Darner A. Mora Alvarado

La salud del ser humano es influenciada por su constitución genética, su estilo de vida, su nutrición y el ambiente que lo rodea. En este último aspecto la OMS estima que, a nivel mundial, el 24% de la carga de morbilidad y el 23% de los decesos pueden relacionarse con factores ambientales (FA). De las 103 principales enfermedades y traumatismos que cubre el "Informe Sobre Salud del Mundo del 2004", los riesgos ambientales contribuyeron en 85 categorías; en los niños de 0 a 14 años, el porcentaje de patologías ocasionadas por FA fue de hasta un 36%. Además, se observaron grandes diferencias en la exposición ambiental y el acceso a la atención sanitaria entre las diversas regiones; por ejemplo, el 25% de todas las muertes en los países subdesarrollados fueron atribuidos a FA, mientras que en las regiones desarrolladas solo alcanzó el 17%. Entre las enfermedades en las cuales los FA modificables sobresalen, figuran la diarrea (29%), infecciones respiratorias (16%), malaria o paludismo (10%), trastornos neurosiquiátricos (6%), afecciones perinatales (6%), enfermedades comunes de la infancia (5%), malnutrición (4%), trastornos ocasionados por el tránsito (2%), ahogamientos (2%), infecciones causadas por nemátodos intestinales (1.5%) y otros (19%).

Debido a estos datos se deben tomar, sin demora, numerosas medidas para reducir los aportes a la morbilidad y mortalidad generados por un entorno ambiental deficiente; entre ellas se pueden indicar la ampliación de las coberturas de población con agua potable y saneamiento, con el propósito de disminuir las infecciones instestinales y bajar las tasas de mortalidad infantil. Además, se debe utilizar combustibles más limpios y seguros y promover el uso sensato de sustancias tóxicas en los hogares, agricultura y lugares de trabajo. Otro aspecto fundamental es la educación persistente y permanente de la población en aspectos sencillos, pero esenciales, como el lavado de manos y la aplicación de prácticas higiénicas en el hogar y centros educativos. Por otro lado, los efectos observados del cambio climático, provocados por el efecto invernadero, están provocando un deterioro acelerado de la salud ambiental de nuestro planeta Tierra, lo cual a su vez fomenta paulatinamente el aumento de enfermdades causadas por los factores ambientales.

Ante esta compleja situación es recomendable fortalecer el sector sanitario en cada país, de manera que se incremente la eficacia en el terreno de las políticas de salud preventiva, fomentando a la vez las colaboraciones intersectoriales, con el objetivo de combatir los factores ambientales que generan enfermedades y brindar así un mejor ambiente a las futuras generaciones.