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Revista Costarricense de Salud Pública

versión impresa ISSN 1409-1429

Rev. costarric. salud pública vol.6 no.11 San José dic. 1997

 

Reciprocidad y convergencia de los enfoques cuantitativo y cualitativo.
Una experiencia de investigación en salud
 
 
Alexis Romero Salazar, MSc. 1
 
 
Resumen

En este ensayo se comentan los cambios ocurridos en el paradigma clásico de la ciencia -de orientacion cuantitativa- y se presentan algunas ideas en relación con sus implicaciones para la investigación social. Al respecto, se discuten los señalamientos en torno a la insuficiencia de aquel y se expone una estrategia metodológica en la que convergen los enfoques cuantitativo y cualitativo.

El estudio de la representación social brinda tal posibilidad, en virtud de la naturaleza de sus elementos constitutivos, que pueden ser abordados, unos desde fuera y a partir de su consideración estadística y otros desde adentro, asumiendo su formulación en el habla. El primer acercamiento, entonces, se concreta en el número que es la entidad mediante la cual se hace el análisis; en el segundo, la aproximación se produce a través de la palabra.

Palabras claves

Enfoque cuantitativo, Enfoque cualitativo, Investigación.
 
 
Introducción

El presentar la relación entre los enfoques cuantitativos y cualitativos en términos de oposición, luce demasiado simplista. Es que genera una dicotomía que cuando no es indiferente a los aspectos -y datos- no numéricos, es irrespetuosa con los significados subjetivos. En cualquiera de los dos casos hace omisión del carácter estructurado de la realidad.

El extremismo de una u otra naturaleza -cuantitativo o cualitativo- está tan comprometido con la negación de la posición que considera opuesta, que pierde de vista que la propia realidad insiste en posibilitar el encuentro.

Ciertamente, la inercia mental producida por comportamientos rutinarios y resistentes al cambio, mantiene a la llamada comunidad científica apegada a la orientación positivista, evidentemente agotada en su empeño por la generalización empírica con sustentación matemática.

Por otro lado, el compromiso y la presión por la superación de las insuficiencias de aquella orientación, hacen que el postpositivismo se incapacite para captar las reciprocidades, convergencias y complementariedades; advierte exclusivamente las oposiciones.

Lo cuantitativo y lo cualitativo no son dos polos opuestos de un continuum; por tanto, entre ellos no existe necesariamente una solución contradictoria, pero tampoco de continuidad. Lo que sí es cierto es su naturaleza diferente; fundamentalmente en lo que respecta a la materia con la que trabajan -números y palabras- y a la posición desde la cual pretenden explicar -desde afuera- (perspectiva "ética") y desde adentro (perspectiva "émica").

A mi juicio, hay, no obstante, una distinción de mayor importancia en lo que tiene que ver con el abordaje y  explicación de la realidad. El enfoque cuantitativo tiene una innegable potencia para el tratamiento de los datos más concretos -más ecológicos, para usar una metáfora de la geología; mientras que el cualitativo es una poderosa herramienta para entrar en la profundidad de los sentimientos, por ejemplo. Sin embargo, la aceptación acrítica de esta cuestión podría traer graves consecuencias para la investigación entre ellas asumir que la aplicación -en cualquier situación sin rigurosidad- de una estrategia cualitativa automáticamente permite corregir o llenar las insuficiencias de la operación con la estrategia cuantitativa, y al revés.

Con este ensayo pretendo presentar de manera algo más amplia estas ideas, utilizando para ello una experiencia de investigación referida a la representación social de la lepra; en la que produjimos un doble movimiento metodológico cuantitativo-cualitativo.
 

I.   La generalización empírica de base positivista: el enfoque cuantitativo.

Como lo señala Miguel Martínez, la ciencia de los últimos siglos ha sido construida a partir del supuesto aristotélico de la equivalencia adecuada entre la realidad exterior y la imagen de ella que nuestro aparato cognoscitivo elabora (1991, 14).

Así, el conocimiento objetivo es el que exprese esa imagen sin distorsiones y será posible mediante la experiencia que se da a través de los sentidos. Queda establecido de esta manera que únicamente las experiencias sensibles son suceptibles de ser investigadas cientificamente. La ciencia tendrá como objetivo sólo lo que se puede verificar empíricamente.

Por ello sus criterios básicos son, en primer lugar, la objetividad del conocimiento y la experiencia como fuente del saber y, en segundo lugar, el determinismo de los fenómenos y la verificación.

En breve, el fin último de la ciencia es el "establecimiento de generalizaciones empíricas y la presentación de resultados reproducibles y confiables" (Idem).
 

a. La matemática en la base de las generalizaciones empíricas.
 
En el marco descrito, lo dominante será el esquema deductivo, cuantitativo-experimental, cuya sustentación proviene de la idea de que las características particulares -velocidad, peso, por ejemplo- varían entre los elementos -individuos- de un grupo en un momento dado o en un mismo elemento -individuo- de un momento a otro. Por ello, la regularidad y el orden únicamente pueden fijarse por aproximación utilizando los promedios. No puede ser de otro modo, pues es imposible anticipar con exactitud los promedios. No puede ser de otro modo, pues es imposible anticipar con exactitud los resultados de una experiencia -o experimento- que se repite sucesivamente. Eso así en razón de la variabilidad aleatoria.

La teoría de las probabilidades aporta el conjunto de procedimientos ajustados al estudio de la aleatoriedad. De acuerdo con su lógica, para todo evento aleatorio es posible asociar una o más variables y para cada variable es posible encontrar una función que describa su distribución de probabilidades.

La reconstrucción de la ocurrencia de un fenómeno con grandes fluctuaciones en un modelo matemático, exige la utilización del análisis probabilístico para determinar las implicaciones de aquellas. En otras palabras, los resultados -en términos matemáticos- tendrían que presentar alguna aproximación a las observaciones realizadas en torno a las fluctuaciones en la ocurrencia del fenómeno.

En este sentido, la función de la estadística es definir la relación entre el modelo teórico y los datos observados en el mundo real. En esto se fundamenta la generalización de los resultados.
 

b. La generalización empírica en Ciencias Sociales
 
Registrar los acontecimientos -eventos- vitales y poblacionales con propósitos de evaluación y planificación, fue el primer interés en la aplicación de cuestionarios por muestreo. La utilización combinada de las dos técnicas -encuesta estandarizada y extracción de muestras- fue necesariamente el camino a seguir, de acuerdo con la lógica de la generalización de los resultados.

Las ventajas de su aplicación están referidas a la reducción de los costos y los sesgos, a la disminución de los plazos de la investigación y al abaratamiento de los costos, a través de ello se establece una base comparativa entre el grupo encuestado y otro de referencia.

No obstante, se señalan dos limitaciones importantes que tienen que ver, primero, con la construcción arbitraria del cuestionario y con la elección de preguntas con respuestas alternativas prefabricadas -por lo cual representan una simplificación de la realidad-, y segundo, con el hecho de que se extraen respuestas individuales que luego son agregadas aritméticamente -lo que favorece la manipulación de los datos, mediante su tratamiento en términos de promedios, que únicamente dan cuenta del punto medio de su distribución-. Además, este procedimiento aditivo puede dar lugar a proporciones presentadas en porcentajes cuyos significados suelen ser irrelevantes.

Para mí, el verdadero problema está asociado a su uso indiscriminado, sin importar la naturaleza, ni las características de la situación que se estudia y a la sobrestimación de su capacidad para predecir, con base en lo ocurrido en una muestra, lo que será definitivamente cierto para toda la población. La aplicación rutinaria, descuidando aspectos básicos de la producción de conocimiento -preocupados sólo por la rigurosidad de los procedimientos-, conduce al vicio de la generalización absoluta y universal. Ello sería la consecuencia del compromiso con el enfoque cuantitativo que le impide advertir el carácter restringido de la inferencia estadística.
 

II. Postpositivismo y enfoque cualitativo
 
A principio del siglo XX tienen lugar algunos hechos con importantes repercusiones a nivel epistemológico.

"Einsten relativiza los conceptos de espacio y de tiempo al señalar que no son absolutos, sino que dependen del observador. Heisenberg introduce el principio de indeterminación o incertidumbre, según el cual el observador afecta y cambia la realidad que estudia. Heisenberg, además, acaba con el principio de casualidad. Borhr establece el principio de complementariedad, señalando que pueden haber dos explicaciones opuestas para todo fenómeno. Planck y Schrodinger afirman que la física debe estudiar la naturaleza de un numeroso grupo de entes que son inobservables". (Martínez, Ibidem, 16).

El "mensaje" que se deriva de tales hechos -para el quehacer científico- es claro: a partir de aquí no es sensato agotarse en la búsqueda de una objetividad que no es posible. En rigor, este movimiento supone una práctica científica en la que el hombre no puede ser puesto al margen, dada su capacidad para darle significación -de acuerdo con sus expectativas, formación teórica, creencias, actitudes, etc. - a lo que percibe del mundo exterior a través de los sentidos.
 

a) El contenido del enfoque cualitativo
 
El cambio ocurrido necesariamente tenía que producir algún impacto en la actividad científica concreta, aquella que está empeñada en la producción de conocimientos más allá de los simples compromisos académicos.

Se podría decir que comienza a consolidarse una tendencia -apoyada, en buena medida, en la tradición antropológica, sociológica y del servicio social- que expresa un humanismo que está en la base de la inquietud de las Ciencias Sociales.

Para esta tendencia -de naturaleza cualitativa- aún no dominante, el contexto en que ocurren los hechos debe ser captado para poder producir la explicación. Además, debe también producirse una recuperación de las dimensiones humanas de los fenómenos. Lo cual implica, sobre todo, el trabajo sobre la palabra, con lo cual se va más allá de la omnipotencia y omnipresencia del número en el marco del positivismo.

Se trata de entender la realidad desde la situación de los actores, desde el interior de los fenómenos, (es lo que ahora se llama enfoque "émico"). Eso es realizable dado que el sujeto, además de que es de la misma naturaleza del objeto, interactúa con él y produce modificaciones en su situación.

En la sociedad, el acercamiento sujeto-objeto se hace posible en virtud de que las acciones, las estructuras y las relaciones sociales adquieren significados a partir de las motivaciones, intenciones y proyectos de los actores. Se intenta, con el enfoque cualitativo, penetrar en un nivel más profundo, el de los significados -de los motivos, de las aspiraciones, de los valores, etc.- contenidos en el lenguaje común, el de la cotidianidad de la vida. Entonces, la materia con la que se trabaja es la palabra corriente usada en la interacción diaria, en los planos afectivo, político y técnico.

Las palabras sirven de base a todas las relaciones sociales; son un indicador muy sensible de las transformaciones. En estos términos, el habla revela las condiciones estructurales, los sistemas de valores, normas y símbolos y, simultáneamente, transmite -por medio del hablante- las representaciones de grupos específicos en condiciones históricas, socieconómicas y culturales concretas (Minayo, 1993).

A mi entender, el enfoque cualitativo forma parte de lo que Martínez designa con el nombre de perspectiva estructural sistémica, "cuyo diseño trata de descubrir las estructuras o sistemas dinámicos que dan razón a los eventos observados" (1991, 33).

En lo que respecta al enfoque cualitativo en Ciencias Sociales, dado que la objetividad no es posible de realizar, se trata de dar lugar a la objetivación mediante la rigurosidad en el uso de las técnicas e instrumentos. La objetivación sería el criterio interno más importante de cientificidad.

 
III.El encuentro de los enfoques cuantitativo y cualitativo
 
En las últimas dos décadas, según lo que reportan Rossman y Wilson (1985), se constata la existencia de tres posiciones en torno a las relaciones entre los enfoques: el purismo o separacionismo, el eclecticismo y el pragmatismo.

Los puristas sostienen que dadas las diferencias ontológicas y epistemológicas -que originan postulados excluyentes-, los enfoques no son compatibles. Por lo tanto, sus técnicas e instrumentos no se pueden integrar, ni combinar, pues sus supuesto teóricos están referidos a dos formas diferentes de ver el mundo.

Para los ecléticos o situacionales, para quienes la validez de ambos enfoques no está en discusión, la utilización de uno u otro va a depender de la situación específica, pudiéndose aplicar de forma complementaria en el mismo estudio.

Los pragmáticos, señalan lo inadecuado de la presentación dicotómica cuanti-cualitativo, dado que en realidad son los extremos de un continuum. Su combinación le aporta confiabilidad a los resultados.
 

a) El esquema integrador
 
Las dos últimas posiciones -sobre todo el pragmatismo- propenden a la combinación de los enfoques y han dado origen a un desarrollo, que algunos han designado con el nombre de triangulación, (ocurrido en lo que va desde 1985). Eso para expresar el proceso de integración en términos de la utilización -en la navegación marítima y aérea- de varios puntos de referencia para ubicar la posición de un punto en la lejanía. Ello sería una aplicación del principio de complementariedad establecido por Borhr.

De lo que se trata es de ampliar la precisión y la exactitud, puesto que los datos son recogidos y analizados desde diferentes perspectivas. Con ello, las técnicas e instrumentos, aplicados simultáneamente, no sólo se complementan, sino que establecen relaciones de reciprocidad y convergencia. Es que, como afirma Jick, cada enfoque, técnica o instrumento tiene la capacidad para asimilar o promover el ajuste ante las deficiencias y limitaciones de los otros. (1983). Tal como si actuara un mecanismo automático de compensación o correción.

La potencia de la integración se pone en evidencia dentro de un mismo enfoque, en tanto permite comprobar la consistencia interna de las técnicas e instrumentos que se combinan. Entre los dos enfoques da la posibilidad de verificar la validez externa de los resultados.

Obviamente, la integración de los enfoques tiene sus desventajas: a) Por la naturaleza del objeto del estudio y por la limitación de los recursos, no se puede aplicar en todas las investigaciones. b) Los distintos enfoques, técnicas e instrumentos no son igualmente sensibles frente a todos los fenómenos.
 

IV.  Una experiencia concreta: El estudio de la representación social de la lepra.
 
A mi juicio, desde el punto de vista de la producción de conocimientos, tanto el tema de la contradicción como el de la continuidad cuantitativo-cualitativo son irrelevantes. Da la impresión que bastaría con asumir su naturaleza diferente y asimilar las consecuencias de tal hecho.

La investigación cuantitativa ha de trabajar en los niveles de la realidad donde los hechos se ofrecen a los sentidos: los ecológicos, concretos. Su propósito es aportar datos, indicadores y tendencias observables y tiene capacidad para abarcar grupos grandes de datos, por ejemplo, conjuntos demográficos que son estudiados extensivamente.

La investigación cualitativa ha de penetrar profundamente en la complejidad de hechos, fenómenos y procesos particulares de grupos más o menos delimitados en extensión y que pueden ser abarcados intensivamente. Esta orientación permitió el desarrollo de la investigación. "La Representación Social de la Lepra en los pacientes que reciben tratamiento en la Unidad de Dermatología Sanitaria de Maracaibo". (Romero Salazar, et al 1995). El propósito básico era revelar los elementos constitutivos de esa representación social específica.

Conceptualmente, la representación social involucra los planos cognocitivo, afectivo y conductual. De modo que en esos planos se ubican los elementos constitutivos. Así, la investigación se planteó en torno a nociones, creencias, sentimientos, actitudes y comportamientos ante la enfermedad. Concretamente, se trataba de responder a las siguientes preguntas: ¿Qué sabe de la lepra el paciente? ¿Qué piensa de ella? ¿Qué siente con respecto a su afección? ¿Qué hace o cómo se comporta frente al tratamiento?.

Ello supone tocar aspectos más concretos y más en la superficie -como las nociones y las creencias- y más íntimos -como los sentimientos y los comportamientos-.

La estrategia estuvo dirigida a trabajar los primeros aspectos, que admiten la expresión en cifras y medidas -índices, gráficos y estadísticas-, con el enfoque cuantitativo. Al respecto se diseñó un cuestionario con preguntas cerradas -con alternativas preestablecidas- de hecho y de opinión.

Este instrumento fue aplicado a 40 pacientes, seleccionados por muestreo estratificado por afijación proporcional, según el grado de incapacidad. La información recogida fue procesada mediante el paquete estadístico SAS.

En una primera fase se practicó un análisis porcentual, a partir de las tablas de distribución de frecuencias. En la segunda fase, se calcularon los índices -ponderados-, de enmascaramiento, de encubrimiento, de miedo al rechazo, etc., que constituyen una medida de la estigmatización. Estos índices fueron integrados para producir el coeficiente de inhabilitación social.

Los aspectos colocados en niveles más profundos, referidos al mundo de los símbolos, de los significados de la subjetividad y la intencionalidad, fueron trabajados con el enfoque cualitativo. Ese mundo lo penetramos por medio del tratamiento del lenguaje común utilizado en la vida cotidiana por los pacientes.

Al respecto, se elaboró una guía de entrevista a profundidad que permitió recoger la historia de vida -más bien de su enfermedad-. En total fueron 9 relatos de pacientes seleccionados según el grado de incapacidad y de acuerdo con la relevancia del caso, mostrada en los datos previamente aportados por el cuestionario.

Se realizó una sesión previa de inducción para que los pacientes entrevistados se familiarizaran con el equipo y con los propósitos de la investigación. El relato fue grabado durante dos sesiones, por lo menos.

El análisis de los relatos se inició a partir de su transcripción. La interpretación de los significados requirió producir una adaptación del procedimiento propuesto por Poirier y colaboradores (1983).

Evidentemente, la naturaleza de los resultados es bien distinta; así lo determina el carácter diferente de las materias primas de los enfoques -números y palabras- que se combinan. No obstante, fue posible producir su "integración", más bien una síntesis, haciendo uso de lo que Wright Mills llamó la imaginación sociológica (1975).
 
En efecto, el movimiento integrador se concretó en la discusión de los resultados con las personas involucradas en la investigación: los pacientes entrevistados y el personal médico y de inspectores sanitarios de la UDS de Maracaibo. Es decir, se regresó a los informantes para estudiar con ellos la articulación entre las nociones, las creencias los sentimientos y los comportamientos que se expresan en los resultados, tanto del cuestionario como del relato. La problematización de los aspectos relevantes, en confrontaciones sucesivas con los pacientes, que permitieron que surgieran las explicaciones en un esfuerzo colectivo, necesariamente tenía que llegar a la síntesis de los enfoques. Ciertamente, se trató de un proceso laborioso, pero de una gran utilidad en la relevación de los elementos de la representación social de la lepra. La importancia y el significado de este conocimiento, para hacer más eficiente el programa de control, son obvios.
 
 
Conclusión

En la actualidad, la polarización de la discusión en torno a la potencialidad de los enfoques cuantitativo y cualitativo para explicar y comprender los fenómenos sociales, va quedando superada por una tendencia a su integración en la práctica concreta de la investigación.

Según lo que muestra nuestra experiencia, ningún enfoque puede monopolizar la inferencia, a riesgo de negarse a participar del avance de la ciencia.

Así, si se clarifican los niveles en los que pueden ser más útiles las técnicas e instrumentos de uno u otro enfoque; si se acepta su potencia diferencial para operar sobre cada tipo de material -números o palabras-; si se extreman los cuidados en su aplicación, en una actitud vigilante ante cada procedimiento; si se atiende a todo esto, la integración indudablemente puede representar una poderosa perspectiva -no sólo en lo atinente a la recolección, sino al análisis de los datos-.

Actuando en procesos concretos de investigación, cada enfoque cubre las debilidades del otro; ratifica o niega sus resultados -es decir, incita a la crítica-. Obviamente, la validez en este caso depende de un doble criterio.

Finalmente, la cualidad de síntesis deriva del ejercicio permanente de crítica, inherente al proceso de producción de conocimientos.
 
 
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1 Sociólogo venezolano, con Maestría en Sociología del Desarrollo; actualmente cursa el 3er. ciclo del Doctorado en Estudios del Desarrollo del Cendes-UCV. Profesor Asociado en la Universidad de Zulia. Investigador de los Aspectos Sociales de la Salud. Autor de los libros: "El Nuevo Rostro del Autoritarismo en la Escuela" y "Los Rigores de la Urgencia". Miembro del Equipo Editor de Espacio Abierto. Cuaderno Venezolano de Sociología y Director/Editor del "Anuario de la Investigación acerca de lo Social".

La investigación en que se basa el presente ensayo fue financiada por el Programa de Pequeñas Becas del Laboratorio de Ciencias Sociales de la UCV y el Programa de Investigación de Enfermedades Tropicales de la Organización Mundial de la Salud.

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