El boletín de Medicina Legal en 1984 motivo la formación de la Asociación Costarricense de Medicina Legal y Toxicología, dos años después, en 1986 arrancaban las jornadas, pero hubo cambios, la asociación perdió su razón social, hubo que hacer una nueva, así nació la Asociación Costarricense de Medicina Forense; la razón, muy simple, no hubo quien cuidara de la misma.

Pero ahí estaba Doña Feli, como la voz de la conciencia, hablándonos quedito al oído y diciéndonos:

"Doctor, Doctora, no deje que esto se pierda".

Un año no hubo jornadas, en otra ocasión durante año y medio no hubo revista y esa voz volvía a repetir:

"Doctor, Doctora, no deje que esto se pierda".

Qué valor tienen las palabras de las mujeres palabra, de las que dicen voy y van, estoy y están, y de las que dicen hagamos y hacen, ellas contagian a los otros y los hacen decir: " voy, estoy, hago".

Doña Feli, esta Asociación Costarricense de Medicina Forense, te despide con cariño, con un saldo positivo en tu cuenta de favores, maquilla tu jubilación con un hasta luego pero sabe que es un adiós, pues hemos visto a muchos y a muchas marcharse y ellas y ellos se encargaron de enseñarnos que las mujeres y los hombres estamos de paso, que la "institución" nos sobrevive y es la que importa y por eso te recordamos con estas palabras, tus palabras:

"doctor, doctora, no deje que esto se pierda".

Este Comité Editorial desde ya pasa esas tus palabras a quienes nos sustituyen y sustituyan.