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Revista Electrónica Educare

On-line version ISSN 1409-4258Print version ISSN 1409-4258

Educare vol.17 n.2 Heredia May./Aug. 2013

 

La educación ambiental rural desde las escuelas básicas y por estas

Rural environmental teaching in basic general education

Martha Isabel Martínez Pacheco1*, Lisa Carballo Carrillo2*

*Dirección para correspondencia:

Resumen

En el presente  artículo, basado  en los contextos  nicaragüenses y beliceños, abordamos la necesidad  de una educación  ambiental  del estudiantado de primaria, para garantizar que esta generación joven viva en armonía con la naturaleza, lo cual dependerá de sus prácticas sanas para proteger el planeta. Pretendemos, entonces, despertar  el interés del personal docente para que, de una forma organizada, planificada y consciente, construya estrategias pedagógicas ambientalistas, con el propósito de lograr que sus estudiantes tengan una conciencia fortalecida en amor a su cultura y a su comunidad, y que aspiren a vivir en hogares limpios, para, así, prosperar en convivencia, en cultura material, espiritual, en economía y en desarrollo.

Palabras claves. Educación ambiental, desarrollo sustentable y participación comunitaria, Nicaragua, Belice, Revista Electrónica Educare.

Abstract

This paper, based  on  the  Nicaraguan  and  Belizean contexts, points  out  the  need  of providing  environmental  education  to  students  from the  1st to 6th grades of the  Basic  General Education to ensure that young generations will live in harmony with nature, which will depend on their healthy practices to protect the planet. For this, we attempt to stimulate the interest of teachers  to create environmental  teaching/learning strategies  in an organized, planned, conscious  way to raise students’ awareness and love for their culture and community, and for students to aspire to live in healthy homes. This way, students  will succeed in the coexistence experience, in the material and spiritual cultures, and in the economic and development areas.

Keywords. Environmental education, sustainable development, community participation, Nicaragua, Belize

Entre los objetivos del desarrollo sostenible está el de aprovechar y restaurar los recursos naturales para evitar,  a toda costa, la degradación  de los recursos, proteger la capacidad límite de la naturaleza, favorecer la restauración y evitar los efectos adversos sobre la calidad del aire, agua y tierra, con el fin de perpetuar la oferta ambiental  de los ecosistemas  (Solís, Madrigal, Borrsé y Coto, 1998).

La educación  ambiental  de los niños, niñas y adolescentes es la garantía para lograr un desarrollo sustentable.

Conformando esta meta y teniendo como derecho digno un ambiente sano y equilibrado, entendemos la  importancia  de  la educación  ambiental  como  la herramienta  para  lograr nuestros  objetivos  de  formar  individuos  ecologistas  responsables y respetuosos.  De esta manera, esperamos incorporar una educación para la vida porque ha de tejer nuestra identidad, cultura, forma de vivir, costumbres  y prácticas, con la intención de formar ciudadanos amantes de la naturaleza  y comprometidos con su cuidado, como fuente  de un futuro sano; esto es, participantes  de un desarrollo sustentable.

Poco haremos si los docentes no están dispuestos a actualizar sus saberes. Es necesario que se documenten y reflexionen entorno a cómo estamos viviendo, qué esta pasando en el mundo, qué acciones hacemos que destruyen el planeta. Luego pasar al otro plano: Cómo he estado formando a mis estudiantes para que vivan en fraternidad con la naturaleza? ¿Han alcanzado las competencias de vivencias sanas? ¿Qué más puedo hacer o que debo cambiar en mis intervenciones pedagógicas?

En esta faena no basta que el personal docente se autoevalúe e inicie el proceso transformador: es importante que todos los sectores sociales y organizaciones le acompañen y unan esfuerzos.

Sin una participación dinámica e integral de los sectores sociales que conviven en una localidad, no se podrá despertar en la población estudiantil una conciencia que le permita identificarse con la problemática ambiental de su comunidad, de su país y del mundo. Por eso todos los sectores deben  involucrarse y estar en la misma sintonía, pues el interés y el bien es común.

Conceptos, enfoques pedagógicos y participación comunitaria

¿Qué es la educación ambiental rural?



La  educación   ambiental   es  más   que   solo compartir información, es una forma de vivir.

Ortega   y  Velasco   (2006)  explican   que   en la   educación    ambiental   “el   individuo   adquiere conocimientos,   interioriza   actitudes   y  desarrolla hábitos  que  le permiten  modificar  la conducta   individual  y colectiva  en  relación  con  el ambiente  en el que se desenvuelve” (…) (p. 13).

Es decir,  el proceso  de  acción-reflexión-acción  ocurre  para  alcanzar  una  mejor  vida en armonía  con  la  identidad,  cultura, sociedad,  comunidad,  persona…  en fin, con todo  su contexto. Como parte del entorno rural, se hace necesario integrar y desarrollar al tejido rural, el concepto de educación ambiental rural.

Del proyecto,  Educación participativa sobre la gente y la naturaleza (Solís et  al. 1998) podemos rescatar que hay que orientar nuestros intereses a procesos creativos que potencien las fortalezas con las comunidades cercanas a las áreas protegidas y con estas. Una educación participativa para la conservación de los recursos naturales.

La educación  ambiental  rural orientada  en el “currículo nacional  básico” de Nicaragua (División General  de  Currículo y Desarrollo Tecnológico.  Managua,  Nicaragua, 2009) tiene como objetivo transformar las prácticas educativas para lograr que los estudiantes desarrollen competencias que les serán útiles para la vida, el trabajo y la convivencia. Se comprende que el accionar ambiental debe ir más allá de la teoría, más allá de una clase de ciencias naturales, es decir, llegar a la familia y a la comunidad. Veamos algunos aspectos  enfocados  en un proceso que atienda la nueva ruralidad:

Visión integral de la realidad: Fomenta la visión integral e integrada  de la realidad, con base en su análisis pluri interdisciplinario, que permite estudiarla desde  diversos ángulos, y contribuir, así, a la integración del conocimiento de manera sistémica, visto como un todo armónico en el aprendizaje de los grupos estudiantiles.

Desarrollo de potencialidades: Constituye un proceso  continuo  que  desarrolla las potencialidades del ser humano en las dimensiones  de aprender a aprender, aprender  a ser, aprender  a hacer, aprender  a emprender y aprender  a convivir.

Identidad  personal,  nacional  y  centroamericana:  Enfatiza  el  desarrollo  de  las estructuras  y procesos  intelectuales, los valores personales  y socialmente  positivos, la  búsqueda  y  consolidación  de  la  identidad   personal,  comunitaria,  nacional  y centroamericana. La formación de una personalidad sana y creativa tiene la capacidad  de abrirse a otras culturas, al conocer  y valorar la interculturalidad, las costumbres, tradiciones  de  la comunidad, región  y país. En este  sentido,  contribuye  a crear y fortalecer la identidad nacional y centroamericana. (…). (División General de Currículo y Desarrollo Tecnológico. Managua, Nicaragua, 2009, p. 23)

Diversidad:  Incorpora   la  diversidad   de  necesidades,   intereses,   problemas  y potencialidades de los estudiantes, familia y comunidad, como fuente para el desarrollo del currículo y para el diseño  de  situaciones  de aprendizaje  socialmente  útiles en términos  de una educación  para la vida. Integra, además, la atención  a las personas con  necesidades educativas  especiales  con  discapacidad  o sin esta.  El respeto  a la diversidad fundamenta la convivencia social, la democracia y la equidad  en todas sus dimensiones (social, económica, política, cultural, ambiental, generacional y territorial. (…). (División  General de Currículo y Desarrollo Tecnológico.  Managua,  Nicaragua, 2009, p. 22)

Interacción, participación y descentralización:   Principios  fundamentales   en donde interactúan todos  los niveles de la institución,  así como  los actores  sociales beneficiarios de los procesos enseñanza- aprendizaje. Es un proceso participativo de toda la ciudadanía siendo parte integrante de la contextualización del currículo a [sic] Nivel local.

Interacción:  Promueve,  dentro  de  la comunidad educativa,  la interrelación  entre actores,  recursos  y  procesos  del  currículo,  posibilitando  una  acción  organizada  y creadora en las actividades educativas

Participación: Concreta el concepto  de comunidad educativa  ampliada,  fortalecida por la  comunidad  local, organismos  gubernamentales,  no gubernamentales,  entes autónomos, empresas privadas y demás agentes sociales.

Descentralización:  Introduce,  en  la  gestión   educativa   nacional,  el  modelo  de planificación  curricular  estratégico,  contextualizado,  con  esquemas más  flexibles, que suponen el desarrollo, a través de la educación  de las capacidades locales, para identificar problemas específicos, diseñar soluciones viables, implementarlas y evaluar sus resultados.  (División General de  Currículo y  Desarrollo Tecnológico.  Managua, Nicaragua, 2009, pp. 23-24)

A toda esta búsqueda de conciencia y de cultura ambiental nos remite (Gadotti, 2001) en su artículo Pedagogía de la tierra, al proponer  para los debates  docentes las interrogantes que promueven  la reflexión, como agentes  trasformadores  y formadores. Sugiere que  de forma responsable nos debemos preguntar: ¿Qué estamos estudiando en las escuelas? ¿No estaremos construyendo una ciencia y una cultura que sirven para la degradación del planeta  y de los seres humanos? Estos temas de discusión, como parte de la reflexión docente, conducen  al fin de que visualicen la tierra como un nuevo paradigma, donde los seres humanos  se preocupen no solo de su comunidad, su país y el mundo, en un actuar responsable que, abonando a la sustentabilidad planetaria y por ende al desarrollo, tendría como consecuencia  el bienestar  de todos.

Los valores se pondrán de manifiesto en la equidad  y participación en la distribución de tareas, en el compartir de responsabilidades. Se debe comenzar por los adultos para llegar a los educandos. Nuestra meta es lograr que cada individuo adquiera  conciencia planetaria  y que, en ello, demuestre solidaridad, amor a la naturaleza, amor a sí mismo y amor a todo ser vivo.

El papel de la escuela rural en la educación ambiental





En  forma  integral  las  escuelas  rurales  deben aterrizar  los  ejes  transversales  propuestos  por  los sistemas   educativos,   puesto   que   en  ellos  están presentes  los objetivos de una formación para la vida, que repercute  en la vivencia comunitaria rural.

El desarrollo rural está ligado a conocimiento  y conser vación de la biodiversidad, bases  para  superar   la  pobreza   a  la  que  hemos   sido  llevados  como  producto   de la  dependencia  del   capitalismo,  el  cual  origina  un  consumismo   indiscriminado, explotación  y  destrucción   de  nuestros  recursos  naturales,  de  nuestras  costumbres  ancestrales sanas.

Citamos a continuación los ejes transversales que fortalecen los currículos en los sistemas educativos, que avizoran el enrumbe de la nueva educación,  la cual se acerca a la propuesta con su eco pedagogía y su efecto  eco formativo en el diario vivir de los estudiantes y las estudiantes (Gadotti, 2001).

• Promover acciones de sensibilización para la protección, conservación  y preservación del medio ambiente y los recursos naturales, en el hogar, escuela y comunidad para alcanzar un desarrollo sostenible.

• Poner en práctica una cultura productiva, protectora de los animales.

• Mostrar actitudes  de respeto  hacia sí mismo y hacia las demás  personas, lo cual permite reafirmar la autoestima sin afectar la de otros y otras.

• Mantener una actitud  perseverante  en los planes, proyectos  y distintas actividades  en las que participe. Resuelva problemas con capacidad de iniciativa y sentido de responsabilidad.

• Participar en acciones de protección y reforestación del medio ambiente  escolar, familiar y comunitario.

Por otra parte,  si la educación  ambiental  va a  impactar  un cambio en el día a día de nuestras comunidades rurales, entonces  debería  involucrar a todos  y todas, ser práctica, de largo plazo y con un  enfoque  holístico.  También  debe  tomarse   en cuenta  a  las  personas  y  las  comunidades  como principales agentes  de lucha por ese cambio sostenible. Un cambio para un futuro mejor y el buen vivir.





En la lucha por el logro de este objetivo retomamos los estándares que están promoviendo  las instituciones gubernamentales para que la educación  ambiental  sea relevante y de buen provecho. De la agenda de  Belize  (Audubon,  2008) se  adaptan los siguientes  estándares sugeridos:

1. La  educación ambiental  rural debe  involucrar a todos  y todas. La participación  y  la concientización de las escuelas rurales no puede  trabajar sin la ayuda de la comunidad, ya sea las otras instituciones, las iglesias, los líderes comunitarios, grupos  comunitarios, el medio  de  comunicación,  el gobierno,  las  ONG.  Para lograr la implementación  de cualquier programa en este ámbito se necesita de cada uno de las personas  trabajando en solidaridad.

2. La educación ambiental rural debe ser parte de un día a día. Para lograr beneficios a largo plazo es importante  que nuestras  acciones y comportamientos  sean vistos como parte de  cada  uno  de  nosotros.  Este movimiento  pudiera  resultar  en  una  concientización integral hacia la madre tierra y el convivir de las actividades del día a día. Es lograr que el conocimiento  se haga vivo en el diario vivir, así como la escritura o la lectura en la que el ser humano  no se separa de ella, diseñar escenarios de aprendizaje que lo ubiquen  en situaciones diversas, y no como pasos a seguir en una receta de cocina.

3. La educación ambiental rural debe tomar el enfoque holístico. En esta época de nuevas creaciones y expectativas, es importante ofrecer muchas oportunidades para conocer aspectos culturales, sociales, tecnológicos, científicos y éticos. De esta manera,  conectar y entender, en forma abierta, todos los aspectos y hacer decisiones compartidas. Todo esto tuviera que ponerse en consideración para luego apreciar la importancia de cuidar nuestro ambiente.

4. La educación ambiental rural debe ser práctica. No solamente  se debe  quedar  en el discurso, sino en las acciones. Para ser más práctico debe haber personas  capaces y con experiencias  desde  las necesidades  locales. Una educación  ambiental  práctica no  solo atiende  las necesidades  propias,  sino  contextualiza  estas  experiencias  y acciones  hacia un desarrollo  sostenible. La formación del estudiante no solo debe quedar  en las aulas y durante  un tiempo  determinado:  debe  ir más allá de recibir información,  de  realizar analogías, de  exponer  lo que  sabe, de  dar  respuestas   a cuestionarios  o de la reproducción  mecánica.  El docente  debe  planificar acciones que  prevalezcan  en  la práctica  diaria,  proporcionar  la oportunidad  para  que  el estudiantado asuma desafíos crecientes y compromisos  conscientes  de una actitud responsable con su entorno.

5. La educación ambiental rural debe estar en armonía con nuestra madre tierra. Hay que tomar la educación  ambiental  como una herramienta  más para participar en el convivir y el apropiarse  del ambiente  como parte  nuestro. Este amor y aprecio ha de traer una relación y comunicación mutua entre el ambiente  y quienes lo habitamos.

Contexto actual de las prácticas de educación ambiental en escuelas rurales de primaria básica

Recopilando  la discusión  de  compañeros y compañeras de  esta  III  promoción  de  la Maestría en Educación Rural Centroamericana, comprendimos que nuestra región tiene, como un reto importante, la educación para la sustentabilidad y el equilibrio ambiental. Claro que la formación de docentes  de calidad para las zonas rurales sería la llave para abrir puertas en este camino. Por ende, las prácticas desarrolladas  en las comunidades educativas  deben  ser coherentes  con los discursos de igualdad, respeto hacia la vida y el medio ambiente. También es importante  conocer y entender cómo trabajan los ecosistemas y el impacto que esto puede despertar, lo cual requiere profundizar en el conocimiento  ecológico.


En cuanto a nuestras metodologías, las iniciativas enfocan un cambio de conducta desde  el entorno de la persona, puesto que los comportamientos  y desempeños de las estudiantes y los estudiantes no evidencian la relación entre lo que aprenden en la escuela y su vida diaria; no consideran  el propósito y los usos de la construcción  del conocimiento. En este nivel, los prácticas no muestran  señales en sus actitudes ante la problemática ambiental.

El uso insuficiente  e ineficiente  de  nuestros  pocos  recursos  no  facilita el empuje  de muchas  fortalezas que ofrecen diferentes actores presentes  en la comunidad, como las ONG, las instituciones  ambientalistas  del Estado y alcaldía, las que  también  tienen  parte  en esta responsabilidad y cuentan con un presupuesto, el cual unido a los del Ministerio de Educación resolverían muchas necesidades como capacitaciones, dotación de materiales, etc.

La pobreza y la falta de materiales en las que viven las comunidades rurales no constituyen  justificación para evadir la educación ambiental; se debe valorar la existencia de docentes que buscan una salida a la necesidad o necesidades: ser proactivo debe ser una cualidad inherente en el personal docente, como parte de sus competencias, sus capacidades y su eco pedagogía.

Pasando  a otro factor de análisis, están  las disciplinas de estudio  de los programas  de educación primaria de  Nicaragua. Se ofrecen  clases exclusivas para la agricultura, llamadas Orientación técnica vocacional con actividades alusivas al trabajo de la tierra como la agricultura, la importancia  de  los árboles, cómo  hacer semilleros, las herramientas  agrícolas y medidas de seguridad, las labores culturales, la limpieza de hierba  en la escuela, las plagas  y uso de insecticidas Está también  la disciplina de ciencias naturales. Pero, ¿qué nos dice la realidad? Los estudiantes, continúan consumiendo productos chatarra, los huertos se secan por falta de cuido, los malos hábitos  de higiene son notorios en la basura que se deja al caminar por las calles o en el mismo patio de la escuela. ¿Qué hace falta? ¿Será que los adultos no hemos dado el ejemplo a los pequeños?

Belice presenta un panorama diferente. El docente toma como propia la iniciativa de hacer actividades donde se involucra al estudiantado en el trabajo de tierra, pero las actividades que se realizan en las escuelas rurales no siempre son pertinentes o en otros casos no atendidas. Esto significa que hay mucho que hacer en atender esta necesidad. Las escuelas secundarias en Belice se acercan a estos currículos vocacionales y técnicos; pero las escuelas primarias muy poco. Una educación  rural con un enfoque  eco pedagógico servirá como el puente  hacia la armonía con la tierra

En la práctica, los docentes nicaragüenses y beliceños abordan estos contenidos de forma teórica y realizan algunas labores de limpieza de la maleza y huertos escolares; no obstante estas actividades están sujetas al periodo dosificado. Una vez concluido el periodo, los estudiantes abandonan los huertos  y todo  el trabajo realizado se pierde nuevamente. La sustentabilidad se pone en cuestión. ¿Por qué no consumir en la escuela las verduras cosechadas, hacer ferias alimenticias, convivencias familiares? ¿Por qué no ir al parque cercano a sembrar árboles? ¿Por qué no hacer charlas a los padres de familia directamente en sus hogares? ¿Será considerado más trabajo hacer práctico el currículo?

En los esfuerzos  por transformar los hábitos  de los estudiantes de primaria, también  se unen  diferentes  instituciones  y organizaciones cooperantes,  tal es el caso de la alcaldía nicaragüense que promueve campañas de siembra de árboles, capacita a los jóvenes de cuarto y quinto grados en educación ambiental. En el caso beliceño, existen programas del Ministerio de Recursos Naturales y algunas ONG –como   Aububon  Belize– los cuales buscan  despertar, en la población  estudiantil, una conciencia  que  le permita  identificarse con la problemática ambiental tanto a nivel general (mundial), como a nivel especifico (medio donde vive).

La  última  instancia  señalada   pretende   identificar  las  relaciones  de  interacción  e independencia  presentes  en  el entorno.  Realiza una  campaña  fuerte  con  planificación  de acciones  de capacitación  para todo el año. Abarca temas  relevantes  desde  leyes del medio ambiente, leyes de los municipios que respaldan y comprometen a las instituciones del Estado a realizar acciones  dirigidas a la protección  del medio  ambiente  y unir esfuerzos  con otras entidades públicas. Muy importante  es que enfocan el ecosistema al desarrollo sustentable y a no contaminar el medio ambiente promoviendo el reúso de desechos sólidos. Estos programas fortalecen el currículo y, por ende, la formación integral del estudiantado.

Por  eso  consideramos  de  suma  importancia   abrir  espacios  de  diálogo  y  conectar organizaciones para implementar dichos proyectos o iniciativas en nivel local, nacional y regional.

Los problemas cotidianos, tanto  en Belice como en Nicaragua, se abordan  mediante  la utilización de las disciplinas interrelacionadas y en función de concretar alternativas de solución.





Propuestas para lograr un cuidadanía planetaria

El cambio de actitud y aptitudes tanto del personal  docente  en su lucha formadora de la nueva generación,  como de los chavalos y chavalas, depende mucho de la pedagogía que practicamos desde la escuela. Por eso proponemos:

1. Metodologías constructivistas. En busca de la construcción de un estudiante investigador, se promueven estrategias  de aprendizajes  y enseñanzas donde  se investigue, observe, analice y comunique conocimientos  para el desarrollo integral.

2. Una filosofía educativa unificadora. Esta promueve el educado  como una persona  parte de la comunidad y con la comunidad. De esta manera se transforma el sistema educativo en un buen vivir.

3. La practica  de  un  enfoque  interdisciplinario.  En este  se  pretende   preparar  a  la estudiante o al  estudiante para  la vida, como  artífice de su propio  aprendizaje  a partir  de  sus  experiencias  previas,  la formación de  valores,  actitudes,  aptitudes, hábitos, habilidades  y destrezas  que le permitan  vivir en armonía con el medio que le rodea.

4. Nuevas formas de acceso a la información y la tecnología (TIC). Con el nuevo milenio es imperativo considera  esto  como  una  opción, así, la educación  ambiental  en las zonas rurales  de  Centroamérica  retoma  la oportunidad de  revitalizar las metodologías de aprendizajes.

5. Una participación multidireccional. El propósito es lograr una comunicación abierta entre toda la comunidad educativa y luchar por una educación ambiental rural que atienda las desigualdades y exclusiones sociales.





Conclusiones

Desde  la  necesidad,   importancia   y  derecho   de  una  educación   ambiental   rural contextualizada, que  atienda  los derechos  de la humanidad, se concluye  que  los currículos básicos  y  programas   en  construcción   y  acción  deben   atender   estas  necesidades   con metodologías adecuadas que logren los objetivos en forma integral.

El  tema   de  la  educación   ambiental,  en  particular  en  nuestras   zonas  rurales de  Centroamérica,  es  emergente  y  está  en  busca  de  un  desarrollo  sostenible   en equilibrio con los cambios y transformaciones  de la globalización. Por lo tanto, se debe comenzar, desde las bases, la organización comunitaria  para hacerle frente a los efectos depredadores de la globalización. Sin duda alguna,  uniendo  esfuerzos  encontraremos el bienestar  común.

Tanto el currículo nacional básico de Nicaragua como el de Belice tienen  enfoques  ambientalistas con principios interrelacionados, con miradas integrales, interdisciplinarias y holísticas en su desarrollo, esto es, todo  está escrito; pero hace falta concretarlo  en la realidad  y evidenciarlo  en el buen  vivir. En  esta tarea la labor del personal  docente  es imprescindible e idónea, por su capacidad de discernir las consecuencias de la depredación ambiental y porque representan  un modelo para la sociedad, con su tacto metodológico. Cabe señalar que, ante todo, el docente  requiere  de una educación  continua actualizada y esta se puede  lograr si este profesional percibe el apoyo de todas las instituciones  y de la misma sociedad.

Promovamos  la información de  lo que  ocurre  en  el planeta  y en  nuestro  país; este constante aprendizaje abrirá caminos para una nueva cultura con salud mental y física.

Por lo tanto, la escuela –formadora  de la futura generación–  debe  iniciar, ya, iniciativas ambientales, para forjar una niñez y juventud con mentes creativas, solidarias, con actitudes de respeto a todo ser vivo que forma parte del ciclo de vida.

La educación   ambiental  será  realidad  cuando   velemos  por  la  salud  de  la  tierra  y la  protejamos   todos   juntos   –maestros,  estudiantes,  padres   de  familia,  instituciones, gubernamentales y no gubernamentales, organizaciones sociales–, cuando  compartamos las mismas responsabilidades.

Referencias

Belize Audubon Society. (2008). An Environmental Agenda for Belize 2008-2013. Full Report (Una agenda ambiental para Belice 2008-2013 Informe completo). Belize: Autor. Recuperado de http://www.belizeaudubon.org/documents/publications/EnvAgenda-FullReport-web.pdf.         [ Links ]

División General de Currículo y Desarrollo Tecnológico. Managua, Nicaragua. (2009). Currículo nacional básico. Diseño curricular del subsistema de la educación básica y media nicaragüense. Recuperado de http://www.nicaraguaeduca.edu.ni/uploads/DisenoCurricular.pdf.         [ Links ]

Gadotti, M. (2001). Pedagogía de la Tierra y cultura de la sustentabilidad. Petrópolis, Recuperado de http://www.rebelion.org/hemeroteca/ecologia/pedagogia251001.htm.         [ Links ]

Ortega, N. y Velasco, E. (2006). Manual de educación ambiental para escuelas primarias del estado de Guanajuato. Mexico: Fundación de Apoyo Infantil e Instituto de Ecología del Estado.         [ Links ]

Solis, V., Madrigal,  P., Borrasé,  Á y Coto, P. (1998). Ley no. 7786 educación participativa sobre la gente y la naturaleza la Ley de biodiversidad de Costa Rica. San José: Costa Rica: UICN. Recuperado de http://www.metabase.net/docs/uicn/00651.html.         [ Links ]

*Correspondencia a:

Martha Isabel Martínez Pacheco. Master  en  Educación  Rural Centroamericana.  Actualmente  es  asesora  en  pedagógica  del  Ministerio de Educación, Nicaragua. Escuela Normal María Mazzarello Masaya, Nicaragua. martha210467@gmail.com.
Lisa Carballo Carrillo. Master  en  Educación  Rural Centroamericana.  Actualmente  es  supervisora  curricular  en  el Ministerio de Educación, Belize C.A. Ministerio de Educación Orange Walk Town, Belize. lisa.carrillo95@gmail.com.
1. Master  en  Educación  Rural Centroamericana.  Actualmente  es  asesora  en  pedagógica  del  Ministerio de Educación, Nicaragua. Escuela Normal María Mazzarello Masaya, Nicaragua. martha210467@gmail.com.
2Master  en  Educación  Rural Centroamericana.  Actualmente  es  supervisora  curricular  en  el Ministerio de Educación, Belize C.A. Ministerio de Educación Orange Walk Town, Belize. lisa.carrillo95@gmail.com

Recibido 28 de mayo de 2012. Corregido 08 de marzo de 2013. Aceptado 13 de marzo de 2013

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