el rol del tutor cumple una función meramente decorativa, en la medida  que se solicita su presencia  para cumplir los aspectos  burocráticos institucionales,  pero se hace  evidente  su ausencia  al momento de asumir un compromiso concreto de acompañamiento del proceso.

A la figura del tutor  o director,  sería interesante  sumar  la figura del codirector  o codirectora,  que  también  se constituye  en una  figura de acompañamiento de la tarea y que, en ciertos casos, se vincula a la persona  tesista  por afinidad  temática  o cercanía jurisdiccional.

En fin, de la misma manera en que puede  haber directores presentes  o ausentes, puede  haber  codirectores  en  igualdad  de  condiciones.  Por tanto,  las garantías  de  la función  no descansan en la presencia o la figuración.

La tarea  de  tutorear  es  una  más  en  el  amplio  abanico  del  proceso  de  enseñanza aprendizaje  y, en este  sentido, Garritz y López (1989) plantean  que  la tutoría  es un tipo de enseñanza personalizada, donde tutor y alumno son partícipes en un proceso de creación, en el cual, por lo general el estudiante aprende  a realizar investigaciones. Entonces, como en toda instancia de este tipo, será función del tutor orientar, alentar y estimular al estudiante a fin de que este despliegue  todas sus potencialidades.

El director o directora, por su parte, no se enfrenta a una tarea más, sino que se compromete en la realización de una serie de quehaceres que apelan a su formación de manera integral, tomando a su cargo demandas no solo referidas a “lo que sabe” sino que además interpelan “lo que es”.
Respecto a las responsabilidades del tutor, diversos teóricos han realizado señalamientos. Un buen modelo de responsabilidades, aún vigente, lo presenta la Universidad Autónoma
de México (2009), donde se establecen, para el caso del posgrado concretamente de maestrías, determinadas responsabilidades que no escapan a ningún nivel de esta tarea, a saber:

•Supervisar de cerca el desarrollo de la investigación y la escritura de los resultados.

•Asesorar al estudiantado en la elección de seminarios y otras actividades  académicas  que contribuyan a su formación.

•Emitir una opinión cuando juzgue que ha sido adecuadamente concluida la escritura del trabajo.

•Informar por escrito al comité académico, sobre el desempeño de cada estudiante, por lo menos una vez por semestre.

•Asesorar  al  comité  académico  en  los  asuntos  relacionados   con  los  estudiantes  y  las estudiantes a su cargo.

Además de  cursar en  el cuarto  semestre  un  seminario  de  investigación,  a cargo  de su director  de  trabajo final de investigación,  el estudiante deberá  participar en otras actividades de investigación afines a su trabajo y también  coordinadas  por su director. En caso de problemas en la relación  estudiante-director y, si lo juzgase  necesario,  el comité académico, podrá [designar otra persona para la dirección]. (Universidad Nacional Autónoma de México [UNAM], 2009, Funciones del tutor principal de tesis, párr. 10)

Se puede  agregar a estas responsabilidades y funciones previstas por la UNAM, algunas que  Rosas et al. (2006) retoman  de Mi Kim (1986), quien  alude  a aportes  de Welsh (1978) y Moses (1984), donde expresamente mencionan entre las responsabilidades del director o tutor:

Conocer con  profundidad el área  de  estudio  para  poder  proporcionar  consejo,  guía y crítica  constructiva,  ser capaz  de establecer  una  relación interpersonal efectiva con sus tutoriados, para poder motivarles y ser un gerente  eficaz que esté en capacidad  de supervisar efectivamente  la organización y ejecución del trabajo de grado. (p. 8).

No obstante lo mencionado,  desde  la perspectiva  de  otros  textos  consultados,  sería importante incorporar a las funciones y responsabilidades, la necesidad de disponer de tiempo suficiente  para realizar la tarea, contar  con experiencia  en trabajos  de investigación  y tener dominio de metodología de la investigación, en este último aspecto se concentrará la adecuada formulación del problema,  los objetivos y la coherencia interna del estudio  (González, 1993, citado en Rosas et al, 2006).

Si bien se trabaja con el rol de tutoría, es posible establecer  que su protagonismo puede  facilitar u  obstaculizar  la concreción de la tarea en cuestión,  por lo que debería considerarse lo siguiente:

Entre las dificultades que se suelen  vislumbrar, una se halla íntimamente asociada  a la formación de la persona  del director, dado  que  no siempre  es posible encontrar  en la misma  persona  toda  la  integralidad  mencionada en  la cita precedente.  Ciertamente, una de las fallas más frecuentes  se vincula al hecho  de que en reiteradas ocasiones  los estudiantes encuentran al Director que posee  un cúmulo importante  de conocimientos  temáticos, vastos, resultante  de años de estudio  pero que, puede  no tener la necesaria disposición a asumir la tarea de dirección por problemas de tiempo, de otros compromisos asumidos  o  de  falta, incluso,  de  respaldo  institucional.  Por su  parte,  no  siempre  la formación  disciplinar  se  halla  complementada  con  la  formación instrumental   y de carácter  transversal,  como  son, por ejemplo,  el instrumental  metodológico y a veces, estadístico. (Torres, Izura, Böhm, Lucero y Terrera 2011, p. 38)

Otro modelo  interesante   de  caracterización  de  los directores,  es  el que  surge  de  una investigación realizada por Rosas et al. (2006) y que presenta los siguientes resultados de acuerdo con la indagación realizada a una muestra determinada de estudiantes. Entre las características para el desempeño de sus funciones, se precisan las que se encontraron más relevantes:

•    Mostrar experiencia investigativa.

•  Demostrar seguridad en sus habilidades de asesoría e investigación.

•    Ser responsables en el cumplimiento de sus funciones.

•    Mostrar apertura a nuevas formas de abordar puntos sometidos  a discusión.

•    Demostrar experiencia para supervisar investigaciones.

•    Tener estabilidad emocional.

•    Aportar ideas y sugerencias constructivas.

•    Facilitar información actualizada sobre el tema y las fuentes de información.

•    Evidenciar destrezas en el manejo de información.

•    Suministrar información al estudiante sobre líneas de investigación factibles.

Con respecto a las competencias:

•    Mostrar experiencia investigativa.

•  Demostrar seguridad en sus habilidades de asesoría e investigación.

•    Ser responsables en el cumplimiento de sus funciones.

•    Mostrar apertura a nuevas formas de abordar puntos sometidos  a discusión.

•    Demostrar experiencia para supervisar investigaciones.

Con respecto a las condiciones personales:

•    Tener estabilidad emocional.

Con respecto a las funciones del rol:

•    Aportar ideas y sugerencias constructivas.

•    Facilitar información actualizada sobre el tema y las fuentes de información.

•    Evidenciar destrezas en el manejo de información.

•    Suministrar información al estudiante sobre líneas de investigación factibles.


Luego del recorrido bibliográfico y, muy particularmente, a partir del trabajo de campo realizado  en la investigación  marco de este  escrito, es posible  contribuir con algunos  otros ítems que podrían considerarse, tales como la necesidad de que el profesor o profesora que va a desempeñar cargos de dirección de tesis cuente con un apoyo institucional que respalde su tarea, y que reconozca la carga que implica el seguimiento y acompañamiento en la elaboración de un trabajo de esta envergadura.

Por otra parte, y apelando a los aportes  disciplinares de la pedagogía,  debe  suplirse a quienes estén dispuestos  a asumir estos compromisos  de dirección, de todas  las estrategias necesarias y contributivas para agilizar la realización del trabajo, como elementos favorecedores tanto de la tarea docente como de la receptividad estudiantil.

Asimismo, la actualización permanente constituye un requisito indispensable para lograr un acercamiento del director con sus estudiantes;  además, actualmente resulta indispensable el uso y manejo de herramientas informáticas, de comunicación entre personas y de búsqueda de información. En el mismo sentido, el acceso y manejo  de idiomas también  deviene  en un elemento  favorecedor.

Por último (no todo  se agota  en aspectos  externos  o que puedan aprehenderse desde  lo contextual), existen ciertos elementos  endógenos como el rapport que pueda  establecerse con los estudiantes,  la paciencia,  la disponibilidad,  la pasión, los modos  de enseñanza, las estrategias  de transmisión  de conocimientos  y, por sobre  todas  las cosas, la transmisión  de real interés por avanzar en las instancias de investigación, fundamentales frente a la dificultad evidenciada de baja terminalidad de estudios de grado.

El rol del la persona  tutora es determinante  a la hora de elaborar tesinas, y esto puede  adquirir un cariz positivo o negativo, por lo que, en el caso de estudio, no puede  dejar de considerarse  como  un  aspecto  de  relevancia  omnipresente en  las causas  por  considerar cuando se analiza la dilación en los plazos de concreción de los estudios.

Conclusiones

En síntesis, se sabe que en la línea de las dificultades, el rol que pueda  desempeñar el director o directora de tesis no es inocuo a los resultados que pueda alcanzar o no el estudiante.

Ciertamente, no se conoce el grado de incidencia que este rol puede  tener en relación a la no terminación de la tesina o a la no incursión en la investigación, pero no puede  dejar de considerarse como un factor de influencia.

Se evidencia,  a través  del  trabajo bibliográfico, un  interés  especial  por  parte  de  las instituciones  en destacar  el papel fundamental del tutor o director, al poner  especial énfasis en sus funciones  y responsabilidades. Por tanto, es de interés institucional  su existencia y la delimitación de los alcances de su incumbencia.

Sin duda,  la cercanía  a la etapa  de  culminación  de  la carrera significa, para muchos estudiantes, el inicio de un largo camino  que, impregnado de soledad  y fuera de ritmo en relación con las prácticas que se venían desarrollando, se convierte en un desafío que rompe con la inercia que se puede  haber tenido a lo largo de la época de cursado y de presentación de materias.

Sucede, también, que en muchos casos los estudiantes depositan demasiadas expectativas en el tutor o tutora y pierden de vista que “es solo eso” y que, de una u otra forma, también corresponde a la función de dirección otorgar márgenes de soledad y libertad para que el estudiantado se vea forzado a superar escollos y a aprender esta nueva forma de ganar conocimientos.

Si bien se han señalado  diversas apreciaciones  sobre las funciones  y responsabilidades esperables  de un director  o directora, debe  insistirse en el hecho  de que  esta  figura no es garante del éxito en la realización de la tarea.

Entonces, la función de acompañamiento, que tan bien se ha descripto desde los aportes de los especialistas mencionados, no debe  ser intrusiva, sino guardar la distancia precisa para estimular  la acción de  trabajo del estudiante;  acompañarle,  pero no realizar las tareas que garantizan el aprendizaje de, por ejemplo, la aplicación de los procesos de investigación.

Tampoco hay que  desestimar  otros  aspectos  externos  a la persona  directora,  y más vinculados  a  cuestiones   de  índole  institucional,  como  son  la ausencia  de  apoyo  para  el desempeño del rol, la carencia de estímulos  para llevar a cabo esta tarea e incluso falencias en programas  de capacitación  y actualización permanentes, pues estos últimos pudieran  ser favorecedores de estrategias de vinculación con los estudiantes, que por lo general pertenecen a grupos generacionales alternativos al de los directores.

Surge  aquí  algo  interesante   que  tiene  que  ver  con  una  serie  de  cuestionamientos vinculados  a si el director  o tutor  es alguien  imprescindible para  la labor  institucional  que garantiza la culminación de una carrera de grado, y hasta qué punto debería la institución en cuestión, estimular, favorecer y valorar la tarea que desempeña.

¿No debería  la propia institución  vehiculizar los mecanismos  imprescindibles para que los profesionales puedan desempeñar el rol de dirección, dado que estas no son competencias incluidas en la formación de grado de los propios docentes, sino que exigen de formación, de tiempo, de investigación, de estudio y de trabajo, extraordinarios a sus tareas habituales?

Ciertamente, la elaboración de las tesis, tal como se presumía al momento de elaborar este trabajo, evidencia dificultades. Probablemente la institución deberá  reparar en los incidentes que emergen  en esta etapa y que generan  profundas brechas en la mayoría de los casos.

Las demoras que se evidencian para la culminación de los estudios, ¿pueden relacionarse con un compromiso  institucional o la ausencia de él, en el que de alguna manera se acuerde con las personas directoras para ese  acompañamiento final, en el sentido  de  que  no debe exceder la cuantía de años que aquí se han presentado?

Otro aspecto  particular es el número  de mujeres  abocadas  al estudio  de las diversas carreras, lo que coincide con otros datos  de la realidad  que  refieren al sector de educación como preferente y mayoritariamente desempeñado por mujeres. Por supuesto, existen algunas excepciones  que  en este  caso tienen  que  ver con dos carreras,  Licenciatura en Educación Ambiental y en Documentación y Gestión de la Información.

También  se puede  resaltar que,  al tomar  el caudal  de alumnos  que  egresaron  en los años 2010 y 2011, esto permite observar el flujo de egresados  por carrera, donde  se pone de manifiesto la masividad de algunas especialidades  frente a pequeños números  de egresados  en otras.

En relación con la hipótesis formulada para este estudio, que sostenía que: la terminación de las tesinas en las diversas carreras de licenciatura de la Facultad de Educación Elemental y Especial, presenta importantes brechas temporales, años de desgranamiento entre la culminación del tramo de aprobación de la última materia y la finalización de dicha tesina, es posible, desde la evidencia empírica que proporciona la información en cifras, verificarla, dado que se constituye en el tópico central la mencionada brecha entre los dos momentos señalados.

Sin embargo, no se puede  dejar de destacar  que  los promedios de las calificaciones obtenidas en la presentación y defensa  de la tesina evidencian  altas notas, con lo que no se ponen de manifiestos problemas estructurales vinculados a la elaboración de los conocimientos  y los saberes. Por tanto, ¿hasta qué punto puede vincularse la demora en la realización a una suerte  de  desafección  institucional  que  se ha  motivado  por  falta  de  contención,  falta de docentes disponibles para la dirección, falta de acompañamiento efectivo, falta de compromiso que implique el cumplimiento de plazos, más allá de las naturales dificultades particulares que pueda tener una persona frente a la tarea de elaborar una tesis?

En fin, hasta  aquí se han expuesto  solo los aspectos  sobresalientes, podría continuarse con la elaboración de nuevos cruces de variables y la profundización de categorías de análisis que  generaran  más  información; no obstante,  esta  es vasta, en el sentido  de los objetivos previstos para este escrito.

Referencias

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Citas y notas

6  Avances preliminares de este trabajo han sido presentados en el III Encuentro Latinoamericano de Metodología de las Ciencias Sociales (ELMeCS), “Métodos alternativos o críticos de la investigación en ciencias sociales” Construcción de opciones metodológicas para las ciencias sociales contemporáneas, Manizales (Colombia), 30-31 de agosto y 1 de septiembre de 2012.

*Correspondencia a:

Teresita Alcia Izura. Licenciada en Ciencias Políticas y Administración Pública por la Universidad Nacional de Cuyo. Doctora por la Universidad de Jaén, España, en Humanidades y Ciencias Sociales. Magister en Ciencias Sociales por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, cuenta, además, con diplomaturas y especializaciones afines a metodología de investigación y estadística. Investigadora y docente  efectiva en las cátedras de Metodología y técnicas de investigación cuantitativas y cualitativas y en la cátedra de Estadística y Demografía, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales y en la Facultad de Educación Elemental y Especial de la Universidad Nacional de Cuyo y en otras universidades. Participa de numerosos eventos científicos y ha recibido premios, subsidios y becas. Dirección Profesional: Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Parque General San Martín, Ciudad Universitaria, Ciudad, Mendoza. Teléfono: 0054 261 4135008, interno 2043. Facultad de Educación Elemental y Especial. Universidad Nacional de Cuyo. Argentina. pupuiz@yahoo.com.ar
Laura María Torres. Investigadora adjunta del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICET), con lugar de trabajo en el Instituto Argentino de Investigaciones de las Zonas Áridas (IADIZA – CCT CONICET Mendoza). Se desempeña, además, como  docente-investigadora de  la Facultad  de  Educación Elemental  y Especial, dependiente de la Universidad Nacional de Cuyo. Licenciada en Trabajo Social por la Universidad Nacional de Cuyo. Magíster en Antropología por la Universidad Nacional de Córdoba. Doctora en Antropología Social por la Universidad de Sevilla. En el seno de la Facultad de Educación Elemental y Especial (UNCuyo) se desempeña al interior del Departamento de Metodología de la Investigación y desarrolla una línea de investigación interesada por el estudio de los procesos de elaboración de los trabajos de tesis. Facultad de Educación Elemental y Especial. Universidad Nacional de Cuyo. Argentina. ltorres@mendoza-conicet.gob.ar
Fabiana María Böhm Carrer. Licenciada en Sociología por la Universidad Nacional de Cuyo - UNC- , Mendoza, Argentina y ha terminado de cursar, en el año 2010, la Maestría en Criminología en la Universidad del Aconcagua - UDA - de Mendoza. Actualmente se desempeña como docente en la Carrera de Trabajo Social de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la U.N.C, y en la Carrera de Niñez, Adolescencia y Familia de la Facultad de Psicología de la U.D.A. Posee antecedentes como integrante  de grupos  de investigación vinculados a las temáticas  del género  y el trabajo, aspectos de la educación superior y problemática actuales de la criminología. Directora y co directora de numerosos proyecto de investigación. Ha publicado artículos y capítulos de libros en torno a la metodología de investigación y su relación con el uso de diversos software. Facultad de Educación Elemental y Especial. Universidad Nacional de Cuyo. Mendoza, Argentina. bohmcarrer@yahoo.com.ar
Sergio Edgardo Terrera. Licenciado en Documentación y Gestión de la Información. Egresado de la Facultad de Educación Elemental y Espe- cial, UNCuyo, distinguido con las medallas “Mejor promedio Tecnicatura en Documentación” (2007) y “Mejor egresado de los ciclos de Licenciaturas” (2011), donde se desempeña como profesor invitado a cargo de la asignatura “Introduc- ción a las Ciencias de la Información”. Acredita posgrados de formación continua en su campo de formación. En el área de investigación participa de numerosos equipos de investigación en la FEE y Especial de la UNCuyo. Asimismo, ha presentado numerosas ponencias en encuentros científicos y ha recibido numerosos premios, es evaluador especial-ista en la Dirección General de Escuelas, para proyectos de capacitación a los Bibliotecarios Escolares y desde el 2001 es el responsable efectivo de la Biblioteca del Agua, del Departamento General de Irrigación. Facultad de Educación Elemental y Especial. Universidad Nacional de Cuyo. Mendoza, Argentina. sterrera@yahoo.com
Adrián Edgardo Lucero. Licenciado en Documentación y Gestión de la Información. Técnico Universitario en Documentación,  por la Universidad Nacional de Cuyo. Actualmente cursa el Posgrado en Especialización en Docencia Nivel Superior, Universidad J.A. Maza, Mendoza. Actividades profesionales  actuales: Instituto Nacional de Vitivinicultura, Biblioteca Especializada Universidad J.A. Maza,  Biblioteca Universitaria. Ha presentado numerosas ponencias y obtenido premios y acredita múltiples cursos realizados en torno al uso de biblioteca electrónica, biblioteca digital, bibliotecas populares, públicas y escolares. Manejo de software para análisis de datos cualitativos: Atlas.Ti, Gestión de calidad, Interpretación e implementación de la NORMA ISO 9001, Gestión de la información para el desarrollo integrado. Ha participado de  programas  de  entrenamiento laboral  en  organización,  grupos  y liderazgo  e introducción  a la Ley de Administración y técnicas de control en el sector público, en INAP. Facultad de Educación Elemental y Especial. Universidad Nacional de Cuyo. Mendoza, Argentina. wine_xxi@yahoo.com.ar
1. Licenciada en Ciencias Políticas y Administración Pública por la Universidad Nacional de Cuyo. Doctora por la Universidad de Jaén, España, en Humanidades y Ciencias Sociales. Magister en Ciencias Sociales por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, cuenta, además, con diplomaturas y especializaciones afines a metodología de investigación y estadística. Investigadora y docente  efectiva en las cátedras de Metodología y técnicas de investigación cuantitativas y cualitativas y en la cátedra de Estadística y Demografía, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales y en la Facultad de Educación Elemental y Especial de la Universidad Nacional de Cuyo y en otras universidades. Participa de numerosos eventos científicos y ha recibido premios, subsidios y becas. Dirección Profesional: Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Parque General San Martín, Ciudad Universitaria, Ciudad, Mendoza. Teléfono: 0054 261 4135008, interno 2043. Facultad de Educación Elemental y Especial. Universidad Nacional de Cuyo. Argentina. pupuiz@yahoo.com.ar
2. Investigadora adjunta del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICET), con lugar de trabajo en el Instituto Argentino de Investigaciones de las Zonas Áridas (IADIZA – CCT CONICET Mendoza). Se desempeña, además, como  docente-investigadora de  la Facultad  de  Educación Elemental  y Especial, dependiente de la Universidad Nacional de Cuyo. Licenciada en Trabajo Social por la Universidad Nacional de Cuyo. Magíster en Antropología por la Universidad Nacional de Córdoba. Doctora en Antropología Social por la Universidad de Sevilla. En el seno de la Facultad de Educación Elemental y Especial (UNCuyo) se desempeña al interior del Departamento de Metodología de la Investigación y desarrolla una línea de investigación interesada por el estudio de los procesos de elaboración de los trabajos de tesis. Facultad de Educación Elemental y Especial. Universidad Nacional de Cuyo. Argentina. ltorres@mendoza-conicet.gob.ar
3. Licenciada en Sociología por la Universidad Nacional de Cuyo - UNC- , Mendoza, Argentina y ha terminado de cursar, en el año 2010, la Maestría en Criminología en la Universidad del Aconcagua - UDA - de Mendoza. Actualmente se desempeña como docente en la Carrera de Trabajo Social de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la U.N.C, y en la Carrera de Niñez, Adolescencia y Familia de la Facultad de Psicología de la U.D.A. Posee antecedentes como integrante  de grupos  de investigación vinculados a las temáticas  del género  y el trabajo, aspectos de la educación superior y problemática actuales de la criminología. Directora y co directora de numerosos proyecto de investigación. Ha publicado artículos y capítulos de libros en torno a la metodología de investigación y su relación con el uso de diversos software. Facultad de Educación Elemental y Especial. Universidad Nacional de Cuyo. Mendoza, Argentina. bohmcarrer@yahoo.com.ar
4. Licenciado en Documentación y Gestión de la Información. Egresado de la Facultad de Educación Elemental y Espe- cial, UNCuyo, distinguido con las medallas “Mejor promedio Tecnicatura en Documentación” (2007) y “Mejor egresado de los ciclos de Licenciaturas” (2011), donde se desempeña como profesor invitado a cargo de la asignatura “Introduc- ción a las Ciencias de la Información”. Acredita posgrados de formación continua en su campo de formación. En el área de investigación participa de numerosos equipos de investigación en la FEE y Especial de la UNCuyo. Asimismo, ha presentado numerosas ponencias en encuentros científicos y ha recibido numerosos premios, es evaluador especial-ista en la Dirección General de Escuelas, para proyectos de capacitación a los Bibliotecarios Escolares y desde el 2001 es el responsable efectivo de la Biblioteca del Agua, del Departamento General de Irrigación. Facultad de Educación Elemental y Especial. Universidad Nacional de Cuyo. Mendoza, Argentina. sterrera@yahoo.com
5. Licenciado en Documentación y Gestión de la Información. Técnico Universitario en Documentación,  por la Universidad Nacional de Cuyo. Actualmente cursa el Posgrado en Especialización en Docencia Nivel Superior, Universidad J.A. Maza, Mendoza. Actividades profesionales  actuales: Instituto Nacional de Vitivinicultura, Biblioteca Especializada Universidad J.A. Maza,  Biblioteca Universitaria. Ha presentado numerosas ponencias y obtenido premios y acredita múltiples cursos realizados en torno al uso de biblioteca electrónica, biblioteca digital, bibliotecas populares, públicas y escolares. Manejo de software para análisis de datos cualitativos: Atlas.Ti, Gestión de calidad, Interpretación e implementación de la NORMA ISO 9001, Gestión de la información para el desarrollo integrado. Ha participado de  programas  de  entrenamiento laboral  en  organización,  grupos  y liderazgo  e introducción  a la Ley de Administración y técnicas de control en el sector público, en INAP. Facultad de Educación Elemental y Especial. Universidad Nacional de Cuyo. Mendoza, Argentina.  wine_xxi@yahoo.com.ar

Recibido 06 de noviembre de 2012. Corregido 06 de marzo de 2013. Aceptado 13 de marzo de 2013

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