Willy Hoffmeister**

 

Durante la década de 1980, el reconocimiento de que la frecuencia de estos delitos era muy alta llevó a cambios en las leyes y a la utilización de métodos diagnósticos nuevos.

Los trabajos científicos iniciales de esos años tuvieron una gran repercusión y fueron acogidos por psiquiatras y psicólogos como una tabla salvadora en un problema tan complejo. Conceptos como el de "acomodación", en el 'que se propone que el niño víctima de abuso se acomode a una situación imposible, e inclusive la niega ante otros. El concepto de que el trauma causado es identificable, único, especifico y de que hay indicadores confiables del abuso. El uso de pruebas con muñecos con una anatomía explícita se propagó como el fuego.

Rápido desarrollo. En los años subsiguientes, la labores se multiplicaron con rapidez y se revisaron los trabajos iniciales para establecer su verdadero valor probatorio. Aun en estos momentos la literatura científica sobre el abuso sexual crece con rapidez extraordinaria. Trabajos sobre la memoria de los niños, sobre sus niveles de sugestionabilidad, sobre la posibilidad de creación de memoria falsas, los estudios sobre memoria antiguas que reaparecen durante la terapia, etc.

En vista del escaso conocimiento que existe en Costa Rica sobre esta literatura, tuve la intención de llamar la atención sobre estos conocimientos y presentar una ponencia en el Foro de Medicina Legal que se realizó a finales de agosto e inicios de setiembre, al cual fui amablemente invitado.

Creí que ese foro, con la presencia de distinguidos miembros del Poder Judicial, abogados, médicos y psicólogos forenses era un lugar adecuado para llamar la atención sobre el desfase entre las metodologías que se usan en Costa Rica y el conocimiento científico mundial.

La recepción de mi ponencia no pudo ser más hostil de parte de algunos profesionales, sobre todo de miembros de Consejo Medico Forense. Hubo intento de hacerme callar y se escucharon voces descompuestas por el enojo y la frustración. Trate de contestar algunas de las preguntas sin perder la calma.

El hecho de que en un foro como el mencionado se reaccione de esa forma es sumamente inquietante. No creo que se deba optar por la política del avestruz y esconderse y no querer oír ni pensar algo que es parte esencial de la literatura científica.

Como machotes. Ya hace bastante tiempo que se escucha en el medio judicial una gran preocupación por la calidad de los peritajes emanados de la Medicatura Forense. Esto se ha manifestado también en fallos en la cortes penales, en los que específicamente se señalan con mucha energía lo inaceptable de peritajes que luego en audiencia son negados por algunos de los firmantes, o el hecho que ante el cuestionamiento de jueces los peritos admitan que sus afirmaciones no fueron corroboradas.

El hecho de que muchos peritajes sean tan similares y en algunos casos idénticos, como machotes, también es llamativo.

Casos que han sido referidos por el Comité del Niño Agredido, en el que funjo como asesor, quedan impunes por falta de pericia y también hay cases en los que se afirma una culpabilidad a todas luces inexistente, como señalan algunas excelentes sentencias de jueces penales

Un auxiliar de la corte, que es lo que debe ser un perito forense, es como el laboratorio clínico para un medico. Si los resultados del laboratorio no son confiables, el laboratorio debe renovarse o cerrarse.