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Revista Costarricense de Cardiología

versão impressa ISSN 1409-4142

Rev. costarric. cardiol vol.13 no.2 San José Dez. 2011

 

Trabajo Original

Efecto de dos protocolos de ejercicio físico en parámetros antropométricos y fisiológicos en pacientes con enfermedad coronaria

Felipe Araya Ramírez, Luis Blanco Romero, Jorge Salas Cabrera

*Dirección para correspondencia


Resumen

Introducción. El ejercicio físico es esencial para la prevención, tratamiento y rehabilitación de la enfermedad cardiaca, ya que proporciona una serie de beneficios fisiológicos que mejoran la salud y la calidad de vida del paciente.

Objetivo. Realizar una comparación entre dos protocolos de rehabilitación cardiaca de fase II, uno bajo las normas de la Asociación Americana de Rehabilitación Cardio-pulmonar (AACRP) y el otro tradicionalista, basado en movimiento básico, sin principios regulados de entrenamiento físico.

Metodología. Es un estudio experimental con un diseño de medidas repetidas, en pacientes cardiópatas remitidos a un programa de rehabilitación cardiaca. Se dividieron en dos grupos: el grupo 1 que trabajó con el protocolo recomendado por la AARCP y el grupo 2, que trabajó con un protocolo tradicional. Se evaluaron parámetros antropométricos (peso, porcentaje de grasa corporal e índice de masa corporal), fisiológicos (frecuencia cardiaca y presión arterial de reposo, consumo máximo de oxígeno y flexibilidad) y bioquímicos (glucemia y perfil lipídico) antes y después del programa de ejercicios cuya duración fue 12 semanas.

Resultados. Se reclutaron 35 pacientes, 17 en el grupo 1 y 18 en el grupo 2. El grupo 1 mostró resultados significativamente superiores (p<0,05) en las variables peso corporal, porcentaje de grasa corporal, flexibilidad y frecuencia cardiaca de reposo; con ambos protocolos se registraron cambios significativos (p<0,05) en la presión arterial de reposo y el consumo máximo de oxígeno. No se encontraron cambios significativos en el perfil bioquímico con ningún protocolo.

Conclusión: El protocolo de ejercicio recomendado por la AARCP mostró resultados superiores al protocolo de ejercicio no estructurado en variables físicas y fisiológicas, pero no en el perfil bioquímico.

Palabras clave: rehabilitación cardiaca, protocolo de ejercicio, composición corporal, perfil bioquímico.

Abstract

Introduction. Exercise is an essential component in cardiac rehabilitation and for secondary prevention in patients with coronary heart disease. There are several physiological exercise-related benefits from participating in a cardiac rehabilitation program that help to improve health and quality of life.

Objective. The main purpose of the study was to compare two phase-II cardiac rehabilitation protocols. One protocol followed the guidelines of the American Association of Cardiovascular and Pulmonary Rehabilitation (AACVPR), and the second protocol followed a traditionally nonmonitored exercise training (TNET) program.

Methodology. This was an experimental study with a repetitive measurement design, in patients referred for cardiac rehabilitation. The patients were divided into 2 groups: one followed the AARCP protocol and the second group followed the TNET program. Anthropometric variables such as height, body weight and body fat, were measured and body mass index was calculated. Physiological variables such as resting heart rate, resting blood pressure, flexibility and peak oxygen consumption were also assessed. Blood glucose, total cholesterol, low and high density lipoprotein cholesterol and triglycerides were measured as biochemical variables before and after the 12 weeks of exercise training.

Results: Thirty five patients were divided into two groups. The AACVPR group (n=18) and the TNET group (n=17). The AACVPR group showed significantly better results (p<0.05) in decreasing body weight, body fat and resting heart rate, and in improving flexibility than did the TNET group. Both protocols showed similar results for blood pressure and peak oxygen consumption. There was no significant change in any of the biochemical variables in either group after exercise training.

Conclusion: The AACVPR cardiac rehabilitation protocol showed superior results in anthropometric and physiological variables as compared to the TNET cardiac rehabilitation protocol.

Keywords: cardiac rehabilitation, exercise protocol, body composition, biochemical profile.


Introducción

La enfermedad cardiovascular continúa siendo la primera causa individual de muerte en varones y la tercera en mujeres; subyace en 10-11% del total de las muertes producidas a nivel mundial y una de sus manifestaciones, la insuficiencia cardiaca, es uno de los mayores problemas de salud pública de las sociedades occidentales1-5. Debido a esta enfermedad, muchos pacientes deben someterse a intervenciones quirúrgicas o percutáneas y todos deben utilizar tratamiento farmacológico y realizar modificaciones en sus hábitos de vida.

En la década de los cuarenta, a partir de los aportes de Dock (1944) y Deitrick y Whedon (1948), se empezó a estudiar el efecto que tenía la actividad física sobre el proceso de recuperación de los pacientes con cardiopatías. Estos autores concluyeron que la práctica de actividad física unos días después de haber sufrido un infarto al miocardio no ocasionaba ningún efecto perjudicial en la salud6.

Posteriormente Levine y Lown (1952) sentaron las bases de la rehabilitación cardiaca, la cual pasó a considerarse como el conjunto de métodos que tienen como objetivo devolver a los enfermos el máximo de posibilidades físicas y mentales, permitiéndoles recuperar una vida normal desde el punto de vista social, familiar y profesional.

Nuevos estudios han encontrado resultados positivos asociados a intervenciones psicológicas, de actividad física y educación en pacientes con cardiopatías6-9. Desde la puesta en marcha de los primeros programas de rehabilitación cardiaca, se puso de manifiesto que el ejercicio físico aislado no era suficiente y que era imprescindible actuar sobre otros factores que influían sobre el paciente9, incluyendo los principios del entrenamiento deportivo.

Los parámetros idóneos para la realización de ejercicio físico para la mejora de la capacidad física, se establecen en intensidades entre el 50 y el 70% del consumo de oxígeno máximo (VO2 máx), con una frecuencia de 3 a 5 veces por semana y con una duración de 15 a 60 minutos progresivamente, estableciendo cambios paulatinos semanales en la intensidad y en la duración durante todo el programa de rehabilitación cardiaca (fase II), de acuerdo a los avances individuales10,11. En Costa Rica, los servicios de rehabilitación cadiaca que funcionan en los hospitales nacionales no siguen las pautas recomendadas en sus protocolos de ejercicio, en muchos casos por desconocimiento de los principios de prescripción de ejercicio y en otros, debido a limitaciones económicas, de equipo y de espacio. En la mayoría de ellos, la prescripción del ejercicio se basa en un periodo de calentamiento inicial de 10 minutos de trabajo aeróbico de bajo impacto, se continúa con 5 minutos de ejercicios de flexibilidad, luego con 30 minutos de ejercicio aeróbico (movimientos básicos de extremidades) y se concluye con 5 minutos de relajación; este trabajo se realiza tres veces por semana durante 12 semanas, sin variación en dicho esquema ni control de la duración e intensidad del ejercicio ni siguiendo ningún principio general del entrenamiento físico. El objetivo de este estudio fue comparar los efectos de 2 protocolos de ejercicio de rehabilitación cardiaca en fase II: un programa tradicional sin fundamentación científica y otro bajo las recomendaciones de la Asociación Americana de Rehabilitación Cardiopulmonar (AACVPR).

Metodología

Este estudio es de tipo experimental con un diseño de medidas repetidas, donde se practicaron mediciones antes y después del programa de ejercicio. Se eligieron pacientes que fueron remitidos consecutivamente al Programa de Rehabilitación Cardiaca del Centro Nacional de Rahabilitación de Costa Rica, desde los servicios de cardiología de todos los hospitales nacionales de atención terciaria y se dividieron en 2 grupos, según el orden de llegada al servicio (no hubo asignación aleatoria ni emparejamiento de grupos). El grupo 1, realizó un programa basado en las recomendaciones de la AACPR, que consistió en terapia de ejercicio tres veces por semana por espacio de 12 semanas (36 sesiones en total), donde predominó el ejercicio aeróbico realizado con ciclo-ergómetro; la fase aeróbica tenía una duración de 10 a 15 minutos, dependiendo de la capacidad funcional (entre el 50% y el 70% de la frecuencia cardiaca máxima esperada) y la duración final máxima fue de 40 minutos, después de lo cual se realizaba una rutina de estiramiento de 30 minutos. El grupo 2, realizó un programa de rehabilitación cardiaca “tradicionalista” de tres sesiones por semana de 40 minutos durante 12 semanas, que consistía en un programa de ejercicio no estructurado, basado principalmente en movimiento aeróbico básico de bajo impacto, donde los ejercicios realizados dependían exclusivamente del gusto y conocimiento del instructor.

Se realizaron mediciones antropométricas: peso corporal, porcentaje de grasa, relación cintura-cadera e índice de masa corporal (IMC); parámetros fisiológicos como frecuencia cardiaca (FC) de reposo, presión arterial de sistólica (PAS) y diastólica (PAD) de reposo, consumo máximo de oxigeno (VO2max) calculado partir del número de equivalentes metabólicos alcanzados en la prueba de esfuerzo bajo protocolo de Bruce en banda sin fin. También se midió la flexibilidad, definida como el desplazamiento del conjunto de articulaciones involucradas en el protocolo (columna vertebral, cadera, rodilla); todas las mediciones se realizaron por los mismos investigadores en condiciones similares para ambos grupos. Se realizaron también mediciones bioquímicas (en mM/dL): colesterol total, colesterol LDL, colesterol HDL, triglicéridos y glicemia. Todas se hicieron antes del inicio del programa de rehabilitación y se repitieron al finalizarlo, 12 semanas después. Para el análisis de los resultados, los grupos se dividieron por edad en 2 subgrupos: de 34 a 51 años y de 52 a 69 años. Se utilizó el programa estadístico para Ciencias Sociales SPPSS versión 15, para el cálculo estadístico y se consideró significancia estadística p< 0,05.

Se utilizaron los siguientes instrumentos de medición: para el peso, se utilizó una báscula marca Ballar con una precisión de 0.1 kg.

La talla (cm), se midió con un tallímetro marca Tanita y la relación cintura/cadera se utilizó cinta métrica de medición de circunferencias corporales. El IMC se determinó con la formula de peso/talla2 y para el porcentaje de grasa corporal se utilizó la medición de pliegues cutáneos con un calibrador de pliegues cutáneos marca lnanc (-10 g x mm2). La flexibilidad se midió con la prueba tradicional “sit and rich” (sentarse y estirarse) con un cajón de madera en el cual, la persona sentada frente a una pared debe de flexionarse a su máxima capacidad, sin doblar las rodillas y tratar de recorrer la mayor distancia con los brazos extendidos hacia una regla que se encuentra sobre el cajón. La prueba de esfuerzo se realizó en una banda sin fin, marca Burdick modelo T600 con un electrocardiógrafo de 12 derivaciones marca Cardioline Delta modelo 30D. El cicloergómetro utilizado durante el programa de rehabilitación fue de marca Monarca E828. Este estudio contó para su realización con el permiso del Comité Bioético del Centro Nacional de Rehabilitación y todos los participantes firmaron un consentimiento informado.

Resultados

Se reclutaron 35 pacientes con enfermedad coronaria, todos del género masculino, con edades entre los 34 y 69 años (promedio de 58.5+9.5) que fueron remitidos al programa de rehabilitación cardiaca. De los 35 sujetos, 30 (85.7%) habian sufrido infarto agudo al miocardio, 3 (8.5%) habian sido intervenidos percutáneamente con implantación de stents coronarios y a 2 (5.7%) se les había realizado cirugía de revascularización con puentes coronarios. El grupo 1, que trabajó con el protocolo de ejercicio recomendado por la AACVPR, fue completado por 17 pacientes mientras que el grupo 2, del programa de ejercicio tradicionalista, incluyó 18 (cuadro 1).

En cuanto a las variables antropométricas, el grupo 1 presentó diferencias significativas (p<0.05) en el peso corporal y porcentaje de grasa, antes y después del período de rehabilitación, tanto en el grupo de pacientes con edades entre 34 y 51 años como en el grupo de 52 y 69 años. Dichas variables en el grupo 2, no evidenciaron cambios significativos, al compararse antes y después del período de observación (cuadros 2 y 3).

En cuanto a las variables fisiológicas (cuadros 2 y 4), el grupo 1 obtuvo resultados significativamente superiores (p<0,05) en las variables flexibilidad (19,5 a 26,6, un cambio del 27%) y FC de reposo (de 77,2 a 62,94) con respecto al grupo 2. Con respecto a la PAS, PAD y VO2 máx, con ambos protocolos se registraron cambios significativos (p<0,05) en comparación a sus valores basales. No se encontraron cambios significativos con ninguno de los dos protocolos de ejercicio en el perfil bioquímico.


Cuadro1

Cuadro2

Cuadro3

Cuadro4 

Discusión

Los resultados de este estudio demostraron que el grupo que siguió el protocolo recomendado por la AARCP, comparado con el grupo que siguió el protocolo tradicional, tuvo mejores resultados en algunas variables antropométricas y fisiológicas (cuadro 4), aunque debe aclararse que los grupos no fueron conformados en forma aleatoria. El hecho de que sólo el grupo 1 logrará cambios significativos, se puede explicar en razón de que cada paciente trabajó con un programa estructurado sobre principios básicos de entrenamiento (individualidad, sobrecarga y progresividad), lo que permitió la planificación adecuada de la carga de ejercicio (duración e intensidad) durante todo el programa; esto facilitó que estos pacientes mejoren paulatinamente su capacidad y puedan mantener por más tiempo la actividad física a una intensidad cada vez mayor, lo que se tradujo en un mayor gasto calórico y en una mejora de su capacidad en general. Los pacientes del grupo 2 realizaron las actividades sin principios básicos de entrenamiento físico; al no planificarse la carga de acuerdo a la capacidad de cada sujeto, se asume que alcanzaron rápidamente la fase de estrés-agotamiento, sin un adecuado proceso de adaptación12-14.

La mayoría de los estudios reportan cambios en las variables antropométricas en aproximadamente 5%15-20, concordante con lo obtenido en el grupo 1 en este estudio: el peso corporal disminuyó en promedio 3% y la grasa corporal 8%, atribuible a su mayor capacidad para mantener por más tiempo e intensidad la actividad, lo que conduce a mayor gasto calórico. Por otro lado, numerosos estudios han llegado a la conclusión de que factores tales como el género, la edad y el somatotipo tienen un efecto causal secundario sobre el nivel de flexibilidad de un individuo21-23. Estudios en programas de rehabilitación cardiaca que utilizaron entrenamiento de la flexibilidad, reportan mejoras en más de un 30%24-27; en este estudio, el grupo 1 realizó rutinas de estiramiento estático de aproximadamente 30 minutos por sesión, el cual mejoró su flexibilidad en cerca del 40%.

En personas no entrenadas y en pacientes con enfermedad coronaria que inician programas de entrenamiento moderado de resistencia (entre el 50% y el 70% del VO2 máx), la FC se va reduciendo aproximadamente en una pulsación por minuto cada semana durante las primeras 10 semanas de entrenamiento, debido a que se incrementa la actividad parasimpática en el corazón y se reduce al mismo tiempo la actividad simpática21,28-31, resultados muy semejantes a los obtenidos por los pacientes del grupo 1, en el que disminuyó en 10.78 latidos, lo que confirma que obtuvieron un mejor entrenamiento de resistencia.

El efecto de la actividad física en la modificación de los lípidos sanguíneos está influenciada por variaciones genotípicas; de ahí las grandes diferencias existentes entre estudios y entre pacientes que utilizan un mismo programa de ejercicio30. Existe controversia en relación a la reducción de los triglicéridos por medio del ejercicio y otras intervenciones, ya que algunas veces se evidencia disminución significativa y en otras no. Sin embargo, la actividad física como terapia de rehabilitación ha demostrado claramente beneficios con respecto a valores antropométricos, especialmente el peso corporal, relacionado al gasto calórico logrado durante el tiempo que se realiza movimiento físico31. Dado que en este estudio, el grupo de pacientes que hizo ejercicio bajo un protocolo basado en las recomendaciones del AACVPR obtuvo mejoras en las variables antropométricas y fisiológicas, queda evidenciada la importancia de utilizar principios científicos de entrenamiento en la elaboración de programas de ejercicio, que busquen el máximo beneficio con el menor riesgo. Se requiere por tanto que su programación, control y ejecución sea efectuada por un equipo interdisciplinario que aplique conceptos adecuados, vigile la actividad física y valore la respuesta de cada individuo.


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*Correspondencia a: Escuela de Ciencias del Movimiento Humano y Calidad de Vida. Campus Benjamín Nuñez, Universidad Nacional, Tele­fax: +506 2261-1073. Apartado postal, 86-3000, Heredia, Costa Rica. josaca10@hotmail.com


Recibido: 18-03-11. Aceptado 02-09-11

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