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Revista Costarricense de Salud Pública

Print version ISSN 1409-1429

Rev. costarric. salud pública vol.12 n.22 San José Jul. 2003

 

Modelo educativo nutricional para la reducción de factores de riesgo cardiovascular en niños escolares obesos
 
   
 María del Pilar Suárez de Ronderos N.D, MSc  1
y Viviana Esquivel Solís N.D, MSc. 1
 

Resumen
 

El objetivo de esta investigación fue evaluar la efectividad de un modelo de educación nutricional para la reducción de factores de riesgo de enfermedad cardiovascular en niños escolares obesos. Se realizó un diagnóstico previo para identificar las características generales de este grupo de niños y determinar el estado nutricional, los conocimientos, las actitudes y las prácticas alimentarlas relacionadas con factores de riesgo cardiovascular.
 
El estudio de tipo casi experimental incluyó 31 niños obesos divididos en dos grupos: 15 casos y 16 controles. Todos los niños tenían entre 7 y 12 años, con obesidad, y remitidos por médicos de la consulta externa del Hospital Nacional de Niños. En los casos se implementó el modelo educativo, el cual contempló la participación de padres y niños con metodología participativa diseñada para niños en edad escolar.
 
El modelo incluye 5 sesiones educativas en las que se utiliza un libro de actividades, cuentos y juegos. Los resultados de la intervención fueron evaluados tres meses después de la intervención educativa. El 97% de los niños evaluados presenta al menos 2 factores de riesgo de enfermedad cardiovascular.
 
El análisis de la dieta reportó disgusto por el consumo de frutas y vegetales e inadecuado consumo de macronutrientes y micronutrientes. También se identificaron inadecuados conocimientos relacionados con la alimentación adecuada para la prevención de enfermedad cardiovascular, así como trastornos de baja autoestima. El modelo educativo elaborado fue efectivo en el grupo intervenido, al mostrar cambios significativos las variables analizadas.
 
Los resultados muestran que la mayoría de los niños presentaron antecedentes de Diabetes Mellitus, bajos niveles socioeconómicos, sedentarismo, así como dislipidemia el 97%.
   
Palabras claves
 
Modelo de educación nutricional, factores de riesgo de enfermedad cardiovascular, niños escolares, obesidad infantil.
   
Introducción

 

En los últimos años el aumento en las tasas de incidencia y prevalencia de la enfermedad cardiovascular en Costa Rica ha provocado gran preocupación y ha generado la necesidad de desarrollar programas de intervención no sólo en prevención terciaria, sino también a nivel primario, para lograr que la población modifique estilos de vida, lo cual reduciría los factores de riesgo de enfermedad cardiovascular (ECC). 
La etiología de la enfermedad cardiovascular involucro una serie de factores que son considerados como riesgo para adquirir dicha enfermedad. Entre éstos se destacan: antecedentes familiares, obesidad, hipertensión, dislipidemias y tabaquismo, entre otros. Algunos de estos factores pueden ser modificados por medio de la adquisición de nuevos estilos de vida, donde la dieta tiene un papel importante.
 
Se sabe que la aterogénesis puede iniciar en los primeros años de vida. Diversos estudios han demostrado la existencia de estrías de grasa en niños menores de tres años y, en adolescentes, se han encontrado signos de proliferación celular característicos de lesiones ateroscleróticas avanzadas. Este hecho sugiere que el proceso preventivo debe iniciarse en los primeros años de vida, para lograr reducir la incidencia de la enfermedad ( 1 ).
 
Uno de los factores asociados al incremento de riesgo para la enfermedad cardiovascular es la obesidad. Esta enfermedad es compleja, ya que involucro factores genéticos, hormonales, ambientales y conductuales. Estudios han mostrado una mayor incidencia en niñas que en niños (2 ).
 
Resultados de la evaluación antropométrica realizada en la Encuesta Nacional de Nutrición de 1996, evidencian que el sobrepaso en preescolares y escolares alcanzó un 4.2% y 14.9% respectivamente. Una mayor prevalencia de riesgo de obesidad se presentó en el área metropolitana (3 ).
 
Algunos cardiólogos reconocen la necesidad de reducir la velocidad en la progresión del desarrollo de la aterosclerosis. Proponen el establecimiento de programas preventivos en la población infantil, de tal forma que se puedan modificar los factores de riesgo y evitar o retardar la aparición de la ECC en la edad adulta (1 ).
 
Lo anterior sugiere la necesidad de realizar una intervención en los niños costarricenses, con el objetivo de prevenir y reducir la incidencia en la enfermedad cardiovascular por medio de modificaciones dietéticas específicas, así como de estilos de vida saludables que reduzcan los factores de riesgo. Esta intervención debe ser primordialmente educativa, ya que el proceso educativo promueve las modificaciones cognositivas y conductuales de manera tal, que se logra el cambio en las prácticas alimentarlas y se reducen los factores de riesgo asociados a la enfermedad cardiovascular.

Materiales y métodos
 

La determinación de la muestra consideró que la intervención era de tipo grupal con atención individual, por lo que se seleccionaron 15 niños para formar parte del grupo de casos y 16 para conformar el grupo de control.
 
Se excluyeron niños que no estaban en edad escolar (7-12 años) o bien que no sabían leer o escribir. También aquellos donde su obesidad estaba asociada a trastornos físiopatológicos como: Hipotiroidismo, síndrome de Prader-Willi y enfermedad de Cushing, entre otros.
 
La presente investigación fue de tipo cuasiexperimental, donde la población blanco estuvo constituida por niños escolares obesos que fueron referidos al Servicio de Consulta Externa del Hospital Nacional de Niños (HNN).
 
El lugar de residencia fue definitivo para la participación en el estudio, ya que niños que vivían en zonas muy alejadas al hospital, tendrían dificultad para asistir a las sesiones educativas programadas, por lo que también fueron excluidos. En los casos donde existió limitación económica para asistir a las sesiones programadas, se brindó soporte económico para permitir su incorporación y respectiva participación en el estudio. El estudio se desarrolló en las siguientes etapas:
 

1- Identificación de los casos y controles (muestra): Los niños referidos al Servicio de Consulta Externa del Hospital Nacional de Niños (HNN) se localizaron vía telefónica, domicilio o por la referencia obtenida mediante el listado inicial.La distribución de los casos y controles consideró las siguientes variables: sexo, edad en años cumplidos, así como el Indice de Masa Corporal (IMC), de modo tal, que la distribución de los niños en cada grupo permitiera tener dos grupos estadísticamente comparables.

2- Diagnóstico inicial: Mediante entrevistas programadas se aplicaron formularios previamente validados para la determinación de las diferentes variables. Dichas variables se determinaron al inicio del estudio, y al cabo de tres meses se volvieron a evaluar con el fin de evidenciar la existencia de variaciones producidas por la intervención entre ambos grupos.

Los padres o encargados y los niños firmaron la carta de consentimiento, con el fin de cumplir con los requisitos estipulados por el Comité de Bioética del Hospital Nacional de Niños, así como el de la Universidad de Costa Rica.

Las variables estudiadas fueron:
   
Características generales:
edad, sexo, antecedentes clínicos familiares y personales, nivel socioeconómico,(el nivel socioeconómico de la muestra se calculó del ingreso percápita), antecedentes de tratamientos para el manejo del sobrepaso, nivel de actividad física.

Evaluación nutricional mediante indicadores antropométricos: Peso y talla, para los niños de 7 a 8 años; índice de masa corporal, para los niños de 9 a 12 años; pliegue del tríceps; circunferencia de tórax, cintura y cadera. Se utilizaron normas internacionales sugeridas por la Organización Mundial de la Salud (4 ) y por López, M y Landaeta, M (5 ).

Evaluación nutricional mediante indicadores bioquímicos: (Perfil lipídico completo, colesterol total, HDL-C y triglicéridos): Las pruebas bioquímicas se realizaron en el Laboratorio ele Química Clínica del Hospital Nacional de Niños (HNN) con reactivos, calibradores y controles donados por CAPRIS.S.A. Estas se evaluaron en un equipo Cincron CX, el cual realiza la determinación del perfil lipídico mediante un método automatizado. El LDL-Colesterol se estimó mediante la aplicación de la fórmula "Friedewald" (6 ).

Evaluación nutricional mediante indicadores clínicos: Un médico pediatra valoró características clínicas de cada niño con respecto a: presenciado xantomas, estrías u otras alteraciones clínicas asociadas a trastornos de malnutrición.

Evaluación nutricional mediante indicadores dietéticos (Prácticas alimentarlas): Se utilizó el registro de consumo de tres días realizado por la madre y el niño, se procedió a la determinación del consumo total de energía, aporte total de carbohidratos, grasas, ácidos grasos. colesterol, proteína, vitaminas (A, C, E, folatos) y minerales (calcio, hierro, zinc, cobre y selenio). Esta determinación dietética se realizó mediante la capacitación de los familiares con la metodología propuesta por Chinnock, A, 1996 (7 ) y por Aráuz, A.G, 1996 (8 ). Mediante la utilización del programa de cómputo Nutritionist IV se determinó la composición nutricional. La periodicidad de consumo de comidas rápidas (lugares más visitados o preparaciones más frecuentemente consumidas) y disgustos alimentarlos, se determinaron por consulta directa al niño y al padre o madre.
   
Evaluación de conocimientos y actitudes relacionados con nutrición y Prevención de la ECC
: Mediante entrevista directa al niño se determinaron variables asociadas con conocimientos y actitudes. El diseño y análisis de las variables asociadas con actitudes, se realizó con la colaboración de sicólogas infantiles, e involucraba no sólo preguntas directas sobre las actitudes hacia el problema de sobrepaso sino también dibujos de su percepción personal.

3- Diseño del modelo educativo: Tomando como base la etapa diagnostica y la revisión de literatura referente al tema, se formuló un programa educativo nutricional tentativo de prevención de ECC. Todas las sesiones se elaboraron con ayuda de un especialista en educación, de manera que contemplara tanto los objetivos del estudio como su ajuste al grupo seleccionado (escolares).

4- Implementación del modelo educativo: La ejecución del programa educativo se realizó durante dos semanas consecutivas. Los temas predeterminados se brindaron mediante metodología educativas de tipo grupal diseñadas para la educación de niños escolares, así como para sus acompañantes. Cada sesión se llevó a cabo en un período de tiempo no mayor a los 60 minutos, se realizaron un total de 5 sesiones.
   
5- Evaluación del modelo educativo nutricional:
Transcurridos tres meses de finalizada la ejecución del modelo educativo, se realizó la determinación final de las variables del estudio, para así evaluar la existencia o no de modificaciones en las variables (conocimientos, actitudes, prácticas alimentarlas y del estado nutricional).

6- Modificación propuestas posterior a la aplicación del modelo educativo: Con base en la información recolectada en la etapa de evaluación del modelo y con las experiencias obtenidas durante el proceso de implementación, se realizaron las modificaciones pertinentes al modelo educativo propuesto.

7- Análisis de datos: La información fue verificada y las respuestas codificadas e incluidas en una base de datos utilizando el programa estadístico SPSS 10.0. Se realizaron diferentes pruebas estadísticas: medidas de tendencia central y pruebas de significancia estadística para identificar la existencia de cambios respecto a los grupos así como respecto al tiempo de realización de la prueba (9 ).

El análisis de los dibujos de la figura humana solicitado a los niños como parte de la evaluación de actitudes, se realizó con la colaboración de una psicóloga clínica infantil.  
   
Resultados

1- Características generales de la muestra:
   
La muestra total estuvo conformada por 31 niños, de los cuales 17 (54.8%) eran niñas y 14(45%) niños.

Los antecedentes familiares más importantes fueron: la Diabetes Mellitus (45%). el asma (45%) y el sobrepaso (29%).

Al consultar respecto a los antecedentes personales de los niños y niñas, 39% indicó no presentar problemas clínicos, sin embargo el 22.5% manifestó padecer de alergias y 16% de asma. Además, el 19.6% de los niños indicó presentar problemas de hipercolesterolemia.

La determinación del nivel de ingreso per cápita (ingreso total familiar/número de miembros) mostró que el 32% de los niños presenta limitaciones económicas y no satisfacen necesidades básicas o viven en condiciones de extrema pobreza.

Respecto a la edad de inicio del sobrepaso, el 35% de los niños reportó la edad escolar y el 29% la edad preescolar.

El 80.6% de la muestra indicó nunca haber recibido tratamiento específico para el problema de sobrepaso, el 16% restante reportó haber recibido atención de un nutricionista o de un médico especialista, ya sea con dieta, pastillas delgazantes, acupuntura y/o homeopatía.

Un total de 61.3% reportó no realizar ningún tipo de actividad física. El resto manifestó practicar balompié, aeróbicos y natación con una frecuencia de 3 veces a la semana.

 2- Evaluación del estado nutricional:

Evaluación antropométrica:

Todos los niños presentaron sobrepaso al ser evaluados con los indicadores específicos. El promedio de peso fue de 52.55 ± 16.04 Kg. Un total de 30 niños poseía un pliegue del tríceps que superaba el 95 percentil. Sólo un caso mostró un pliegue entre el 75-90 percentil. Esto señala una evidencia de exceso de grasa corporal en toda la muestra, lo cual corrobora el diagnóstico antropométrico de obesidad en todos los niños que conformaron este estudio. Sólo un niño mostró una T/E menor a 2 D.E. (desviaciones estándar), lo cual le clasifica con baja talla y una niña tenía una talla que superaba las 2 D.E, por lo que se le consideraba alta para la edad. El resto de la muestra poseía una talla normal.

La toma de circunferencias corporales se realizó con el fin de evaluar cambios después de la intervención educativa, sin embargo el promedio de circunferencia de cintura en los casos fue de

83.06 ± 12.25 cm y en los controles de 83.42 ± 14.26 cm, y el promedio de circunferencia de cadera en los casos fue de 91.8 ± 12.73 cm y en los controles fue de 89.92 ± 14.58 cm.

Evaluación bioquímica:

Al evaluar indicadores de riesgo para ECC, se evidenció que sólo 26% de los niños presentó niveles deseables de colesterol total y el 42% tienen hipercolesterolemia. Sólo el 22.5% de los niños tuvieron niveles deseables de triglicéridos y el 58% presentó problemas de hipertriglicéridemia. El 35% presentó elevados niveles de LDL-colesterol, de igual modo sólo el 39% presentó niveles deseables de HDL-C.
 
Evaluación dietética:
   
Alimentos que no les gusta consumir a los niños: El 35% de los niños indicó que no les agradaba consumir ensaladas ni vegetales en general, mencionándose con mayor frecuencia: zanahoria , vainica, chayote y ayote tierno. También el 26% de los niños expresó tener dificultades para consumir vegetales así como condimentos naturales (ajo, cebollas, chile dulce, culantro y apio).

Alimentos asociados con problemas digestivos: Sólo el 48% indicó tener problemas digestivos asociados al consumo de alimentos como: elote, pollo frito y gaseosas, principalmente. Entre los síntomas mencionados se destacan: jaquecas, flatulencia, náuseas, dolor de estómago y diarreas.

Frecuencia de consumo de comidas rápidas y lugares frecuentemente más visitados: El 48% de la muestra indicó frecuentar lugares donde se ofrecen comidas rápidas, principalmente Pizza Hut y Mc Donald's. Aunque la frecuencia fue muy variada, la mayoría come al menos una vez al mes en estos lugares.

Horarios de consumo: La mayoría de los niños realizan 5 tiempos de comida. Los registros de consumo mostraron que el 19% de los niños omiten la cena.
   
Consumo de energía, de macro nutrientes y de micro nutrientes: En el grupo de casos el consumo de energía, los carbohidratos y la grasa respecto a las RDD (Recomendaciones Dietéticas Diarias) es adecuado. El consumo promedio de proteínas por gramo de peso por día fue elevado ( 2.04±1.13). También se pudo observar déficit de la ingesta de calcio y vitamina E (.-tocoferol). El consumo de colesterol fue adecuado en este grupo. Respecto al grupo de control, el consumo promedio de energía mostró déficit al obtenerse un 83% de adecuación del consumo promedio respecto al requerimiento de energía. Igual que los casos, el porcentaje de grasas y carbohidratos respecto al valor energético total (VET) es adecuado, no obstante también se observa en este grupo déficit en la ingesta de calcio, zinc y vitamina E. El resto de los micronutrientes evaluados fue adecuado.

Evaluación clínica:

La valoración clínica evidenció lo siguiente: Todos los niños presentaron niveles normales de presión arterial, pulso y frecuencia cardiaca; ningún niño presentó alteraciones en la frecuencia respiratoria, hepatomegalia o esplenomegalia; se encontró evidencia clínica de acantosis nígrica (localizada en el cuello) en tres de los niños estudiados; un total de 18 niños presentaron estrías con localización en los muslos, glúteos y abdomen; un total de 9 niños presentaron evidencia de desarrollo puberal.

3- Evaluación de conocimientos relacionados con prevención de ECC:
   
Al consultar a los niños respecto lo que significa para ellos alimentarse, el 67% describió asociaciones relacionadas con términos como: consumir alimentos variados, fuerza física, salud, comer en exceso, consumir frutas y vegetales, "comer para adelgazar "o" con crecimiento", sin embargo un 32% no respondió la pregunta. Sólo el 65.5% de los niños respondió afirmativamente al consultárseles respecto a si existía relación entre alimentación y salud, de los cuales el 32% asocia la alimentación con salud. Un 58% de los niños opinó que un niño en edad escolar debe consumir frutas y 35% vegetales. Es importante destacar que el 22.6% de la muestra opina que deben consumir todos los alimentos de la dieta del costarricense, refiriéndose al: arroz, frijoles, carnes, leche, frutas y vegetales. Al consultárseles respecto a alimentos que deben consumir para crecer con un corazón sano, un 45% consideran que deben consumir vegetales y un 42% frutas.

Como alimentos que pueden "enfermar" el corazón, un 35% indicó que las grasas y un 32% las golosinas. El 19% de la muestra no respondió la pregunta.

Respecto a los alimentos fuente de grasa, los niños indicaron una gran cantidad de alimentos. El 48% consideró las frituras como fuente de grasa, seguido de alimentos usuales en restaurantes de comida rápida como hamburguesas y pizza (19%). El 22.5% no respondió la pregunta.

Al solicitar a los niños que mencionaran alimentos fuente de.colesterol, el 71% no respondió la pregunta, el resto mencionó: confites y salchichón (13%). Fueron mencionados sólo en una ocasión la mantequilla, el pollo y las papas fritas, queso blanco, huevo, morcilla, carne de cerdo y caldo de pollo. Las golosinas como: confites, helados, chocolates, repostería y chicles fueron mencionados como alimentos fuente de azúcar por el 61% de la muestra.

Un 71% mencionó no conocer alimentos fuente de fibra, sólo el 6% indicó las frutas como este tipo de fuente. Otros alimentos mencionados fueron: arroz y avena integral, carne de soya, vegetales, leche, huevos, queso, Corn Flakes, pan y tortillas. El 32% de la muestra dijo no conocer alimentos fuente de vitaminas y minerales, un 26% mencionó los vegetales y el 35% las frutas (naranja, mandarina, manzana y limón ácido). Alimentos mencionados sólo en una ocasión fueron: Corn Flakes, lentejas, pescado, huevo, Frescoleche, frijoles y avena.El 100% de la muestra opina que el ejercicio físico es importante, sin embargo al consultarles respecto a las razones el 45% considera que el ejercicio es importante para adelgazar y el 39% para tener una salud adecuada. A pesar de que todos los niños opinan que el ejercicio físico es importante, el 16% no conocen la razón.

Al solicitar a los niños y niñas que describieran cuatro modificaciones que pueden realizar para crecer con un cuerpo sano, se obtuvo una diversidad de respuestas, las cuales se categorizaron y presentan en el cuadro 1 , donde se observa que la mayoría de los niños opina que para tener un cuerpo sano debe realizar ejercicio. Veinte consideran que deben adecuar su alimentación.

 

4- Evaluación de actitudes relacionadas con la alimentación del niño y su problema de sobrepaso:
   
Al consultar a los niños sobre como consideran que es la alimentación categorizando según la escala Likert Un 48% considera que la alimentación es importante y el 45% la considera muy importante. Con respecto a su problema de sobrepaso, el 77% se consideró "gordo" y el 13% consideró que su peso es normal, el 42% no respondió la pregunta. Al consultar a los niños sobre lo que significa para ellos estar "gordo", un 29% no respondió la pregunta; el resto brindó diversas opiniones las cuales asoció con percepción física (32%), con salud (32%), con rechazo por parte de los demás y baja autoestima (12%); sólo 6% lo asoció con alimentación excesiva. El 16% de la muestra no respondió al preguntarles qué significaba para ellos ser delgado, sin embargo un número importante de niños (42%) lo asocia con su percepción física y 26% con alimentación adecuada. El 45% que asocia "el ser delgado" con composición corporal, menciona que es: "tener peso normal", "no tener panza", "ser flaco", "que la ropa me quede", entre otros. Al consultar a los niños sobre cómo les han dicho las personas que ellos son, la mayoría indicó que los tratan de "gordos" ( 90%) o "cerdos" (16%). Ante esta pregunta se percibió que para la mayoría de los niños es doloroso hablar del tema.

El 81% respondió afirmativamente al consultárseles si les gustaría cambiar algo de su cuerpo. El 19% menciona querer cambiar todo su cuerpo, 13% mencionó querer ser más delgados, 39% quieren reducir el abdomen, y al 6% le gustaría reducir las piernas.

Realizar ejercicio fue la actividad mencionada por la mayoría (58%) de los niños como una de las modificaciones que deben realizar para cambiar su cuerpo. El 32% mencionó actividades relacionadas con alimentación, como: "dejar de comer tanto o tener una dieta balanceada", y "evitar las grasas" (13%). El 16% no respondió la pregunta.

En el análisis del dibujo de la figura humana realizado por los niños no se encuentra un patrón común que pueda distinguir este grupo, de los dibujos de otros niños de similar edad. Sin embargo destacan algunos elementos que sería importante considerar:Dibujos que corresponden a 11 niños presentan indicadores de ansiedad, sentimientos de minusvalía y dificultad en el control de impulsos (no todos los elementos están presentes en todos los dibujos). Seis de estos dibujos presentan estos rasgos de forma muy marcada, evidenciando la existencia de posibles situaciones conflictivas que afectan su desarrollo psicosocial. No se refleja en forma explícita en ninguno de los dibujos el sobrepaso en los niños. Por el contrario, la mayoría de los dibujos (23 sujetos) representan figuras deseadas y los restantes, figuras que podrían ser consideradas como normales. Veintisiete de los sujetos señaló el abdomen (entre otras partes del cuerpo) como una de las partes de su cuerpo que no les agrada.En un nivel concreto del pensamiento de los niños, podría ser que ellos ubicaran en el abdomen el depósito de alimentos, así como la parte más visible de su exceso de peso. No se encontraron diferencias significativas en la representación de la figura humana intrasujetos y sólo en uno de los dibujos se evidencia una figura femenina un poco más curvilínea que la dibujada inicialmente.

5- Diseño e implementación del programa educativo

Diseño del modelo educativo: Se diseñó un lema y un logo para el modelo educativo que identificara el objetivo de la intervención "Crezcamos con un corazón sano" (ver figura 1 ).

 

 
 

Tomando en cuenta la etapa diagnóstica, se definieron los siguientes contenidos educativos para las cinco sesiones que conformaron el modelo educativo:

1. Alimentación y salud y dieta adecuada para un niño en edad escolar.

2. Grasa y colesterol dietario y su relación con la enfermedad cardiovascular.

3. Alimentos fuente de fibra y azúcar simple e importancia de un consumo adecuado para estos.

4. Alimentos fuente de vitaminas y minerales e importancia de un consumo adecuado de estos.

5. Ejercicio y salud y alimentación adecuada para un corazón sano. El diseño de cada sesión educativa involucró la determinación de los contenidos, objetivo general, objetivos específicos, actividades a realizar, recursos y evaluación de actividades. Las sesiones 1 y 5 se planificaron para ser realizadas con la presencia de todo el grupo (padres o encargados y niños), con el fin de involucrar a los padres en la implementación de las modificaciones conceptuales, prácticas, de hábitos alimentarios y de actitudes con sus hijos.

Para la ejecución del modelo se diseñó un cuaderno de actividades, en el cual cada niño podría desarrollar actividades específicamente diseñadas para su edad. Este cuaderno vendría a completar el trabajo realizado en clase.

Para el diseño del cuaderno de actividades se seleccionó como personaje clave el "conejo", con el cual los niños podrían identificarse, por ser un animal que es muy activo y porque consume frutas y vegetales.

Implementación del modelo educativo: El total de los casos participó en todas las sesiones educativas. La asistencia fue permanente. Todas las sesiones tuvieron gran aceptación por parte de los participantes, lo cual se evidenció en la evaluación de cada sesión.

6-  Evaluación de la efectividad del programa de educación nutricional implementado:
   
El grupo de casos redujo significativamente (p < 0.05): peso, IMC, pliegue del tríceps, el consumo de emergía, ácidos grasos monoinsaturados, folatos, hierro y vitamina C, además se evidenciaron cambios significativos en sus conocimientos y actitudes relacionados con alimentación. La única pregunta que no mostró modificaciones significativas después de la intervención fue la relacionada con alimentos fuente de colesterol, lo cual sugiere la necesidad de fortalecer conocimientos, ya que se considera el tema algo complejo. Además, se debe fortalecer la evaluación del contenido en dicha actividad y hacer más énfasis en la diferenciación entre grasa y colesterol. En el grupo de casos también se observaron modificaciones en los promedios de diferentes variables, entre ellas, circunferencias de tórax, cintura, cadera y muslos, niveles séricos de triglicéridos, colesterol total y HDL-C, y el consumo de: proteína, grasa, colesterol, vitamina E y Zinc. Estos a pesar de no mostrar cambios significativos, probablemente con un período de tiempo mayor al transcurrido entre ambas evaluaciones, hubiesen reportado también significancia estadística.
También se observó como el grupo de casos se disminuyó en un 50% el número de niños con hipercolesterolemia, así como los niños con hipertrigliceridemia, aunque en menor proporción. Contrario a este comportamiento, en el grupo de control se observó un aumento de 60% en el número de niños con hipercolesterolemia. La única variable bioquímica que mostró reducciones significativas fue el GDL-C, no obstante esto no interfirió en la clasificación de los niños dentro de las categorizaciones. Se requerirá mayores investigaciones y muestras más grandes para determinar la razón de dicho comportamiento.

Se aumentó en un 20% el número de casos que reportó realizar actividad física, así como una disminución en el número de los que reportaban asistir frecuentemente a restaurantes de comidas rápidas. En el grupo de control no se observó cambio alguno.

Discusión

Numerosas investigaciones han establecido una asociación positiva entre la obesidad infantil y el riesgo de ECC. Estas sugieren que la prevención y el tratamiento de la obesidad reducen de manera significativa la incidencia de ECC (10 ).

La evaluación de los factores de riesgo cardiovascular en el grupo de niños estudiado, permitió constatar que aproximadamente el 45% presentó antecedentes familiares de Diabetes Mellitus, asma y obesidad. Se evidenció que los padres o encargados del niños no consideraban la obesidad como un antecedente familiar de importancia, a pesar de que una gran mayoría de ellos tenía problemas de sobrepeso y obesidad, según observaciones del investigador. La ignorancia respecto a que la obesidad es un problema de salud, reduce la importancia que los familiares y consecuentemente los niños le conceden a esta. De ahí, que para lograr modificaciones en estilos de vida que promuevan salud en este grupo de niños, se debe empezar por concientizarlos a todos sobre qué es la obesidad así como las implicaciones que esta produce a corto y largo plazo. 

La OPS/OMS, 2000 (11 ), en su publicación sobre "la obesidad en la pobreza: un nuevo reto para la salud pública", describe la asociación existente entre bajas condiciones socioeconómicas y la etiología de la obesidad. Igualmente Lacar E, Soto X y Riley W, 2000 (12 ), en un estudio realizado en adolescentes obesos mexicoamericanos encontraron alta prevalencia de obesidad en niños de bajos ingresos socioeconómicos. Estos hallazgos rompen con el paradigma de que la obesidad y el sobrepeso son un problema presente en individuos de clases socioeconómicas altas. El grupo de niños estudiado, constató en gran medida las hipótesis expuestas en dichas investigaciones, dado que el análisis del ingreso per cápita señaló que un 32.2% de las familias de los niños no satisfacían las necesidades básicas o vivían en condiciones de extrema pobreza.

Lo anterior, sugiere que intervenciones dirigidas a la reducción de la prevalencia e incidencia de obesidad en niños estén orientadas hacia todos los niveles socioeconómicos, y no a un grupo específico, sino que, por el contrario, estas se ajusten a las condiciones de cada grupo a fin de lograr modificaciones en hábitos y/o estilos de vida.

La mayoría de los padres, madres o acompañantes expresaron que el problema de sobrepeso en los niños inició durante la edad preescolar y escolar. Al respecto, surge la interrogante sobre cuáles factores condicionan dicho comportamiento, por ejemplo, si al involucrarse el niño en el ambiente social o escolar se modifica su alimentación o estilo de vida. Este aspecto debe analizarse con mayor profundidad en futuras investigaciones, en las cuales puedan determinarse cuáles son los factores que están condicionando el sobrepeso en los niños costarricenses.

A pesar de que el 100 % de los niños presentaba obesidad, el 80.6% indicó que nunca había recibido tratamiento alguno para solucionar dicho problema. Padres y encargados plantearon su disconformidad respecto a la falta de interés de los profesionales en salud para atender a sus hijos, así como la falta de conocimientos en ellos sobre qué hacer ante la situación.

Actualmente, el exceso de tejido adiposo visceral se asocia con variaciones sanguíneas en lípidos y lipoproteínas, y por ende es considerado un factor de riesgo para la ECC (13 ,14 ). Las mediciones de circunferencias de cintura en este grupo de niños, evidenció que la gran mayoría presentaba exceso de tejido adiposo visceral, el cual además fue mencionado como la parte de su cuerpo que "menos les agrada". 

Al evaluar el perfil lipídico en este grupo de niños, se encontró que el 97% de los niños (30 de 31) presentó niveles no deseables de lipoproteínas. Se determinó que el 42% presenta hipercolesterolemia, el 58% hipertrigliceridemia, 35% elevados niveles de LDL-C y sólo 38.7% presenta niveles deseables de HDL-C. Lo anterior pone en manifiesto los factores de riesgo cardiovascular existentes, a lo cual se suma el factor de riesgo presente en todos los niños: la obesidad. Estos resultados ponen en manifiesto que 97% de los niños presentan al menos dos factores de riesgo de ECC.

Monge R, Holst I, Faiges F y Rivero A, 1999 (15 ), en su estudio sobre perfil de lípidos en plasma en niños de 10 a 13 años de escuelas costarricenses, encontraron altos porcentajes de niños que presentaban alteraciones en el perfil lipídico (hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia y otras). Estos hallazgos concuerdan con lo identificado en la presente investigación y sugieren la urgente necesidad de realizar intervenciones preventivas en los niños escolares, de manera que se logre reducir el riesgo de desarrollo del ateroma, al ser el perfil lipídico alterado uno de los principales factores condicionantes de la ECC.

La evaluación dietética identificó que al 35% de los niños no les gustan los vegetales (zanahoria, vainica, entre otras). También existe poca aceptación a la utilización de condimentos naturales para la preparación de los alimentos. Estas conductas están acordes a estudios dietéticos en el país donde se ha determinado bajo consumo de frutas y vegetales en escolares costarricenses (16 ).

La evaluación dietética del consumo de energía, macronutrientes y micronutrientes evidenció gran variación en la ingesta de éstos. Fue sorpresivo observar niños que reportan consumos que no cubren siquiera el 50% del VET a pesar de tener exceso de peso. Los promedios obtenidos para energía y nutrientes muestran grandes desviaciones estándar y evidencian una gran variabilidad en las ingestas reportadas. Lo anterior debe valorarse bajo el contexto de que en individuos con sobrepaso, es usual la subestimación del consumo de alimentos, lo cual interfiere en la veracidad de la información dietética reportada (8 ,17 ).Fue preocupante obtener adecuaciones de 67 a 73% de calcio respecto a las RDD, ya que el calcio es un nutriente esencial para el desarrollo óseo de los niños; se plantea entonces un llamado de alerta ante el bajo consumo de este nutriente en la población infantil. Es relevante formular la siguiente pregunta: ¿Si el consumo de calcio es inadecuado en niños con ingestas hipercalóricas, cómo estará en niños con consumos isocalóricos?

El excesivo consumo de proteína en este grupo de niños, demostrado por elevados porcentajes de adecuación respecto a las RDD, podría ser un factor causante del exceso calórico en muchos de ellos. Este hecho sugiere la necesidad no sólo de realizar intervenciones dietéticas en este grupo de niños, sino también sugiere la necesidad de evaluar factores de riesgo de ECC como la hiperhomocisteinemia, asociada con baja ingesta de ácido fólico y elevada ingesta de metionina o bien de proteína de origen animal, así como con alteraciones en su metabolismo (18 ).

El resto de los nutrientes (hierro y antioxidantes) evaluados en la dieta de los niños fue adecuado, e incluso se observaron excesos de hasta 400% de adecuación como en el caso del selenio. No obstante, no hay que obviar que la dieta fue evaluada con tablas de los Estadios Unidos, lo cual plantea serios cuestionamientos respecto al valor nutritivo de los alimentos en nuestro país ante la inexistencia de tablas de composición para Costa Rica, esto genera dudas respecto al contenido real de antioxidantes en la dieta de estos niños.

La determinación de conocimientos relacionados con alimentación saludable para la reducción de factores de riesgo cardiovascular, permitió no sólo el diagnóstico requerido para la formulación del programa educativo, sino que también evidenció la ausencia de conocimientos adecuados para la prevención de la ECC en este grupo de niños. Pocos niños respondieron adecuadamente a cada una de las preguntas formuladas respecto a alimentación adecuada para la reducción de factores de riesgo de ECC, sin embargo, sí estaba claro para la mayoría (64.5%) la existencia de una relación entre la alimentación y la salud. Al consultárseles respecto a alimentos fuente de colesterol y fibra, el 71% no conocía ni siquiera el término e incluso mencionaban nunca haber escuchado al respecto, lo cual podría ser de esperar en niños de edad escolar.

El ejercicio físico fue considerado de importancia para la totalidad de la muestra, sin embargo sólo el 39% lo asocia con salud, y otro porcentaje importante (45%) lo relacionan con adelgazar. No obstante, para la mayoría de los niños (71%), éste forma parte de las modificaciones que deben realizar en su estilo de vida para crecer con un cuerpo sano. Lo anterior plantea que para los niños es importante realizar ejercicio, sin embargo la mayoría de ellos son sedentarios. Este hecho pone de manifiesto un problema de actitud y de desconocimiento respecto a alternativas factibles y económicas específicas para realizar ejercicio físico. Es claro que los individuos pueden tener los conocimientos necesarios para realizar modificaciones conductuales, sin embargo éstas no serán parte de sus prácticas hasta que exista una actitud que modifique esa conducta.

Al evaluar actitudes de los niños hacia el sobrepaso, la percepción física es fundamental. Con dolor mencionan problemas de autoestima y rechazo de los demás, e incluso para ellos ser delgados es "ser bonitos" o un requisito para que las personas los quieran o acepten. Muchas personas consideran la obesidad infantil sólo como factor condicionante de futuras enfermedades, sin embargo olvidan el daño emocional que ésta ocasiona en los niños, pues en la mayoría de los casos reportan sufrir burlas y rechazos de sus compañeros de escuela, lo que provocan dolor y baja autoestima.

La experiencia de la intervención educativa fue realmente enriquecedora. El grado de interés manifestado por padres y niños fue sorprendente, dada la perseverancia para la asistencia a todas las sesiones así como para la participación y desarrollo de las diferentes actividades propuestas a lo largo de la implementación del modelo educativo. La actitud positiva mostrada a lo largo de las diferentes sesiones pone de manifiesto grandes expectativas para el trabajo educativo en niños pequeños, los cuales evidencian no sólo interés, sino también compromisos para cumplir con las diferentes tareas solicitadas. El libro de actividades desarrollado como parte del modelo educativo fue una herramienta útil, económica y de amplia aceptación por los participantes, con la cual se evaluaron los progresos obtenidos con el modelo educativo según los objetivos planteados.

El tema relacionado con alimentación del niño en edad escolar fue el que despertó mayor interés en los padres, los cuales se mostraron sorprendidos ante la falta de conocimientos existentes sobre el tema. Para los niños la lotería de frutas y vegetales y las actividades desarrolladas en el libro fueron las más atractivas e ilustrativas, tanto así que en la última sesión solicitaban nuevas fechas de reunión para continuar con el proceso de aprendizaje.

La experiencia del modelo educativo confirmó que la participación de los padres es determinante para el cumplimiento de los objetivos educativos y consecuentemente para su efectividad, ya que son ellos los que colaboran en el hogar apoyando al proceso de aprendizaje, el cual no sólo se da en los niños sino también en ellos. Golan M, Weizman A y Fainaru M, 1999 ( 19 ), enfatizan en su investigación en la importancia de involucrar a los padres en programas educativos para la reducción de factores de riesgo cardiovascular.

El modelo planteado no requiere de grandes inversiones de recursos económicos y el desarrollo de los diferentes temas puede realizarse con alimentos naturales e incluso acordes a la disponibilidad por zona.

Considerando el tiempo transcurrido entre la implementación del modelo y la evaluación final (3 meses), así como el tamaño de la muestra, las pruebas estadísticas evidenciaron cambios significativos en las variables estudiadas para el grupo intervenido (casos).La única pregunta que no mostró modificaciones significativas después de la intervención fue la relacionada con alimentos fuente de colesterol. Este hecho sugiere la necesidad de fortalecer conocimientos al respecto, al considerarse el tema algo complejo, con lo que se sugiere que la evaluación del contenido en dicha actividad sea más minuciosa y se enfatice en la diferenciación entre grasa y colesterol.

El modelo educativo propuesto fue diseñado para la educación de niños en edad escolar sin importar su estado nutricional, y se sugiere para futuras investigaciones su implementación en diferentes escuelas del país, con el propósito de que éstos al llegar a la edad adulta tengan mejores índices de salud.

Numerosos son los proyectos establecidos en diferentes países que poseen experiencias en la aplicación de programas educativos para la reducción de riesgo cardiovascular. Algunos como "The Child and adolescent Trial for Cardiovascular Health" (CATCH), "Stanford Five Disease Prevention", "The Cardiovascular Health in Chidren (CHIC) Study", entre otros, plantean resultados muy satisfactorios e incluso tienen años de estarse implementando en escuelas y colegios para reducir en el mañana el número de adultos con ECC ( 20 , 21 , 22 ).El programa diseñado podría ser utilizado como base para programas nacionales de prevención de ECC en Costa Rica, y complementarse con otros componentes que mejoren la calidad de vida como educación física, de manera tal que involucro todos los aspectos relacionados con factores de riesgo de la ECC.

La presente investigación es el primer estudio realizado en el país que describe factores de riesgo de ECC en un grupo de niños obesos (23 ). También evaluó los efectos producidos por una intervención educativa en este grupo de niños a fin de que este pudiera ser utilizado en futuras intervenciones educativas en los escolares del país.

El modelo educativo implementado requiere de la participación y colaboración de los parientes o padres, a fin de que ellos participen no sólo en el proceso de enseñanza-aprendizaje sino también se involucren en el tratamiento de sus hijos.

El modelo educativo nutricional propuesto fue efectivo al lograr mejorar significativamente, sólo en el grupo intervenido, las siguientes variables: peso, IMC, pliegue del tríceps, el consumo de energía, ácidos grasos monoinsaturados, ácidos grasos saturados, ácidos grasos polinsaturados, folatos, hierro y vitamina C; además se evidenciaron cambios significativos en sus conocimientos y actitudes relacionadas con alimentación. También se observaron modificaciones en los promedios de diferentes variables, entre ellas, circunferencias de tórax, cintura, cadera y muslos, niveles séricos de triglicéridos, colesterol total y HDL-C, y el consumo de proteína, grasa, colesterol, vitamina E y Zinc.Queda estadísticamente claro que aquellas variables que dieron significativas en esta muestra probablemente lo serán para muestra de mayor tamaño, a pesar de ser ésta una muestra pequeña.

El modelo educativo nutricional "Crezcamos con un Corazón Sano" modifica los factores de riesgo de enfermedad cardiovascular en niños escolares obesos.

El modelo educativo propuesto fue diseñado para la enseñanza de niños en edad escolar sin importar su estado nutricional. Se sugiere su implementación en diferentes escuelas del país, con el propósito de que al llegar a la edad adulta la población tenga mejores índices de salud. Este podría reforzarse con otras áreas como educación física y sicología, a fin de que Costa Rica cuente con un programa nacional de prevención de ECC en niños. También se recomienda valorar la efectividad del modelo educativo propuesto a largo plazo, así como diseñar un sistema de seguimiento por un tiempo prolongado.

 
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  1 Nutricionistas Clínicas. Profesoras e Investigadoras. Escuela de Nutrición. Universidad de Costa Rica. Tel. 207 - 3053.
vesquive@cariari.ucr.ac.cr./ y msuarez@cariari.ucr.ac.cr./

 

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