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Acta Pediátrica Costarricense

versión impresa ISSN 1409-0090

Acta pediátr. costarric vol.13 no.2 San José abr. 1999

 

Vacunas contra el Virus de la lnmunodeficiencia Humana (VIH)
 
 
Mauricio Frajman (*)
 
 El Síndrome de lnmunodeficiencia Adquirida (SIDA) es una enfermedad crónica, descrita por primera vez en 1981, que se caracteriza por una disminución de linfocitos CD4+ (11) el cual lleva a un desequilibrio en la red de regulación inmunológicas tanto a nivel celular como de interleucinas, lo cual conlleva a un aumento en la susceptibilidad de los pacientes a ciertos tipos de infecciones y neoplasias (8).

El agente causal del SIDA es un retrovirus llamado Virus de la lnmunodeficiencia Humana (VIH), aislado a finales de 1983 (1).

Estudios epidemiológicos y serológicos reportan que en estos momentos que el número de personas viviendo con el VIH estaría en el orden de los 30 millones de personas (15).

Mucho se ha elocubrado con relación a las formas de transmisión del VIH, enfoques equivocados han desinformado a la opinión pública e incluso a los profesionales en salud, se han formulado "teorías" que se basaban en ignorancia, temor y preconceptos principalmente al relacionarse la enfermedad con el grupo de mayor riesgo de contagio: la población homosexual masculina (3), creándose un círculo de terror en cuanto al posible contagio casual o social del VIH.

El único reservorio conocido para el VIH es el ser humano y sus vías de transmisión se pueden sintetizar en: paso de sangre a sangre (que incluye compartir agujas y jeringas, transmisión materna-infantil, transfusiones etc.) y relaciones sexuales (2).

Basándonos en estos hechos podemos concluir que la prevención de la transmisión del VIH es sumamente sencilla, bastaría con tamizaje de la sangre, uso de agujas y jeringas desechables y el uso de condones. Sin lugar a dudas, estas prácticas, han permitido una disminución en los índices de contagio en ciertas poblaciones, sin embargo, factores socioeconómicos así como ciertos comportamientos sociales dificultan su aplicabilidad generalizada, de ahí el gran énfasis que se da a la búsqueda de una vacuna para prevenir la expansión de la pandemia (4).

A pesar de las esperanzas creadas desde el momento en que se aisló el agente causal del SIDA, y los avances impresionantes en el conocimiento, tanto de la composición molecular del VIH, como de los efectos que el virus causa en el hospedero, la posibilidad de que contemos a corto plazo con una vacuna efectiva, no es visualizada.

Los obstáculos para la obtención de una vacuna efectiva contra el VIH se pueden sintetizar en:

1. Diversidad antigénica e hipervariabilidad del virus.
2. Transmisión del VIH por células infectadas.
3. Integración del genoma del virus en el cromosoma de la célula hospedera.
4. Infección viral latente.
5. Presencia del virus en el sistema nervioso central.
6. Ausencia de respuesta clínica en muchos casos, a pesar de una respuesta inmune presente e intensa.
7. Destrucción progresiva y desequilibrio funcional del sistema inmune del hospedero.
Los principales objetivos buscados en una vacuna para el VIH están dirigidos hacia impedir, por un lado, la penetración del virus a células hospederas, esto es impedir la unión de la gp160 con los receptores CD4 y CCR-5 (9) y por otro lado, que tenga la capacidad de estimular a los Linfocitos T citotóxicos (LTC), los cuales son los elementos fundamentales en el control y eliminación de células infectadas con el VIH (13).

Las posibles vacunas contra el VIH, estimularían, por lo tanto, ciertas actividades que se han observado, in vivo, como efectivas en el control, a largo plazo, de las infecciones por este virus:

- Los anticuerpos dirigidos contra las proteínas del env gp120/gp160 no solamente pueden prevenir la entrada del agente patógeno a las células, como también pueden ayudar en la eliminación de células infectadas con el virus, a través de Citotoxicidad Dependiente de Anticuerpo (CCDA) la cual no es restringida por antígenos del Complejo Mayor de Histocompatibilidad (CMH) (14).
- Los LTC CD8+ tienen la capacidad de eliminar células infectadas con el VIH, sea por citotoxicidad directa, dependiente del antígeno de clase 1 del CMH, sea a través de factores solubles producidos por estas células y que impiden la replicación viral (10).
Diferentes enfoques, en cuanto al tipo de vacuna que se debería utilizar, han sido desarrollados, tomando en cuenta que por las especificidades de esta enfermedad se procura, no solamente, impedir el desarrollo de la enfermedad, sino también bloquear la cadena epidemiológica.

Estudios realizados en modelos animales e incluso en humanos han utilizado vacunas obtenidas por las siguientes técnicas (6):

- Virus vivos recombinantes.
- Partículas antigénicas "semejantes" a las virales.
- Antígenos virales (gp160, gp140, gp120).
- Vacunas sintéticas.
- ADN "desnudo".
- Anti-idiotipos.
- Virus vivo atenuado.
- Virus vivo inactivado.
Las vacunas obtenidas por ingeniería genética o subunidades virales han tenido la capacidad de inducir una respuesta neutralizante a cepas virales de las cuales estas vacunas fueron obtenidas, o de virus cultivados en laboratorio pero han fallado en proteger contra virus "salvajes"(7). A pesar de las críticas hacia la utilización de virus vivo atenuado, principalmente relacionados con el peligro de que estos puedan en ciertas circunstancias reactivarse y causar enfermedad, y que podrían ser transmitidos como cepas patogénicas, en estos momentos estudios en animales demuestran que la forma más exitosa de obtener respuestas inmunológicas óptimas es a través de este tipo de vacuna (12).

En los últimos 10 años se han probado en ensayos clínicos en humanos mas de 20 tipos diferentes de vacunas en aproximadamente 4000 voluntarios en los países desarrollados, la cantidad de estudios y número de personas que participan en ellos en los países subdesarrollados, principalmente en Africa y Asia es indeterminado. Se puede concluir que la obtención de una vacuna para el VIH no está a la vuelta de la esquina y que el proceso de su producción y aplicación con el fin de bloquear el avance de la pandemia, tendrá que superar diversos escollos, no solamente, científicos, sino económicos y éticos (5).
 
 
Referencias

1. Barre-Sinoussi F, Cherman JC, Rey F, et al. lsolation of a T-Iymphotropic retrovirus from a patient at risk for AIDS. Science 1983; 220; 880-892.         [ Links ]

2. Colebunders R.L., Latif R.S. Natural history and clinical presentation of HIV-1. AIDS 1991; 5(suppl) 103-112.         [ Links ]

3. Frajman M. SIDA mitos y realidades. Edit. Euroamericana, 1990.         [ Links ]

4. Frajman M. Aspectos sociales del SIDA. Cien Soc 58: 7-10. 1992.         [ Links ]

5. Frajman M. Perspectivas para una vacuna para SIDA. Enviado para publicación, 1999.         [ Links ]

6. Girard M.P., Excler J.L., Human Immunodeficiency Virus. (Chapter 38), en Selected Vaccines of the Future 1999; 928-958.

7. LaCasse RA, Follis KE, Trahey M. Fusion competent vaccines: broad neutralization of primary isolates of HIV. Science 1999; 283(5400): 357-362         [ Links ]

8. Lane HC, Masur H, Gelmann EP, et al. Correlation between immunologic function and clinical subpopulation of patients with AIDS. Am J Ed 1985;22: 408-417.         [ Links ]

9. Letvia NL. Progress in the development of an HIV-1 vaccine. Science 1998; 280: 1875-1879.         [ Links ]

10. Mackewicz CE, Blackbourn DJ, Levy JA. CD8+ T celis suppress HIV replication by inhibiting viral transcription. Proc Natl Acad Sci USA 1995; 92: 2308-2312.         [ Links ]

11. Masur H, Michelis MA, Greene JB, et al An outbreak of community acquired Pneumocistis carinii pneumonia. lnitial manifestation of cellular immune dysfunction. N Engl J Med 1981; 305: 1431-1438.         [ Links ]

12. Mullins JI, Frenkel LM. Reporte del simposio sobre SIDA en Keystone, enero 1999.         [ Links ]

13. Pali WE. Can immune response control HIV infection? Cell 1995; 82: 177-182.         [ Links ]

14. Van Cott TC, Mascola JR., Kaminsky RL., et al. Antibodies with specificity for native gp120 and neutralization activity against primary HIV-1 isolates elicited with oligomeric gp160. J Virol 1997; 71: 4319-4330.         [ Links ]

15. WHO, Global estimates of AIDS, Geneve, OMS Dec 1998         [ Links ]
 

(*) MD, Especialista Inmunología Clínica, Servicio de Hemato Oncología, Sección de Medicina Interna, Hospital San Juan de Dios, CCSS.