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Acta Pediátrica Costarricense

Print version ISSN 1409-0090

Acta pediátr. costarric vol.15 n.1 San José Jan. 2001

 

Consumo de micronutrientes con función antioxidante en estudiantes de la
Universidad de Costa Rica, con edades comprendidas entre los 17 y 19 años
 
 
Georgina Gómez, Natalia Chaves, Bárbara Sagástume Sandra Murillo, Aileen Fernández, Guido Ulate.

   
 
Objetivos: Determinar el consumo de alimentos fuentes de micronutrientes con función antioxidante en individuos de 17 a 19 años. Sitio de realización: Facultad de Medicina, Universidad de Costa Rica.

Materiales y Métodos: La muestra estuvo constituida por 150 estudiantes universitarios de 17 a 19 años de edad, seleccionados al azar, a los cuales se les evaluó la ingesta de micronutrientes con función antioxidante, utilizando el método denominado dieta usual, y se estimaron las cantidades consumidas mediante el catálogo de fotografías de porciones comúnmente utilizadas en Costa Rica. Para procesar la información se utilizó el programa Nutritionist IV.

Resultados: Al menos el 75% de los sujetos de la muestra cubren las recomendaciones establecidas para vitamina E, vitamina C, selenio, cobre, cinc y manganeso. únicamente el 25% de la muestra cubre las recomendaciones para beta carotenos.

Conclusión: Los resultados de esta investigación revelan un adecuado consumo de casi la totalidad de los micronutrientes con función antioxidante, ya que para la mayoría de las vitaminas y minerales analizados sobrepasa el 100% de la cantidad recomendada para este grupo de edad. Sin embargo, este no es el caso para el consumo de beta carotenos, los cuales presentan un déficit importante en los porcentajes de adecuación. Se recomienda por lo tanto, la creación de programas de educación e intervención nutricional dirigidos a estudiantes universitarios, para fortalecer los hábitos alimentarlos que están permitiendo que actualmente el consumo de micronutrientes con función antioxidante sea el adecuado, y promover además el consumo de aquellos alimentos fuentes de beta carotenos, principalmente vegetales verdes y amarillos que se encuentran deficientes en la dieta de esta población.

Palabras clave

nutrición, adolescentes, antioxidantes, micronutrientes, beta carotenos.
 

En los últimos años varios estudios han analizado el papel del daño oxidativo causado por los radicales libres en el desarrollo de varias enfermedades (1-3). Los radicales libres son especies altamente reactivas, producidas durante los procesos metabólicos normales de la célula, que pueden potencialmente dañar el ADN, las proteínas y los ácidos grasos poliinsaturados entre otros. En pacientes con diversas enfermedades, entre las que se citan la ateroscierosis, la diabetes, el cáncer y las enfermedades neurodegenerativas, se ha detectado una cantidad aumentada de metabolitos oxidados (1). Los complejos mecanismos antioxidantes que previenen o retardan los procesos oxidativos ocasionados por los radicales libres, involucran una serie de enzimas intracelulares y de micronutrientes que incluyen la vitamina E, la vitamina C, los beta carotenos, y minerales como el selenio, cobre, cinc y manganeso (4).

Las cantidades de vitaminas antioxidantes presentes en el organismo están determinadas por el consumo de alimentos ricos en estas sustancias, mientras que la cantidad de enzimas antioxidantes está determinada genéticamente. Sin embargo, las deficiencias dietéticas de algunos minerales como los citados anteriormente, puede tener un efecto negativo en la síntesis de estas enzimas (5).

La hipótesis que apoya la idea de que las vitaminas antioxidantes pueden reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular se basa en una serie de estudios epidemiológicos que apoyan este fenómeno (6). Uno de los hallazgos más contundentes en este campo, es el hecho de que las poblaciones que consumen cantidades importantes de frutas y vegetales presentan menor incidencia de enfermedad cardiovascular y cáncer (7). Las investigaciones más recientes se han enfocado en el contenido de vitaminas y minerales con función antioxidante que se encuentran presentes en estos alimentos y que pudieran estar ejerciendo este efecto protector (6,7,8,9).

Las observaciones que relacionan el estrés oxidativo con la enfermedad cardiovascular se basan en el efecto altamente aterogénico que ejercen las LDL oxidadas en la progresión de la placa ateromatosa (10). Se ha demostrado que en diversas especies animales, la administración de antioxidantes reduce la susceptibilidad de las LDL a oxidarse y retarda el desarrollo de la aterosclerosis (5,6,11).

Otros estudios han demostrado que los alimentos ricos en nutrientes antioxidantes, reducen el riesgo de cáncer del pulmón, de cervix, de boca, y del tracto gastrointestinal. Existe evidencia adicional que sugiere que la vitamina C y los beta carotenos reducen el riesgo de gastritis atrófica y cáncer gástrico (12,13). El consumo de algunos vegetales específicos como por ejemplo el tomate, el brócoli y la cebolla, pueden tener beneficios particulares contra ciertos tipos de cáncer(14). Es importante notar que las frutas y vegetales contienen además carbohidratos complejos, fibra dietética y otras vitaminas, minerales y sustancias fitoquímicas, que podrían a la vez estar ejerciendo un efecto sinérgico en beneficio de la salud del individuo.

Por otro lado, el impacto de la dieta y de grupos específicos de alimentos sobre el envejecimiento y las enfermedades neurodegenerativas que se asocian con la edad, ha sido ampliamente reconocido en los últimos años. El estrés oxidativo produce un deterioro de la regulación de la función celular así como del sistema inmune, favoreciendo los procesos patológicos que se relacionan con el envejecimiento. Meydani y colaboradores (15) reportaron efectos beneficiosos de la vitamina E sobre la morbilidad y mortalidad en adultos mayores. Sin embargo se necesitarán más estudios para determinar el efecto de la suplementación con antioxidantes sobre la longevidad del ser humano.

El presente estudio tuvo como objetivo determinar el consumo de este tipo de micronutrientes en una población de individuos entre los 17 y 19 años, dada la importancia de la acción benéfica de los alimentos ricos en nutrientes con función antioxidante, en la disminución del riesgo de enfermedad cardiovascular, el cáncer y la salud en general del individuo.

Motivados por el hecho de que una prevención temprana influirá después sobre los patrones de morbilidad y la calidad de vida de la población adulta costarricense, un grupo de investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Costa Rica, inició en 1996 el estudio denominado "Factores de riesgo de enfermedad de las arterias coronarias en universitarios de 17 a 19 años", del cual forma parte esta investigación.

 
Materiales y métodos

 
La muestra estuvo conformada por 150 estudiantes seleccionados al azar, que ingresaron a la Sede Central Rodrigo Facio de la Universidad de Costa Rica durante el primer semestre del año 1996, con edades comprendidas entre los 17 y 19 años.

Para recolectar la información correspondiente a la ingesta de vitaminas y minerales antioxidantes (vitaminas E y C, beta carotenos, selenio, cinc, cobre y manganeso) en las dietas de los sujetos, se utilizó el método de consumo usual de alimentos. El mismo está diseñado para aquellos casos donde el consumo diario de los alimentos es atípico, obteniéndose así los alimentos que usualmente se consumen durante el día (16-18). Este método consiste en preguntar por los alimentos que son usualmente consumidos por el sujeto en los diferentes tiempos de comida de un día normal (registrando desde el momento en que la persona se levanta hasta que se acuesta) (18). Se determinó el patrón para un día entre semana y otro de fin de semana, con el objetivo de conocer posibles diferencias de consumo en estos días. Como complemento a este método se utilizaron fotografías de porciones comúnmente consumidas, para cuantificar las cantidades de alimentos (19).

Para el análisis nutricional, los datos se procesaron de forma individual con el programa de cómputo Nutritionist IV (20). Además se establecieron los porcentajes de adecuación para las ingestas de micronutrientes según las recomendaciones dietéticas diarias establecidas por el Instituto de Nutrición de Centro América y Panamá (INCAP), para este grupo de edad y por sexo (21). El porcentaje de adecuación para cada uno de los nutrientes se calculó utilizando la fórmula (cantidad consumida 1 cantidad recomendada x 100). Posteriormente, se realizó el análisis estadístico, haciendo uso del paquete SPSS/PC (22).
 

 
Resultados
 
Contenido de micronutrientes de la dieta usual entre semana y fin de semana:

Con respecto a las dietas usuales de entre semana se observó que los hombres ingirieron una mayor cantidad de micronutrientes en comparación con las mujeres, siendo estas diferencias estadísticamente significativas para todos los micronutrientes, excepto para la vitamina C y los beta carotenos. (Ver Cuadro 1)

Al comparar el consumo de micronutrientes, se observó que el 50% de los hombres consumió vitaminas y minerales en mayor cantidad que las mujeres, tanto durante el fin de semana como entre semana Las diferencias fueron estadísticamente significativas solamente para las ingestas de minerales.

El análisis del consumo de micronutrientes para un mismo sexo (Cuadro 1), reveló que los hombres consumieron más vitamina E (P<0.001) y cobre (P<0 05), entre semana que durante el fin de semana (las ingestas del resto de micronútrientes no presentaron diferencias significativas) Mientras que las mujeres consumieron significativamente más vitamina E (P<0,05), cobre (P<0 001) y cinc (P< 005), en sus dietas usuales de entre semana que durante el fin de semana.

 
Porcentajes de adecuación de micronutrientes de la dieta usual entre semana y fin de semana.
 
El análisis de los porcentajes de adecuación de las ingestas de micronutrientes, para las dietas usuales entre semana (Gráficos 1 y 2), mostró que para la mayoría de los micronutrientes el consumo sobrepasa la recomendación (100%) Destaca el hecho de que el 75% de los sujetos sobrepasó la recomendación de vitamina E, para ambos sexos, Además, el 75% de los hombres y las mujeres no llenaron la recomendación de beta carotenos. Para el caso de la vitamina C, el 75% de los hombres excedió la recomendación de esta vitamina; así como la de cobre. Por el contrario, un 25% de éstos no logró cubrir las recomendaciones de selenio, cinc y manganeso.

La situación fue similar en las mujeres (Gráfico 2), ya que el 75% llenó la recomendación de vitamina C y un 25% de éstas, no llenó las recomendaciones de selenio, cobre, cinc y manganeso.

Se encontraron diferencias significativas entre las adecuaciones de cobre, cinc y manganeso entre los hombres y las mujeres. Con respecto a los porcentajes de adecuación de los otros micronutrientes estudiados: selenio, vitamina C, vitamina E y beta carotenos, no hubo diferencias significativas entre los dos sexos.

Al comparar las adecuaciones de la dieta usual entre semana y la dieta usual de fin de semana, se observó que los hombres completaron las adecuaciones de vitamina E (P<0.05), cobre (P<0.05) y cinc (P<0.05), en mayor porcentaje en la dieta de entre semana. Para el resto de los nutrientes no hubo diferencias significativas. En el caso de las mujeres, los porcentajes de adecuación de la dieta usual entre semana de vitamina E (P<0,05). cobre (P<0.05) y cinc (P<0.05), también fueron mayores que en fin de semana.
 
 
Discusión
 
En este estudio se demostró que aproximadamente un 75% de los hombres y de las  mujeres logra cubrir en la dieta de entre semana y del fin de semana, las recomendaciones de vitaminas antioxidantes para su edad, exceptuando los beta carotenos, donde más del 75% de los sujetos no cubrió la cuarta parte de la recomendación.

La deficiencia de beta carotenos puede deberse a la baja ingesta de frutas y vegetales (en especial los de color verde y amarillo) que presentan las dietas de los sujetos. Los alimentos fuentes de esta vitamina lo constituyeron la zanahoria, el mango,. la papaya y el camote entre otros.

Con respecto a la vitamina C, la mayoría de los sujetos cubrió las recomendaciones, a pesar del bajo consumo de frutas y vegetales. Esto es debido principalmente a que la recomendación para dicha vitamina es baja (60 mg), por lo que puede ser cubierta con facilidad. A esto se le suma el hecho de que los estudiantes consumen jugos de frutas envasados, los cuales se encuentran enriquecidos con vitamina C. En cuanto a la vitamina E no se presentaron deficiencias, debido a altos consumos de aceites y cereales, los cuales son alimentos fuente de esta vitamina.

Por otra parte, las recomendaciones de casi todos los minerales estudiados, son cubiertas por la mayoría de los sujetos del estudio, tanto en las dietas usuales de entre semana como en fin de semana, ya que alimentos ricos en proteína como las carnes, cereales y leguminosas son las principales fuentes de ellos.

A pesar de que la vitamina C y la vitamina E, presentaron ingestas que sobrepasan el 100% de la recomendación, se debe considerar que estas vitaminas son sensibles a procesos de cocción, almacenamiento, exposición a la luz y oxígeno, por lo que las cantidades estimadas de su ingesta puede estar sobreestimada. La manera más conveniente de solventar esta limitación, sería midiendo los niveles plasmáticos de los diferentes micronutrientes, lo cual, debido al costo y la metodología, quedó fuera de los alcances de este estudio.

Los resultados de esta investigación demuestran que aunque el consumo de la mayoría de los micronutrientes con función antioxidante alcanza porcentajes de adecuación satisfactorios, el consumo de beta carotenos está muy por debajo de lo recomendado. Este hecho es preocupante porque los beta carotenos paralelamente a su función antioxidante o como precursores de vitamina A, desempeñan otras funciones específicas igualmente importantes. Los beta carotenos son muy efectivos como secuestradores de radicales derivados del oxígeno a presiones parciales de oxígeno relativamente bajas, lo cual ayuda a proteger a las células genéticamente inestables de mayores cambios en la expresión genética o de reordenamiento de los cromosomas (23). Adicionalmente, los beta carotenos aumentan la respuesta inmune favoreciendo la síntesis del factor de necrosis tumoral, que como su nombre lo indica, tiene la capacidad de eliminar células tumorales (23). Se ha reportado también que la vitamina A y los retinoides asociados, aumentan la inmunidad a tumores estimulando la actividad de los linfocitos T citotóxicos, las células NK y la apoptosis (24).

Es importante, por lo tanto, destacar que independientemente de que se cumplan los requerimientos de las otras vitaminas antioxidantes C y E, debe reforzarse el consumo de beta carotenos por lo anteriormente expuesto.

En el estudio "Factores de riesgo de enfermedad de las arterias coronarlas en universitarios de 17 a 19 años" (25), se determinó que el 75% de los sujetos de esta población presenta al menos un factor de riesgo coronarlo (sedentarismo, niveles bajos de HDL-colesterol, niveles elevados de LDL-colesterol, triglicéridos o colesterol plasmáticos, índice de Masa Corporal alto, hipertensión, obesidad o VO2 máximo bajo). Estos resultados confirman la presencia de factores de riego múltiple desde edades tempranas.

Se hace imprescindible entonces, la creación de programas de educación e intervención nutricional dirigidos a la población universitaria, para reforzar los hábitos alimentarlos que están permitiendo que actualmente el consumo de antioxidantes sea el adecuado, y lograr establecer cambios importantes en la selección y el consumo de alimentos que favorezcan simultáneamente la ingesta de beta carotenos así como de estilos de vida saludables, que procuren reducir el riesgo de enfermedades crónicas y mejorar por lo tanto, la calidad de vida del costarricense.
 

Agracecimientos

A las licenciadas, Marta Badilla, Laura Hangen y Johana Vargas, y al Dr. Jaime Fornaquera por su colaboración en la recolección y el análisis estadístico de los datos.
 

Referencias

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Facultad de Medicina. Universidad de Costa Rica.
Dirección para correspondencia: Georgina Gómez, Apartado
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 Cuadro 1: Contenido de micronutrientes, por cuartiles, de la dieta usual entre y fin de semana,
de estudiantes universitarios de primer ingreso con edades de entre los 17-19, según sexo.
Universidad de Costa Rica, 1996