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Medicina Legal de Costa Rica

On-line version ISSN 2215-5287Print version ISSN 1409-0015

Med. leg. Costa Rica vol.22 n.1 Heredia Mar. 2005

 

Editorial


Los cuarenta años de la morgue judicial de Costa Rica

El primero de enero de 1965 abrió sus puertas Organismo Médico Forense (OMF), lo que constituyó la primera etapa judicial de la Medicina Legal de Costa Rica, siendo su sustento jurídico la Ley 3265 del 6 de febrero de 1964, cuya aprobación por la Asamblea Legislativa fue el resultado de una ardua labor del maestro Alfonso Acosta Guzmán, a quien secundaron en una activa campaña editorial el patólogo Dr. Rodolfo Céspedes Fonseca (q.d.D.g.) desde la revista "Acta Médica Costarricense" y el recordado periodista Manuel Formoso (q.d.D.g), columnista del periódico "La Nación".

La autopsia es un acto médico único e irrepetible, de ahí el valor médico legal y científico que tiene una autopsia forense. Por eso es tan importante para el país y para la Medicina de Costa Rica recordar y festejar, que el 1 de enero del año 1965 se efectuaran las dos primeras autopsias médico legales costarricenses, marcando así el inicio de un auxilio ininterrumpido de la autopsia medico legal al servicio de la administración de la justicia.

Del francés nos llega la palabra "Morgue", que simplemente significa depósito de cadáveres. Obviamente esta burda expresión castiza debía expresarse con el vocablo galo el cual adoptamos sin dificultad alguna. A la Morgue se le agrega el adjetivo Judicial, para designar en Medicina Legal al depósito de cadáveres donde se efectúa el reconocimiento pericial médico forense.

Durante los años 1928 al 1964, la Medicina Legal de Costa Rica estuvo bajo la dirección del Ministerio de Salud en el Departamento de Medicatura Forense, dirigido por el Dr. Joaquín Zeledón Alvarado bajo la Jefatura del Dr. Solón Núñez Frutos. El Dr. Zeledón Alvarado fue asistido en sus labores por los cirujanos Dr. Leonidas Poveda y el Dr. Manuel Zeledón Pérez, hijo de don Joaquín.

Durante esta época los asuntos clínico forenses eran evacuados por dichos profesionales, pero los asuntos de patología forense, concretamente las autopsias médico legales eran realizadas en los servicios de patología hospitalaria, donde acudían los ya mencionados colegas a recabar la información que el Médico Patólogo les suministrara a fin de poder confeccionar el respectivo dictamen médico legal, al cual eufemísticamente por mucho tiempo se le conoció como el dictamen del médico legista, dando a entender no el carácter legal sino lo lejos que se ubicaba dicha peritación de la verdad real de los hechos.

En su nueva función de Director del Organismo Médico Forense, el profesor Acosta Guzmán se hizo ayudar del Dr. Eduardo Vargas Alvarado, médico, quien se especializó en Patología Forense y su asistente el Patólogo Dr. León Troper Nusinovicz (q.d.D.g) a quienes sucedieron los doctores Flora Muller, Jorge Piza y Pedro José Ruiz Sotela. El Dr. Acosta se encargo de la Medicina Clínica Forense asistido por los doctores. Manuel Zeledón Pérez y Leonidas Poveda (q.d.D.g). Por otro lado la Medicina Legal se complemento con la ayuda del Dr. Roberto Cháves Chavarría, quien se encargó de la Microbiología Forense y el Farmacéutico Manuel Antonio Molina Álvarez quien siguiera estudios superiores de Criminalística, se encargó de la Toxicología Forense y la Balística.

La Morgue Judicial se inició con un solo Técnico de Autopsia, el señor Jorge Barboza Castro. Al poco tiempo, se vio la necesidad impostergable de contar con un guarda para recibir los cadáveres que eran traídos en horas de la noche. Una secretaria, la señora Miriam Soto Montero, se encargaba de transcribir los protocolos de autopsia que los patólogos forenses escribían a mano y de mecanografiar los dictámenes respectivos que eran en su totalidad redactados por el doctor Vargas Alvarado.

En 1972, se nombró el primer médico residente. Este cargo lo ocupó la doctora Irina Selyukova Selyukova a quien se le extendió una certificación en Patología Forense porque las circunstancias entonces imperantes no le permitieron que culminase su entrenamiento en Medicina Legal.

A fines de 1973, por motivos de salud, el doctor Acosta Guzmán se acogió a la jubilación. La Corte Plena, en sesión del 11 de diciembre de se mismo año, nombró al doctor Vargas Alvarado como segundo director del Organismo Médico Forense. Eran ya las postrimerías de esa institución, porque el 24 de mayo de 1974 empezó a regir la Ley 5524 del nuevo Organismo de Investigación Judicial (OIJ), que en lo esencial fue, por lo menos en sus comienzos, el OMF original más la policía judicial.

En la nueva estructura, todo lo médico legal pasó a conformar el Departamento de Medicina Legal, bajo la dirección del doctor Vargas, pero el núcleo científico del OMF se mantuvo en las Jefaturas Departamentales del OIJ en sus primeros años, sólo la Dirección General del OIJ pasó a manos de abogados.

Para la historia deben destacarse dos cosas.

La primera es que la existencia del actual OIJ quizá habría sido imposible sin el prestigio y la confianza que el Organismo Médico Forense alcanzó en sus diez años de existencia bajo la iniciativa del doctor Acosta y la mística de los doctores Vargas, Cháves y Molina. Esta experiencia sensibilizó a nuestros legisladores para otorgarle al Poder Judicial la autorización para establecer una policía que investigara los delitos y sus presuntos responsables.

La segunda cosa es que de las cuatro secciones actuales del Departamento de Medicina Legal (Patología Forense, Clínica Médico Forense, Psiquiatría Forense y Medicina del Trabajo), Patología Forense mantiene un perfil destacado que se lo da la Morgue Judicial desde que se iniciara su benéfica función aquel primero de enero de 1965 cuando el doctor Eduardo Vargas Alvarado, como pionero de esta especialidad en Costa Rica, practicara las dos primeras autopsias médico-legales de Costa Rica en la Morgue Judicial.

Al conmemorar este cuarenta aniversario, el Departamento de Medicina Legal a cargo de la Dra. Leslie Solano Calderón y la Asociación Costarricense de Medicina Forense presidida por el Dr. Carlos Luis Abarca Barrantes; hacemos extensivo nuestro reconocimiento a quienes sucedieron al Dr. Vargas Alvarado en la jefatura de la Sección de Patología Forense: Irina Selyukova Selyukova, Pedro José Ruiz Sotela, Félix Baudrit Gómez (q.d.D.g), Rodrigo Quirós Coronado (q.d.D.g), Ernesto Rojas Solano y Luis del Valle Carazo en su calidad actual de Jefe de dicha Sección.

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