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Revista Costarricense de Ciencias Médicas

Print version ISSN 0253-2948

Rev. costarric. cienc. méd vol.26 n.1-2 San José Jan. 2005

 

Conocimientos y actitudes del personal de salud hacia la donación de órganos para trasplante.

Manrique Leal-Mateos1, Eduardo Flores-Rivera1, Fiorella Rimolo-Donadio1, María Amalia Matamoros-Ramírez1, Gerardo Mora-Badilla1.

Resumen

El objetivo del presente trabajo es dar a conocer los conocimientos y actitudes del personal de salud hacia la donación de órganos para trasplantes. Durante diferentes actividades de sensibilización que realizó el equipo de salud del Centro de Trasplante Hepático y Cirugía Hepatobiliar de la CCSS, se contestó un cuestionario autoadministrado, voluntario y anónimo que englobaba aspectos epidemiológicos, clínicos, administrativos y legales relacionados al proceso de donación de órganos. El 55,4% (n=51) de los participantes consideraron que los trasplantes de órganos son procedimientos poco frecuentes en nuestro país. Incluso, el 4,3% (n=4) considera que se encuentra en fase experimental. Cuando se les preguntó si conocían la Ley 7409 sobre "Autorización para trasplantar Órganos y Materiales Anatómicos Humanos" únicamente el 21,7% (n=20) contestó positivamente. Sobre los criterios de muerte encefálica que establece la Ley 7409, únicamente el 21,7% (n=20) los conoce de forma completa. Al preguntar sobre quién debe ser el profesional de salud encargado de solicitar a los familiares de la persona fallecida el consentimiento para la extracción de órganos, el 44,6% (n=41) contestaron que debería ser el medico tratante del paciente al momento de su muerte. El 94,6% (n=87) de los encuestados indicó que estaría dispuesto a donar sus órganos al momento de su muerte y el 85,5% (n=81) estaría dispuesto a participar del proceso de procuración de órganos hospitalario si así se lo solicitaran. Lamentablemente, este estudio reflejó que el conocimiento que el personal de salud tiene en relación a este tema es escaso y en ocasiones inadecuado. Lo anterior incluso, podría llevar no sólo a una desacertada colaboración del personal de salud en este proceso, sino también a un retraso en la identificación de posibles donantes de órganos.

Palabras clave: Donación de Órganos, Trasplante de órganos, Costa Rica.

Abstract

The objective of the present article is to show the knowledge and attitude of the health personnel towards organ donatioan and transplantation. During differene education activities, perfomed by the medical team of the Center of Liver Transplantation an Hepatobiliary Surgery of the Costa Rican Social Security Institution, a self administered, voluntary and anonimous questionnaire, which captured epidemiologic, administrative and legal aspects related to the organ donation process, was given out to fill. 55.4% (n=51) of the participants considered that organ transplantation was a rare procedure performed in our country. Even, 4.3% (n=4) considered it to be in an experimental phase. When asked if they knew the Law 7409 regarding "Authorization for Organ and Human Anatomic Material Transplantation", only 21.7% (n=20) answered positively. About the brain death criteria established by the latter law, only 21.7% (n=20) are completely familiar with them. When asked who should be the health professional responsible of the organ solicitation to the family, 44.6% (n=41) answered that it should be the medical staff taking care of the patient at the moment of his death. 94.6% (n=84) of the people interviewed indicated that they would be willing to be an organ donor, and 85.5% (n=81) would be willing to participate in the process of organ procurement when needed. This study regretfully showed that the knowledge of the health personnel regarding this subject is poor and inadequate. This could lead to a low collaboration in the process, and also in a late identification of the possible organ donors.

Key words: Organ donation, transplantation. Costa Rica.

Introducción

Según el registro que posee la Gerencia de División Médica de la Caja .Costarricense de Seguro Social (CCSS) sobre la actividad de donación y trasplante de órganos, así como otras publicaciones internacionales, los trasplantes de órganos son procedimientos que se realizan habitualmente en los servicios de salud de nuestro país (1). No obstante, al igual que en otros países, la falta de órganos para trasplante es un problema que afecta considerablemente la continuidad de estos programas (2). Si bien, los donantes vivos relacionados son una alternativa importante para resolver este dilema (3), las cuestiones éticas que rodean esta práctica han hecho que se decline paulatinamente su utilización en los últimos años (4).

Gradualmente, la donación cadavérica se ha convertido en una alternativa importante para solucionar la carencia de órganos. El continuo crecimiento de las listas de espera ha hecho incrementar los esfuerzos necesarios para identificar potenciales donantes en muerte encefálica (5, 6).

Sin embargo, otros países con mayor desarrollo en el tema han demostrado que el conocimiento que el personal de salud tiene sobre estos programas de donación y trasplante de órganos es un elemento que influye directamente en el éxito que éstos logren alcanzar (7-9).

Y es que, en muchas ocasiones, el personal de salud que trabaja en servicios especializados (como emergencias, cuidados intensivos y neurología entre otros) es el primer contacto para la procuración exitosa de órganos en pacientes con muerte cerebral.

Dado que en las bases de datos de revistas nacionales no se encontró ningún estudio que midiera el grado de conocimiento que el personal de salud tiene sobre la donación y el trasplante de órganos, el equipo que labora en el Centro de Trasplante Hepático y Cirugía Hepatobiliar de la CCSS se dio a la tarea de explorar este tema a través de las diferentes actividades educacionales realizadas durante el segundo semestre del año 2005.

El presente estudio tiene, por tanto, el objetivo mostrar los resultados más sobresalientes derivados del trabajo realizado durante este año.

Material y métodos

El presente es un estudio descriptivo de corte transversal sobre los conocimientos y actitudes del personal de salud sobre la donación y transplante de órganos.

Se analizó una muestra no probabilística que incluía a todo el personal de salud de distintos hospitales que participó en las actividades de sensibilización que realizó el Centro de Trasplante Hepático y Cirugía Hepatobiliar de la CCSS durante el segundo semestre del año 2005.

La información fue recolectada mediante un cuestionario autoadministrado, voluntario y anónimo que englobaba aspectos epidemiológicos, clínicos, administrativos y legales relacionados al proceso de donación de órganos. Las variables cualitativas se analizaron mediante frecuencias y proporciones, los resultados derivados de las variables cuantitativas se expresaron por medio de medidas de tendencia central y de dispersión. La relación entre variables cualitativas se realizó mediante la prueba estadística de Ji cuadrada (X2). El nivel de significancia se fijó en p < 0.05. Se utilizó el programa EpiInfo 2002 para el procesamiento de los datos. Los resultados se presentaron a través de gráficos elaborados a partir del programa Excel 2000.

Resultados

Durante el segundo semestre del año 2005, el Centro de Trasplante Hepático y Cirugía Hepatobiliar de la CCSS realizó un total de 4 actividades de sensibilización sobre la donación y trasplante de órganos, logrando reunir aproximadamente 113 profesionales de salud. De estos, únicamente el 81,4% (n=92) contestaron voluntariamente el cuestionario.

La mediana de edad fue de 29 años con un rango de edades que oscilaba entre los 21 y 61 años. La mediana de años de laborar para la CCSS fue de 8,6 años con un rango de años de 1 a 41. Las distintas profesiones de los encuestados se muestran en la figura 1.

 

Sobre los resultados propios de la encuesta, el 55,4% (n=51) de los participantes consideraron que los trasplantes de órganos son procedimientos poco frecuentes en nuestro país. Incluso, el 4,3% (n=4) considera que se encuentra en fase experimental (Figura 2).

 

 

Cuando se les preguntó si conocían la Ley 7409 sobre "Autorización para trasplantar Órganos y Materiales Anatómicos Humanos" únicamente el 21,7% (n=20) contestó positivamente (Figura 3). También, cuando se le preguntó acerca del procedimiento por el cual se regula el proceso de donación de órganos, únicamente el 10,9% (n=10) contestó correctamente: Consentimiento Presunto. El 81,4% (n=75) No supo o No respondió a esta pregunta y el 7,6% (n=7) respondió: Consentimiento Informado.

 

 

Sobre los criterios de muerte encefálica que establece la Ley 7409, únicamente el 21,7% (n=20) los conoce de forma completa. Incomprensiblemente, al preguntarles si están de acuerdo con ellos, el 67,4% (n=62) respondió que Si. Llama la atención que, aunque es un porcentaje pequeño, el 3,3% (n=3) piensa que un paciente con diagnostico de muerte encefálica puede, en algún momento, revertir su cuadro y recuperarse de esta condición.

Al preguntarles si conocían de algún familiar que deseara donar órganos al momento de su muerte, aproximadamente la mitad (56,5%; n=52) de los encuestado respondieron que No. Al plantearles la pregunta de si en alguna ocasión habían conversado con sus familiares sobre la posibilidad de ser donantes de órganos, el 32,6% (n=30) respondió que No. Por otro lado, el 37% (n=34) de los participantes manifestaron que No autorizaría la donación de órganos de algún familiar si al momento su fallecimiento desconociera la voluntad de éste (Figura 4). Al relacionar las preguntas del párrafo anterior, se encontró que el porcentaje de persona que No autorizaría la donación de órganos de un familiar aún desconociendo la voluntad de éste fue significativa mayor en aquellas personas que desconocen si en sus familias existe el deseo de donar órganos y en quienes no han conversado con sus familias sobre este tema (p=0,003 y p=0,006 respectivamente).

 

Al preguntar sobre quién debe ser el profesional de salud encargado de solicitar a los familiares de la persona fallecida el consentimiento para la extracción de órganos, el 44,6% (n=41) contestaron que debería ser el medico tratante del paciente al momento de su muerte, el 19,6% (n=18) el equipo encargado de realizar el trasplante de órganos, el 13% (n=12) indicó que ambos (medico tratante y profesionales encargados de realizar el trasplante), el 15,2% (n=14) indicó que debería ser un profesional ajeno al proceso en mención y el 7,6% (n=7) que debería ser otra persona diferente a las mencionadas anteriormente.

El 94,6% (n=87) de los encuestados indicó que estaría dispuesto a donar sus órganos al momento de su muerte y el 85,5% (n=81) estaría dispuesto a participar del proceso de procuración de órganos hospitalario si así se lo solicitaran.

Discusión

Antes de comentar los resultados derivados de este trabajo, es importante recordar que la participación del personal de salud en esta encuesta fue voluntaria y no aleatoria. Si bien la información obtenida es de gran ayuda para cumplir con los objetivos propuestos, la validez externa de este estudio es limitada al no poder generalizar los datos obtenidos.

No obstante, y a pesar de las limitaciones mencionadas, la información aquí analizada es de gran ayuda para poder entender de cierta forma los obstáculos a los cuales nos enfrentaríamos al momento de querer desarrollar o mejorar un proceso formal de donación y trasplante de órganos en nuestro sistema de salud.

Empezaremos comentado que según los registros de la Gerencia Médica de la C.C.S.S., y contrario a lo que pensaban la mayoría de los encuestados, los trasplantes de órganos son procesos habituales en nuestro país. El trasplante renal, por ejemplo, es el procedimiento que se realiza con mayor frecuencia en los hospitales nacionales (1).

Incluso, debido al gran desarrollo de estos procedimientos en la década de los noventa, el Ministerio de Salud decidió en 1994 emitir la Ley 7409 y su reglamento que regula la "Autorización para trasplantar Órganos y Materiales Anatómicos Humanos" (10). En ésta, no sólo se creó la Comisión de Trasplante, sino que además se estableció el Consentimiento Presunto como método para procurar órganos en persona fallecidas, siempre y cuando, no hayan dejado constancia expresa de su oposición en vida.

Asimismo, esta ley estableció como criterios clínicos de muerte neurológica a la ausencia de respuesta cerebral con perdida absoluta de conciencia, la ausencia respiración espontánea y de reflejos oculocefálicos con hipotonía muscular y midriasis no reactiva. Lógicamente, dichos criterios deben ser establecidos luego de descartar condiciones como la hipotermia y/o la administración de fármacos depresores del sistema nervioso central.

Por otro lado, la ley estableció al Consentimiento Informado como el método para donar órganos en pacientes que desean realizarlo en vida. Si bien la Ley 7409 no lo expresó así, diferentes estudios indican que la solicitud de donar órganos en personas fallecidas debe ser presentada a los familiares del difunto por medio de una persona ajena al proceso de trasplantes. Esta solicitud no debería ser planteada por el equipo de trasplantes o por el médico que trataba al paciente antes de muerte, ya que esto puede ser considerado un "conflicto de intereses".

Por otro lado, la experiencia indica que aquellos familiares de los pacientes fallecidos que rehúsan la donación de órganos lo hacen debido a falta de información o desconocimiento sobre el proceso. Los mejores resultados se han visto cuando las personas y en especial las familias hablan sobre el tema y conocen la voluntad de sus familiares respecto al deseo de donar órganos (11).

Bajo este entendido, este estudio reflejó que el conocimiento que el personal de salud tiene en relación a este tema es escaso y en ocasiones inadecuado. Lo anterior incluso, podría llevar no sólo a una desacertada colaboración del personal de salud en este proceso, sino también a un retraso en la identificación de posibles donantes de órganos, con la consecuente disminución o estancamiento de las tasas de trasplantes que actualmente presenta nuestro país.

Pero no sólo se deben enfocar los esfuerzos a lo interno de los hospitales. La labor educativa que puede realizar el personal de salud fuera de su entorno resultaría de gran ayuda para mejorar los programas de donación y trasplante de órganos. Y es que, también quedó demostrado que aquellas personas que no conocen los deseos de sus familiares entorno a la donación de órganos, o que por otro lado, no conversan con sus familiares o amigos sobre tema, son al fin de cuentas quienes en un determinado momento rehusarían a autorizar la donación de órganos de sus familiares fallecidos.

La educación en pro de mejorar la actitud del personal de salud, y en especial la del público en general, es hoy por hoy la mayor estrategia para garantizar el éxito de un programa tan importante como el que aquí discutimos (12-15).

Referencias

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1 Centro de Trasplante Hepático y Cirugía Hepatobiliar, CCSS.

Correspondencia: Dr. Manrique Leal Mateos. unitrasplante@hnn.sa.cr