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Revista de Biología Tropical

versión On-line ISSN 0034-7744versión impresa ISSN 0034-7744

Rev. biol. trop vol.66 no.1 San José ene./mar. 2018

http://dx.doi.org/10.15517/rbt.v66i1.32238 

Articles

“Por favor pague $800 para leer este artículo”: Una carta abierta para las compañías de pago

Julián Monge-Nájera1 

1Director Revista de Biología Tropical / International Journal of Tropical Biology and Conservation University of Costa Rica, 2060 San José, Costa Rica, julian.monge@ucr.ac.cr

Resumen

Los países pobres gastan cantidades significativas de recursos económicos en acceso a la información científica bloqueada por los llamados “muros de pago” o paywalls, y si se ajustan los precios según las economías locales, pueden ser equivalentes a cientos de dólares por artículo. Estos paywalls, controlados por un pequeño grupo de empresas de los países ricos, bloquean el conocimiento a las sociedades que más lo necesitan. Estas empresas deberían ajustar sus tarifas de acuerdo con las economías locales: eso sería más justo y beneficiaría a todos, incluidas las mismas empresas.

Palabras clave: desarrollo científico; comercio justo; injusticia en la ciencia; economías del Tercer Mundo

Aún recuerdo mi primera visita a una biblioteca de ciencias: era estudiante en el curso de Zoología de Invertebrados y tuvimos que investigar sobre la migración vertical en organismos marinos. Revisé la Ecología de Ramón Margalef, hice una lista de artículos sobre el tema y fui a la biblioteca de la universidad con la plena confianza de que los encontraría. Me esperaba una sorpresa: la mayoría de las revistas no estaban disponibles; ese día de 1980 tuve un despertar a la realidad de ser un científico en América Latina.

Más tarde experimentaría lo contrario mientras hacía mi proyecto de mariposas Hamadryas en el Smithsonian Tropical Research Institute en Panamá. Ese era otro mundo; tenían casi todo, y si no, lo conseguían rápidamente de sus oficinas centrales en Washington. Pero mi periodo como investigador visitante terminó, y así dejé de tener acceso al grueso de la literatura científica mundial.

Con el tiempo, desarrollé otra estrategia. Me ofrecí como guía de campo para científicos de Europa y Estados Unidos que visitaban el trópico, y les pedía que me pagaran en especie, o sea, con fotocopias de la literatura que necesitaba. Así pude hacer mi investigación inicial sobre paleobiogeografía y gusanos de terciopelo, tan dependiente de la literatura.

Con el paso de los años y conforme Internet se generalizó, muchas bibliotecas universitarias comenzaron a pagar por el acceso en línea a las revistas, pero en general me mantuve alejado del sistema porque me negaba a lidiar con las terribles burocracias que controlan la ciencia latinoamericana; en otras palabras: el muro de pagos todavía bloquea mi camino hacia el conocimiento. Más recientemente, otros científicos comenzaron a publicar sobre sus propias objeciones a los muros de pago; por ejemplo, Curry (2012), Andraka (2013), Taylor (2013) y Browne (2014).

En el caso de América Latina, partes significativas de los presupuestos de investigación terminan en compañías que controlan el acceso a la literatura. Estos fondos podrían asignarse a investigación primaria si los científicos encontraran otras formas de acceder a la literatura, pero he hablado con algunos colegas y autoridades, y todos parecen repetir el mismo lema: “no podemos trabajar sin acceso a la literatura pagada”. No dudo que sean honestos, pero ¿es cierta su impresión?

Según mi experiencia, se puede investigar y publicar trabajos del más alto nivel sin tener que pagar las tarifas comunes de $ 30 a $ 50 por artículo. Ya no dependo de que me paguen en fotocopias, simplemente escribo a los autores y, en casi todos los casos, envían una copia gratuita para uso personal con fines científicos o educativos. Y en los pocos casos en que no los envían, simplemente no los cito: hoy día suele haber suficiente material de acceso abierto para hacer bien el trabajo. Pero sé que esta solución no es para todos, y creo que satanizar a las compañías de pago no es la mejor opción. Durante muchos años le han dado a la ciencia un servicio importante al publicar buenas investigaciones, pero lo han hecho de una manera que creó dos clases de científicos: aquellos con acceso al conocimiento y aquellos que, como yo, no pueden pagarlo.

Estas compañías ahora están tratando de desarrollar un nuevo modelo de negocio en el que cobran a los autores (o más precisamente, a sus instituciones), en lugar de cobrar a los lectores: esto les permite abrazar públicamente el creciente movimiento de Acceso Abierto y aún obtener buenas ganancias.

Solo el tiempo dirá si su nuevo enfoque funciona, pero en cualquier caso podrían hacer mucho más para que la situación sea justa para los científicos de los países más pobres, y pueden comenzar ahora aplicando un modelo que ha funcionado durante décadas para algunos editores: la fijación regional de precios, es decir, los investigadores con presupuestos pequeños pagan menos y viceversa.

Los precios regionales son difíciles de entender para los científicos de Europa Occidental o EE. UU., quienes tienen pleno acceso a toda la literatura, acceso que es pagado por sus instituciones. Además, su perspectiva es otra porque sus salarios mensuales equivalen al salario anual de un científico “tercermundista”. Un ejemplo debería ayudar: si usted es, digamos, investigador en Holanda, puede ganar $ 68 000 por año, pero un colega en Nigeria solo obtiene $ 3 300 por el mismo período de trabajo1. Para los científicos africanos, que a menudo pagan de su propio bolsillo el acceso a los articulos, $ 40 para leer un artículo equivale a pagar $ 800 para esa persona en Holanda (de ahí el título de este artículo). Ahora puede ser más claro para usted por qué el modelo de “todos pagan lo mismo” es tan injusto. Finalmente, existen relaciones no éticas entre editores e instituciones, que no detallaré aquí pero que han sido descritas por Bohannon (2014). En resumen, todavía hay mucho margen de mejora en la forma en que ustedes, los propietarios de los artículos de “pague por ver”, tratan a las instituciones y los científicos. Un esquema de precios regional justo y transparente será un primer paso que no solo beneficiará a la ciencia y a los países pequeños que más lo necesitan, sino que a largo plazo puede definir el destino de sus propias compañías.

References

Andraka, J. (2013). Why Science Journal Pay-walls Have to Go. Retrieved from: http://blogs.plos.org/thestudentblog/2013/02/18/why-science-journal-paywalls-have-to-go/Links ]

Bohannon, J. (2014). Secret bundles of profit. Science, 344(6190), 1332-1333. doi: https://doi. org/10.1126/science.344.6190.1332 [ Links ]

Browne, T. (2014). Let’s shine a light on pay-walls that deny open access to scientific research. The Guardian. Retrieved from: https://www.theguardian.com/science/blog/2014/apr/29/pay-walls-open-access-button-scientific-researchLinks ]

Curry, S. (2012). Set science free from publishers’ pay-walls. Retrieved from: https://www.newscientist.com/article/dn21937Links ]

Taylor, M. (2013). Hiding your research behind a pay-wall is immoral. The Guardian. Retrieved from: https://www.theguardian.com/science/blog/2013/jan/17/open-access-publishing-science-pay-wall-immoralLinks ]

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