El riesgo de que un hombre desarrolle alguna forma de cáncer es del 33% y en el caso de las mujeres de 23%.  La tasa acumulada es del 40% para los varones y de 27% para mujeres.  Como resultado de esto, se sabe que una de cada cuatro personas morirá de cáncer.

De acuerdo a datos suministrados por el Registro Nacional de Tumores, del Departamento de Información del Ministerio de Salud, en la población masculina en 1997 murieron 393 hombres de cáncer de estómago y en 1998 se registraron 381 muertes.

El cáncer de próstata le cobró la vida a 199 varones en 1997 y 240 en 1998.  En un tercer lugar se coloca el de Tráquea, Bronquios y Pulmón con 151 defunciones en el 97  y 141 en el 98.

La población femenina también se vió afectada por el de estómago, costándoles la vida a 188 féminas en el 97 y 227 en el 98.  En una segunda posición se encuentra el cáncer de mama con 159 muertes en el 97 y 176 en 1998, el tercer lugar lo ocupa el cáncer de cuello de útero con 147 defunciones en 1997 y 144 en 1998.

La provincia de limón  fue la que más muertes presentó por cáncer de cuello de útero en 1998, con un 12.33%, seguida de Guanacaste con 10.53%, en tercer lugar Puntarenas con 9.8%, Alajuela registró 8.27%, San José 6.42%, Cartago 6.32% y por último la provincia de Heredia con 5.32%.

A pesar de que el cáncer ocupa el segundo lugar como causa de muerte en nuestro país, se puede encontrar una serie de deficiencias que determinan la urgencia de afrontar este flagelo de una manera radicalmente diferente de cómo se ha hecho hasta el momento.

En nuestro país un atraso sustancial en la adquisición de tecnología moderna, además de escasez del recurso humano capacitado y calificado para ofrecer un servicio adecuado.

Actualmente el país requiere de 28 profesionales en radioterapia, 6 fisicomédicos y aproximadamente unas 30 enfermeras especializadas en oncología.  La situación con la falta de personal es tal, que la Caja Costarricense de Seguro Social, se ha visto en la obligación de contratar un grupo de nueve especialistas extranjeros a un costo de cinco mil dólares por mes cada uno.

Los lamentables accidentes de irradiación y las largas filas de espera para recibir atención especializada dan cuenta, de la situación del país en este campo.
 
 
Creación del Instituto Costarricense contra el Cáncer

Objetivos del Instituto Costarricense contra el Cáncer

Los objetivos del Instituto Costarricense contra el Cáncer es la construcción y puesta en marcha de un complejo hospitalario Especializado en Cáncer, el cual estará dotado con los adelantos tecnológicos más eficientes, para dar un tratamiento que permita mayor sobrevida y mejor calidad de vida de los pacientes.

También garantiza acceso universal a los servicios prestados por el I.C.C.C. a todas las personas, sin distingo de raza, religión o nivel socioeconómico y alcanzar una óptima calidad en los  servicios que preste el Instituto, desde el punto de vista científico, tecnológico y humano.

Dentro de este Sistema oncológico no se va a excluir a los hospitales que ya existen, muy por el contrario, lo que se busca es reforzarlos y que exista un Centro Especializado de referencias para asuntos específicos y que requieran la utilización de alta tecnología.

Este Sistema Oncológico Nacional busca satisfacer las crecientes necesidades en términos de prevención, diagnóstico temprano, tratamiento oportuno a través de la cirugía, quimioterapia, radioterapia, o braquiterapia, con los últimos adelantos que la ciencia ha desarrollado en el mundo.

El Instituto Costarricense contra el Cáncer será responsable por el desarrollo de las políticas para satisfacer las necesidades de la población, bajo la rectoría del Ministerio de Salud.

El proyecto en estos momentos viene a resolver una necesidad muy sentida en la población costarricense y la meta es disminuir la incidencia del cáncer y eso sólo se va a lograr a través de programas de prevención, tamizaje y detección temprana.   Para las personas que ya estén sufriendo la enfermedad, se les dará programas de soporte y cuidados paliativos y de ayuda en el hogar.