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Medicina Legal de Costa Rica

versión On-line ISSN 2215-5287versión impresa ISSN 1409-0015

Med. leg. Costa Rica vol.11-12 no.2-1 Heredia may. 1995

 

Reseña histórica: identificación de los restos mortales de José Martí, mediante el aparato dental
 
 
Antonio Rafael Cobo Abreu * Jorge González Pérez**Yanin Cobo Montañés ***
 
Abstract

This paper is a historical review of medical reports about the remains of the Cuban National Hero José Julián Martí which were based on dentition.

The Spanish army had incorrect information as did those in charge of the second exhumation in 1907.
The following debate led the forensic expert to accuse newspaper reporters of misunderstanding his words, but a final statement required another forensic exam to which Marti’s dentist was called. This showed that the leader of Cuaban independence had damaged teeth instead of the ¨perfect dentition¨originally mentioned.

Keywords

History, Jose Martí, dentition, identification.

Reference

COBO-ABREU, Antonio Rafael, GONZÁLEZ-PÉREZ, Jorge and COBO-MONTAÑÉS, Yanin, Historical review: Identification of the remains of José Marti buy study of dentition, Medicina Legal de Costa Rica, vol. 11, N° 2,1994; vol. 12, N° 1, 1995, pp. 46-49.
 

Resumen

Se hace un análisis histórico de los dictámenes sobre los restos mortales del Héroe Nacional de Cuba José Julián Martí y Pérez, en relación con su aparato dental.

Las tropas españolas poseían informaicón errónea al igual que ocurrió en la segunda exhumación (1907).
La polémica suscitada llevó finalmente a que el forense culpara a los periodistas de haber mal interpretado sus palabras, pero para la retractación fue necesario un segundo peritaje forense en el que participó el dentista de Martí. Ello demostró que el dirigente de la Independencia cubana tenía una dentadura dañada; y no una ¨perfecta¨como se dijo originalmente.

Palabras clave

Historia, José Martí, dentición, identificación.

Referencia

COBO ABREU, Antonio Rafael, GONZÁLEZ PÉREZ, Jorge y COBO MONTAÑÉS, Yanin, Reseña histórica: Identificación de los restos mortales de José Martí, mediante el aparato dental, Medicina Legal de Costa Rica, vol. 11, N° 2, 1994; vol. 12, N° 1, 1995, pp. 46-49.
 

Introducción

A raíz de la caída en combate del héroe cubano José Martí y Pérez, el 19 de mayo de 1895 en Dos Ríos, surgieron muchos rumores. El análisis del aparato dental en la exhumación del 24 de febrero de 1907 provocó una polémica que quedó aclarada por la intervención del Dr. Zayas Bazán quién lo había atendido.

Aquí se presenta, además del recuento histórico, un reanálisis del aparato dental y su trascendencia médico-legal en los diversos momentos históricos en que se evaluó.
 

Material y método

Para lograr este objetivo se realizó un análisis médico –legal del Acta de Defunción emitida por el Dr. Pablo A. De Valencia y Forns, resultado del reconocimiento del cadáver cuatro días después de la muerte. También se vio el dictamen realizado por los Coroneles del Ejército Libertador, doctores Pedro Hechavarría Sánchez y Guillermo Fernández Mascaró, el resultado de la exhumación en el Cementerio santa Efigenia, de Santiago de Cuba, y las consideraciones del Odontólogo Dr. Virgilio Zayas Bazán quien atendiera a Martí seis meses antes de su caída en Dos Rios (1).

Se revisaron las Crónicas de Santiago de Cuba (finales del siglo XIX) del señor Emilio Bacardí Moreau y las de la Era Republicana del Sr. Carlos Forment, así como documentos publicados por el Archivo Nacional, en conmemoración del Centenario de su natalicio en 1953 y en relación con la polémica originada a raíz de la exhumación del 24 de febrero de 1907.
 

Historia

Al concluir la batalla se afirmaba que el cuerpo estaba cerca de donde acampaba la Quinta Compañía del Segundo Batallón Peninsular, el mando del teniente Don Vicente Sánchez de León quien tuvo que pagar en la batalla un elevado precio por su desconcierto en manos del vanguardia del Generalísimo Máximo Gómez; el cuerpo fue identificado por Cecilio Luna, asistente de Sánchez y el práctico Antonio Oliva, primero en reconocerlos (1).

Al conocer el hecho el coronel don José Ximénez de Sandoval, jefe de las fuerzas compuestas por el Segundo, Quinto y Noveno Batallón Peninsular y una sección del Hernán Cortés, así como sus oficiales se apersonaron identificándolo, además de por sus rasgos fisonómicos, por el vestuario, prendas personales (como un reloj de oro con leontina, dinero, un revólver de cabo de nácar y un machete) y mediante documentos corroboradores de su identidad personal (1-2).

Ximénez de Sandoval decidió enterrar a los españoles caídos en el sitio donde se desarrolló la batalla y encomendó presenciar la inhumación al médico de sanidad militar doctor Valdez, también pidió trasladar el cadáver de Martí hasta Remanganaguas, lo cual se realizó bajo una lluvia intensa y casi continua, llegando al fuerte del poblado al alba del 20 de mayo. El cadáver fue sepultado por los soldados en tierra viva, sin ataúd en una fosa común del cementerio del lugar (1).

El telégrafo de Remanganaguas trasmitía al mando el parte oficial de la acción en las primeras horas de la mañana del día 20 de mayo. El Capitán General determinó consultar con el Ministro de Ultramar la exhumación y reconocimiento forense para obtener identidad definitiva.

El Comandante General de Santiago de Cuba, General de División don Juan Salcedo y Mantilla de los Ríos, envió al doctor Pablo Aurelinao de Valencia Forns, médico forense de Santiago de Cuba, natural de La Habana, de 23 años de edad, graduado en España y especializado en práctica forense, que constituía en aquella época todo el alcance de la Medicina Legal. Sus propósitos eran establecer la identidad personal y preparar el cadáver mediante embalsamamiento para su traslado a la Ciudad de Santiago de Cuba.

El doctor Valencia y Forns dispuso de la documentación sobre rasgos fisonómicos particulares suministrados por personas que habían conocido a Martí y le habían tratado íntimamente, señalando elementos específicos y característicos de su aparato dental, así:

[...] Pelo rizado de color castaño oscuro, con una calvicie en la parte más alta de la cabeza, tiene grandes entradas hacia las sienes, que ponen de relieve una frente ancha y despejada, no lleva barba, sino bigote muy fino, poco poblado, de color más claro que el pelo, ojos claros [...] buena dentadura, sólo le faltaba el segundo incisivo de la mandíbula superior del lado derecho y los dientes en su mayor parte, eran punti-agudos (3). El doctor Valencia concluye su dictamen pericial en Santiago de Cuba, el 26 de mayo de 1895, exponiendo:
  • Que entre el individuo muerto en el encuentro que con los insurrectos han tenido nuestras tropas el día 19 del que cursa y cuyo cadáver se encuentra ante nuestra vista y datos y antecedentes suministrados respecto a la persona de Don José Martí, hay completa conformidad.
  • Que en cuanto a los caracteres físicos y condiciones orgánicas existen igualmente completo acuerdo, por lo que podemos asegurar que el cadáver expuesto a nuestros ojos es el titulado Presidente de la República (3).
En un rústico féretro se hizo el traslado, con una breve estancia en Palma Soriano y otra en San Luis en espera del tren que lo llevaría definitivamente al Cementerio de Santa Ifigenia de la Ciudad de Santiago de Cuba.

Varias horas esperó el cadáver expuesto en el Cementerio, fue fotografiado por Iginio Martínez a pesar de su estado de putrefacción. Corroboraron la identidad los oficiales españoles Enrique Satué y Enrique Ubieta y los Cubanos Dr. Joaquín Castillo Duany y el Sr. Antonio Bravo Correoso, quienes acomodaron el cadáver en el ataúd, el día antes de su segunda exhumación en el nicho 134 de la galería Sur y área católica de dicho cementerio. La sepultura fue otorgada por cinco años y despidió el duelo el Coronel Ximénez Sandoval, así:

Señores, ante el cadáver del que fue en vida José Martí y en la carencia absoluta de quien ante su cadáver pronuncie las frases que la costumbre ha hecho de rúbrica, suplico a ustedes no vean en el que a nuestra vista está el enemigo y sí el cadáver del hombre que las luchas de la política colocaron ante los soldados españoles.

Desde el momento que los espíritus abandonan la materia, el Todopoderoso apoderándose de aquellos los acoge con generoso perdón allá en su seno, nosotros al hacernos cargo de la materia abandonada cesa todo rencor como enemigo, dando a su cadáver la cristiana sepultura que los muertos merecen (4-5).

Hasta la segunda exhumación la identificación fue basada fundamentalmente en rasgos fisonómicos ofrecidos por el mando español, con base en personas que lo habían tratado íntimamente, acompañados de signos particulares como ¨...una marca en la pierna derecha por haber llevado grilletes en prisión y características de su aparato dental...¨, asociando el examen de vestuario y pertenencias que el doctor Valencia consideró categóricas (3).

La identificación dentaria, con carencia única del segundo incisivo superior derecho, fue considerada definitiva. Sin embargo, ésta no corresponde pues al morir Martí presentaba alteraciones irreversibles que, de haberse considerado en 1875, hubiera obligado a reevaluar la identificación.

Si bien es cierto que el doctor Valencia no contaba con la ficha dental, pudo haber mencionado las alteraciones en su dictamen como es práctica en la Medicina Legal.

Hubo otro error al describir el esquema dental en la exhumación del 24 de febrero de 1907.

En esa ocasión el doctor Virgilio Zayas-Bazán ofreció a la prensa y autoridades de la época el esquema dental de Martí, confeccionado seis meses antes de su caída en Dos Ríos, específicamente entre el 4 y el 9 de diciembre de 1894. Motivada por la información brindada por el doctor Juan Montero Zambrano, dentista que participó con los peritos designados en aquella solemne ocasión (6). La exhumación se hizo porque el Gobernador Civil de la provincia de Oriente Sr. Federico Pérez Carbó creó una comisión que denominó ¨Restos de Martí¨, designado entre otros detalles del acto los testigos y peritos que participaron. Dentro de los testigos se encontraban el Sr. Arzobispo de la ciudad doctor Francisco Barnada y Aguilar, el General Saturnino Lora Torres, Jefe de la Guardia Rural, el Presidente de la Audiencia licenciado, Jorge Milanés y Figueredo, el Cónsul estadounidense Sr. Ross E. Hollyday, el Jefe de las fuerzas de Estados Unidos destacados en el Morro, Coronel A.L. Meyer y el Capitán del Ejército Cubano José Martí Zayas Bazán, hijo del héroe, entre otros.

Como peritos médicos fueron designados los coroneles del Ejército Libertador doctores Pedro Hechaverría y Sánchez y Guillermo Fernández Mascaró, debía estar presente también el doctor Antonio Illas y Portuondo, Jefe del Local de Sanidad (1).

Se escogió la fecha en conmemoración del X Aniversario del 24 de febrero, (Grito de Baire) como tributo al Jefe Civil de la Guerra de Independencia y así consta en el Acta 293 del Distrito Notarial de Santiago de Cuba, el 24 de febrero de 1907. A las diez de la mañana, ante el notario público y abogado licenciado Donato Valiente y Portuondo y personalidades allí presentes, se procedió a la apertura del nicho 134 de la galería su del cementerio ¨Santa Efigenia¨el cual fue brevemente fumigado por los doctores Hechavarría Sánchez, Mascaró e Illas Portuondo.

El doctor Mascaró tomó el cráneo en sus manos mostrándolo a la concurrencia silenciosa y conmovida, mientras que la Banda municipal entonaba la Marcha Fúnebre, Hechavarría Sánchez y Fernández Mascaró afirmaron que los restos se encontraban completos y habló el General del Ejército Libertador, Lic. Portuondo Tamayo. Una vez terminada la peritación médica se recogieron y depositaron en una urna de plomo, en la que se depositó una copia de esta acta, introduciéndose en un tubo de istagrabado con la palabra MARTÍ; cerrado herméticamente y colocado dentro de otra de caoba que dice Martí (8).

Durante el reconocimiento médico se ofrecieron públicamente las características presentes en el aparato dental, por el Doctor Montero Zambrano odontólogo que expuso lo siguiente:

[...] En el maxilar superior vi un diente central orificiado. El primer molar derecho estaba empastado con amalgama en su parte inferior, faltándole el diente central izquierdo; así como también le faltaban tres bicúspides cuyas piezas perdió Martí mucho antes de su muerte. Noté la falta del canino superior izquierdo que sin dudas se desprendió de su alveolo, cuando se extraían los restos del nicho y por mucho que buscó en aquel momento no fue posible encontrarlo. En tanto se cerraba la urna yo busqué un jibe de cernir arena y raspando los pedazos de madera del ataúd y cerniendo con mis propias manos, en diversas ocasiones, al fin encontré la pieza que faltaba (7). El canino superior izquierdo se encuentra actualmente en el Museo ¨Emilio Bacardi¨de la ciudad de Santiago de Cuba.

Concedida esta información, el secretario interino de instrucción pública, doctor Lincolh de Zayas, le dirige una comunicación al doctor Fernández Mascaró que dice lo siguiente:

[...] Ruego a usted, pues, sirva contestarme qué ha de entenderse por ¨LA DENTADURA EN PERFECTO ESTADO¨ a la que alude la escripción publicada, pues la dentadura de Martí no era perfecta y sobre este extremo bueno sería oír la autorizada opinión del ilustre doctor en cirugía dental Virgilio Zayas-Bazán del cual fue su cliente (1). Realmente el doctor Juan montero Zambrano en su descripción odontológica no sólo no coincidió con las consideraciones periciales de los doctores Hechavarría Sanchez y Fernández Mascaró, al considerar el aparato dental como bueno, sino que tampoco precisó localizaciones específicas de algunas características estomatológicas importantes para la identidad, ocasionando con esto una serie de polémicas al respecto, que obligó al doctor Zayas-Bazán a dirigirle una comunicación al doctor Fernández Mascaró.

[...] Observe un error donde dice que ¨Que la dentadura de Martí estaba intacta¨que pudiera ser de gran transcendencia para la historia de nuestra independencia, creo es mi deber comunicarle que como dentista que fui de Martí, habiéndole tratado el 4 de diciembre de 1894 por última vez, dos meses antes de estallar la revolución, que el estado de sus arcadas dentarias no eran como dice el referido informe, el esquema de su boca es el sic tengo el gusto de acompañarle.

Como usted observará, los dos laterales superiores eran dientes muertos y fueron tratados por mí en aquella fecha y el central superior izquierdo lo había perdido anteriormente. Si le es posible, seria conveniente hacer un nuevo reconocimiento de ese cráneo, fijándose bien si el estado actual de las arcadas corresponden a mis indicaciones pues puede ser que haya ocurrido un error en la conservación de los restos del Héroe José Martí (1).

En vista de la polémica generada, el Doctor Zayas Bazán envió otra correspondencia al Coronel Manuel Marín Coronado el 27 de febrero de 1907, explicando las operaciones realizadas en varias sesiones ocurridas entre el 4 y 9 de diciembre de 1894 en el aparato dental del maestro. [...] Ya en esa fecha Martí había perdido hacía algún tiempo el incisivo central superior izquierdo y el lateral del mismo lado, se hallaba en tan mal estado, que fue necesario la desvitalización y preparación de la raíz para insertarle un diente artificial sobre espiga. Esa inserción no pudo hacerse pues vino a impedirlo el fracaso sufrido con la sorpresa en la Fernandina, el Amadis, el Logonda y el Baracoa, primera expedición de guerra preparada por el patriota. Este suceso violentó a Martí a tal punto, que aún recuerdo sus palabras ¨deje usted eso, –dijo – qué importa un diente cuando se trata de dar la libertad a mi Cuba¨y efectivamente no permitió terminar la operación, haciéndole una obstrucción provisional de la raíz. El lateral superior derecho fue tratado como un diente muerto.

Dispense la relación minuciosa que hago de estos hechos por lo que ellos pueden servir para establecer la identificación absoluta de los gloriosos restos del maestro (7).

Efectivamente el doctor Fernández Mascaró responde oficialmente al doctor Zayas-Bazán, reconociendo que hubo un error en la información ofrecida en relación a que ¨la dentadura estaba intacta¨, que estimaba que el error se debió a que al pronunciarse públicamente en el acto sobre el estado de los restos, lo habían hecho refiriéndose a lesiones traumáticas y los reporteros lo hicieron extensivo al aparato dentario.

Como podemos apreciar en este análisis el cual nos lleva a reflexionar desde el punto de vista médico-legal, en relación con los dictámenes médicos periciales ofrecidos en los diferentes momentos históricos en que se procedió a la identificación de los restos mortales de nuestro héroe nacional, en su aparato dental no se fue todo lo especifico que ello lo requería, como proceso identificativo que era y que a pesar del poco alcance que tenía la Medicina Legal y mucho menos la Estomatología Legal en aquella época, no justificaba que se fuera más explícito en la descripción con fines identificativos de los restos del maestro.

Si bien, las tropas españolas desconocían detalles estomatológicos del aparato dental de Martí, ofreciéndole la información errónea al doctor Valencia y Forns, de la pérdida de un incisivo superior lateral derecho como característica de individualidad para su identificación, que consideró como categórico, sin haber observado que el incisivo superior derecho estaba presente. He aquí, un ejemplo histórico significativo de la transcendencia del examen pericial médico-legal y estomatológico en los procedimientos de identificación de cadáveres.

Bibliografía

1. Centenario del Natalicio de José Martí, Publicaciones del Archivo Nacional, (XXXVI), pp. 394-448, La Habana, 1953.         [ Links ]

2. LEAL SPENGLER, Eusebio, ¨Cesa todo el rencor¨, Periódico juventud Rebelde, p. 6, Ciudad de La Habana, 16 de mayo de 1895.         [ Links ]

3. VALENCIA Y FORNS, Pablo a., Acta de Defunción de José Martí, Santiago de Cuba, 26 de mayo de 1895.         [ Links ]

4. CASTELLANOS, Gerardo, Los últimos años-días de Martí, Ed. Ucar García, La Habana, 28 de enero de 1937.         [ Links ]

5. BACARDÍ, Emilio, Crónicas de Santiago de Cuba, ed. Arroyo y Hrns., tomo VIII, pp. 130-131, Santiago de Cuba, 1924.         [ Links ]

6. Correspondencia del doctor Virgilio Zayas-Bazán al Coronel Manuel María Coronado, Publicaciones del Archivo Nacional, Centenario del Natalicio de José Martí, p. 410, La Habana, 1953.         [ Links ]

7. FORMENT, Carlos E., Exhumación de los restos de Martí, pp. 212-216, Santiago de Cuba.         [ Links ]

8.  Correspondencia del doctor Guillermo Fernández Mascaró al doctor Virgilio Zayas-Bazán, Publicaciones del Archivo Nacional, Centenario del Natalicio de José Martí, p. 411, La Habana, 1953.         [ Links ]

*Especialista de II grado en Medicina Legal, Santiago de Cuba, Cuba.

**Director del Instituto de Medicina Legal, Ciudad de La Habana, Cuba.

***Alumno ayudante de Medicina Legal, 6º año de Medicina, Facultad Nº 1, Santiago de Cuba, Cuba

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