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Revistas de Ciencias Administrativas y Financieras de la Seguridad Social

Print version ISSN 1409-1259

Rev. cienc. adm. financ. segur. soc vol.7 n.1 San José Jan. 1999

 

El sentido del desarrollo humano en la organización

 

Carlos Enrique Fuentes Bolaños
Cendeisss CCSS

Resumen:

Este artículo presenta una fase del desarrollo del recurso humano en la organización, y es especialmente a la que se refiere a la educación como elemento importante de la sociedad para la búsqueda del bien común. Esa búsqueda del bien común tiene varios elementos a considerar y en este artículo los elementos que se presentan se relacionan con la capacidad organizativa para impulsar el desarrollo de las personas que la componen dentro de un sistema de valores que va a permitir a los individuos desarrollar sus habilidades poniendo en práctica su creatividad dentro de un contexto que los reconozca como seres humanos integrales y no sólo como productores capacitados de bienes y servicios.

La imagen robotizada del trabajador es puesta en duda, así como la idea de la ineficiencia pública per se.
 

Introducción:

Muchas han sido las preocupaciones por el desarrollo humano dentro de la organización y de ellas se han derivado teorías que explican las relaciones de los individuos en sus espacios de trabajo. Podría decirse que las preocupaciones iniciales de los ingenieros de la administración estaban en dotar a la empresa de gente capaz de cumplir con determinadas tareas en serie. En esta etapa inicial preocupaba la tarea, el trabajo en serie, ante todo y el ser humano se sometía a ella. Etapas posteriores - siempre considerando la tarea como un factor fundamental de la producción en serie - dan un espacio para las relaciones humanas entre los trabajadores. Es en este periodo que se comienzan a generar incentivos para motivar el alcance de los propósitos de las empresas: se incrementan los incentivos con una clara orientación a que la persona se sintiera comprometida con el trabajo y, de ser posible, solo hablara de él hasta en sus ratos libres (un ejemplo de esto son los complejos deportivos y recreacionales que las empresas mantienen alrededor de su área de producción). Esta época se caracteriza por acercarse al corazón del trabajador a fin de que sus manos produjeran más, dentro de un contexto netamente utilitario. Los manuales de administración de personal son profusos en recomendar esta escuela de pensamiento, que uno la podría situar dentro de una opción de productividad per se. De hecho, lo que los manuales se reservan de expresar es que quien no respondiera a los incentivos, a ese llamado al corazón, no podía seguir trabajando para la empresa aunque tuviera otras capacidades no contempladas por los jerarcas de la organización. Es en esta etapa que se concretan los conceptos de supervisor o capataz. Es el supervisor, etimológicamente hablando, el que tiene la capacidad de ver sobre los demás, siendo las otras personas objetivos de su visión experta. El capataz surge como el que gobierna y vigila a un cierto número de operarios. En las medianas y grandes haciendas de café, la figura del mandador es sinónimo de ambas. El trabajador es sujeto pasivo de la acción que lo incentiva y sujeto activo para producir al ritmo que se le señalara. El incentivo, como en el juego del burro y la zanahoria, se le podría privar en cualquier momento, con repercusiones que lo alcanzaban a él y a su familia (gente que al perder el trabajo perdía la casa, el lugar de estudio de sus hijos, su comunidad... tal como solía suceder en los enclaves bananeros).

Viene otra tercera etapa del desarrollo humano en la organización, en la cual se reconoce que el ser humano no es sólo un factor de producción, ni que sólo responde automáticamente a los incentivos.

Esta etapa es el reconocer que el ser humano tiene la facultad de pensar, de crear, de disentir, de educarse, de poseer una visión distinta del mundo que lo rodea. Ya, como dice Crozier, no es solo unas manos y un corazón, sino también es un ser con capacidad cerebral de pensar y consecuentemente de actuar... se piensa para luego existir. La organización es el ambiente en el cual este ser humano con más capacidades que las reconocidas por las teorías mecanicistas y sistémicas, es el espacio en donde pondrá todas sus capacidades y habilidades en juego, pero también el espacio en donde encontrará múltiples formas de probarse como ser integral y no solo como un componente más de la cadena del engranaje productivo.

Es un hecho que, muy a pesar de la evolución en este sentido, muchas organizaciones aún se mantienen en una primera etapa: sus esquemas son rígidos, el factor productivo es lo esencial, la comunicación se limita a instrucciones sobre la tarea y sobre el trabajador pende la amenaza del cese de funciones si interrumpe esa cadena de producción. La normativa para producir es la regla de conducta. Por otra parte, ideas muy en boga, nos presentan la máxima expresión del trabajador como aquel que vive y se desvive por el trabajo, como aquel que sólo tiene puestos sus ojos en la producción y por lo tanto canta el himno de la empresa en las mañanas, almuerza sobre su mesa de trabajo, no habla con los compañeros para no interrumpirlos, sus salidas al baño son contrarreloj y deja su puesto de trabajo muy entrada la noche para volverlo a iniciar en horas muy tempranas de la mañana.

Esta imagen robotizada, los manuales afectos a la Calidad Total nos la presentan como un ideal de la modernidad, pero no nos dicen de las altas tasas de suicidio, de las depresiones por la competitividad, del abandono de la familia, de la discriminación y de la alta tasa de drogadicción, todo ello por mantener alerta el cuerpo para el trabajo con total desprecio por el espíritu o por todo aquello que no conduzca a la productividad y a la competencia.

Teniendo en consideración estos elementos, interesa hurgar sobre el sentido que tiene el conocimiento en la producción social del trabajo y, de paso, mencionar algunos elementos que han hecho posible que sociedades como la costarricense hayan podido progresar gracias a un sistema que ha valorado la educación como pilar importante del desarrollo.

Muchos esfuerzos se han realizado en pro del sistema de educación en general y los frutos se han visto reflejados con creces en el desarrollo institucional del país.
 

El trabajador educado:

Son muchas las actividades que han logrado despegar a cimas de importancia, gracias a que la fuerza laboral de este país mantiene una tasa de educación bastante elevada que le reporta importantes ventajas dentro del concierto de naciones. Gracias a esa educación de la clase trabajadora, forjada con el transcurrir de los años y no por carácter espontáneo, es que se han podido construir obras de importancia para las actuales generaciones. En este sentido tanto la educación general básica, como la vocacional han tenido relevancia al crear las bases de un ciudadano consciente de sus responsabilidades. La educación técnica ha propiciado la formación de personas emprendedoras y capaces de enfrentar los avances con buen criterio y es reconocida la participación del trabajador costarricense en la resolución y creatividad tecnológica. La formación universitaria ha reforzado las capacidades para el desarrollo gracias a la democratización del conocimiento y por haber abarcado una serie de elementos esenciales para el desarrollo en lo técnico y humanístico.

Los logros en electrificación y telecomunicaciones, en comunicaciones de tierra, aire y mar, en salud, en educación, en empleo y en cualquiera otra actividad de interés público, no hubieran sido posibles sin un sustrato educacional de importancia, en donde uniendo fuerzas manuales e intelectuales se han podido construir instituciones que han contribuido a fortalecer el sistema democrático. Mientras en una época algunos países se dedicaban a armar a sus ejércitos con recursos públicos aprovechando la afluencia de préstamos externos, Costa Rica con recursos de similar procedencia los destinaba en educación, en vivienda y en abrir fuentes de trabajo. No quiere esto decir que se ignore que, igual que aquellos, buena parte de estos recursos se utilizara en fines distintos a los que le dieron origen al problema de la deuda externa.

En todo caso, ahora y antes, el país ha contado con un pueblo educado y las transformaciones que sucedan en el aparato estatal serán gracias a la visión que se ha tenido para mantener estándares educacionales altos. Es más fácil introducir modificaciones en los procesos sociales que garanticen el bien común, si la base educativa es elevada. Es más difícil aceptar recetas preelaboradas de organización social, si la base educativa permite reconocer las diferencias.

En organización sanitaria, Costa Rica no ha escatimado medios en la formación de sus recursos humanos, mediante convenios nacionales e internacionales para dotar a la organización de personal muy bien capacitado en las áreas de las ciencias de la salud, la seguridad social y la administración, tanto en el plano técnico y profesional. El resultado de este esfuerzo se ve reflejado en sus niveles de atención y en la calidad de los servicios prestados tanto en el ámbito de la atención general como la especializada en los centros de salud, así como en el manejo de sus recursos con la participación de un equipo humano que hace acopio de las principales teorías y herramientas gerenciales. En América Latina la seguridad social costarricense ha tenido relevancia, entre otros, por la competencia de sus recursos humanos los cuales son esencia del sistema educativo formal y en buena parte de las opciones de formación que el propio sistema de sanidad pública les ha brindado mediante programas educacionales dentro y fuera del país.

Para B. Klisberg, por ejemplo, una de las inversiones más rentables de fin de siglo es el rubro de la educación: "Formar capital humano implica invertir sistemática y continuadamente en áreas como educación, salud y nutrición entre otras. A fines de siglo la inversión en educación se ha transformado en una de las de más alta rentabilidad".1 En el momento en que se ponga un alto a esta inversión el país iniciaría un retroceso en los logros alcanzados, en el tanto se le estaría cerrando la oportunidad a muchas personas de desarrollar sus cualidades en beneficio de ese bien común que deben perseguir las instituciones del Estado.

Por supuesto, la inversión en educación se fundamenta en sistemas rigurosos de poner en práctica los aprendizajes obtenidos. En este sentido es valedero que las instituciones formadoras se sometan a un proceso de revisión de la calidad de la enseñanza ofrecida a la población, despojando el acto educacional de cualquier sospecha de mercantilismo académico. A la persona que reciba educacion técnica o humanística, o ambas como sería lo lógico, debe garantizársela que el título obtenido es reconocido por la solidez de los estudios a los que se vio sometido y por el respaldo de la calidad de los profesionales que prepararon al estudiante a través de su carrera. Si la formación es en el extranjero, lo importante es acercarse a aquellas opciones en donde la transferencia tecnológica y de conocimiento tenga una ventaja competitiva que justifique la inversión realizada.
 

Educación y desarrollo organizacional:

Se ha planteado como el desarrollo organizacional ha ido aparejado con la calidad de educación de la población. Instituciones mal concebidas y administradas pueden acentuar las desventajas y neutralizar las ventajas para las cuales fueron creadas. Este repunte organizacional de ventajas y desventajas no sólo ha de pasar por sistemas de control y autocontrol que permitan desterrar prácticas viciosas de mal manejo de recursos que pertenecen a la colectividad. De nuevo el sistema educativo es el pilote central para la orientación acertada de los objetivos organizacionales, con fundamento en una serie de valores que se tienen que incentivar desde el seno familiar, teniendo en cuenta a ésta como la base social por excelencia.

Toda educación ha de partir de una fundamentación axiológica. El sistema de valores es la esencia de la educación en su reforzamiento y promoción. Estos valores son los que el individuo va a aportar a la organización, llámese núcleo familiar, empresa o asociación, a fin de hacerla crecer.

Un desarrollo organizacional es posible si los individuos aportan valores. La buena atención al público, la calidad en el trabajo, el cuidado de los equipos, la racionalidad en el uso de los materiales, la ética y la transparencia en las relaciones humanas y otras conductas de cumplimiento obligado no son posibles si no existe un esquema de valores dentro de los individuos. La buena marcha de una organización no se puede dar linealmente por decreto; depende del sistema de valores de los individuos que la componen y de su compromiso.

Es importante decir que "... el estudio de los valores tiene una importancia capital en todas las ciencias sociales: no puede haber ninguna ciencia social desprovista de valores. Los investigadores que consideran "poco científica" la cuestión de los valores y que creen estar evitándolos están tratando de hacer algo imposible".2

La competencia que las organizaciones, como se ha dicho, depende de la educación de las personas que la componen y del sistema de valores que ha logrado impregnar esa educación en los individuos.

También esa competencia depende de la investigación que se promueva en cada organización dependiendo de sus propósitos. La investigación, en cualquier campo del quehacer humano, brinda luces para la superación. Es sólo mediante sistemas de investigación que se pueden lograr mejoras que persigan el bien público en general.

En el campo de la investigación nuestras instituciones han procurado canalizar el conocimiento de las personas que la conforman. Muchas de estas personas se han beneficiado con becas de estudio en otros países con el fin de que al final de ellos puedan aportar nuevos conocimientos y tecnología. En el campo de las ciencias exactas ha existido ese norte de renovación en el país y poco a poco se ha venido incursionando en el campo de las ciencias sociales, estas últimas que han venido ganando terreno a una concepción equivocada de lo que es el pensamiento científico positivista o el utilitarismo inmediato que algunas mentes de horizontes estrechos no le han podido o querido reconocer. Es un hecho evidente que debe procurarse más el sentido por la investigación, pues de no hacerlo se podría retroceder. Uno de los signos evidentes es la supresión de recursos para estas actividades y el consecuente desmembramiento de instituciones dedicadas a la materia lo cual ha venido sucediendo en países subdesarrollados, al contrario de lo que acontece en otras sociedades en donde existen claras políticas para incentivar las instituciones encargadas de la investigación y del desarrollo tecnológico.

En materia de educación, investigación y desarrollo tecnológico una cosa es que se someta el aparato estatal a revisión y a readecuaciones para ajustarlo a los escenarios actuales y otra muy distinta, es querer fracturar sus principios argumentando incompetencia, ocultando así las contribuciones que el aparato estatal ha dado al logro del bien común en sus distintas áreas del desarrollo social y económico y las potencialidades quepudieran haberen él paramejorarlas condiciones actuales. Una de esas contribuciones, como se ha dicho es el sistema educativo que ha permitido una democratización en el acceso a fuentes de desarrollo a la población, sin desconocer que existen brechas importantes que deben ser cerradas. Una de esas brechas se relaciona con nuevas opciones educativas dentro de un mercado laboral al cual hay que responder con otras opciones educativas que superen las ya tradicionales.

Organizacionalmente debe procurarse el desarrollo del trabajador en materia de formación y educación en aquellas áreas en donde el país todavía no es competitivo en el tanto el avance tecnológico, y de conocimientos en general, señala nuevos derroteros en el desempeño, y esto es válido no solo para el Sector Salud, sino para los demás sectores gubernamentales. Una persona con capacidad para actualizarse es una gran inversión no sólo para una entidad en particular sino para el país en general. El progreso nacional se sostiene y fortalece mediante la educación de la gente y para ello debe abrírsela las posibilidades, pues de lo contrario volveríamos a sistemas en donde solo unos pocos se harían acreedores del conocimiento. Esos pocos serían sólo las personas con mucha capacidad económica.

Concluyo con un proverbio chino: "Si haces planes para un año, siembra arroz, si los haces para dos lustros, planta árboles y si los haces para toda la vida educa a una persona".



1 Bernardo Klisberg Repensando el Estado para el Desarrollo Social: Mas allá de dogmas y convencionalismos. Universidad de Costa Rica, Lección inaugural Primer Ciclo Lectivo de 1998, 25 de mayo de 1998, pág. 11

2 Fritjof Capra (1981), El punto Crucial Ciencia, sociedad y cultura naciente. Rutas del viento, 4:215
 

Bibliografía:

Bernardo Klisberg. Repensando al Estado para el Desarrollo Social: Más allá de dogmas y convencionalismos. Universidad de Costa Rica, Lección inaugural Primer Ciclo Lectivo de 1998, 25 de mayo de 1998, pág. 11         [ Links ]

Fritjof Capra (1981), El punto Crucial, Ciencia, sociedad y cultura naciente. Rutas del viento, 4         [ Links ]

Savedoff, William. La organización marca la diferencia. Banco Interamericano de Desarrollo, Red de Centros de Investigación, Washington D.C., 1998.         [ Links ]