Darner Mora Alvarado

Salubrista Público

Las deficiencias en el acceso a agua potable y la disposición de excretas, junto con las limitaciones educativas en el aseo y la higiene, son aspectos preponderantes en la muerte anual por diarreas de 1.8 millones de personas, en donde el 90% son niños menores de 5 años. La OMS estima que el 94% de los casos podrían evitarse mediante la modificación del medio, con intervenciones que permitan mejorar estas variables.

Una revisión sistemática efectuada en el 2005, permitió concluir que los episodios diarreicos se reducen en 25% al mejorar el abastecimiento de agua, 32% al mejorar el saneamiento, 45% por el lavado de manos y 39% por el tratamiento y almacenamiento seguro del agua doméstica; es decir, existe una constante de que si lo que se busca es reducir las enfermedades transmitidas por el agua, se deben aplicar estrategias nacionales de enfoques domiciliares sencillos, fundamentados en la desinfección, adecuada manipulación y un óptimo almacenamiento a lo interno de las viviendas. Por ejemplo, si una población se abastece con agua contaminada con materia fecal, es indispensable que las autoridades de salud obliguen al ente operador a corregir las deficiencias; si esto no es posible a corto plazo, es necesario educar a la población para que aplique una de las siguientes alternativas:

a) Hervirla por al menos por 2 minutos.
b) Desinfectarla aprovechando la luz solar, exponiéndola en botellas transparentes (vidrio o plástico) a los rayos solares por al menos 4 horas.
c) Desinfectarla con hipoclorito de calcio o sodio, agregando una gota de cloro comercial a un litro de agua y dejándola media hora (tiempo de contacto) antes de consumirla.
d) Usar filtros de cerámica sencillos moldeados por artesanos locales, o utilizar filtros de arcilla como los usados por los indígenas Chorotegas en Guanacaste.

En casos de acueductos con servicio intermitente, independientemente de la calidad del agua, es fundamental promover su adecuada gestión o manejo dentro del hogar utilizando un adecuado almacenamiento, y refrigerándola de 4 a 10°C usando recipientes de boca estrecha como botellas. Por otro lado, si las viviendas cuentan con tanque de almacenamiento, el mismo debe estar tapado, en un nivel elevado y lavarse al menos cada seis meses. Como se observa, estas sencillas medidas del manejo del agua intradomiciliar son aplicables en todas las naciones del mundo.

En el caso de Costa Rica, cuenta con una amplia cobertura de agua para consumo humano (98,3%), con un 94,3% de la población abastecida por acueductos y un 4% por pozos o nacientes propios; sin embargo, presenta importantes desigualdades sobre todo en los acueductos rurales y municipales. Esto obliga que AyA, como ente rector en el suministro de agua a nivel nacional, prepare y capacite a la población para aplicar la "gestión del agua en el hogar", sobre todo en los cerca de 1.000 acueductos rurales que aún suplen agua no potable. Este paso brindará un avance sanitario en la disminución de las diarreas, mejorando así la salud y la calidad de vida de la población nacional.