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Revista de Biología Tropical

versión On-line ISSN 0034-7744versión impresa ISSN 0034-7744

Rev. biol. trop vol.50 no.3-4 San José dic. 2002

 

 
Mensaje del señor Rector de la Universidad de Costa Rica en la celebración del cincuenta aniversario de la Revista de Biología Tropical

 

Situar la Revista de Biología Tropical en su nacimiento y en su contexto es una tarea fundamental, porque estos procesos tienen raíces históricas importantes. Puede uno -sin pecar de atrevimiento- hacer algunos paralelos, que podrían ser interesantes para ustedes en esta celebración de cincuenta números de la Revista de Biología Tropical.

Primero, ¿qué significa una revista científica? Si bien muchos damos la revista científica por un hecho, su gestación no es un proceso evidente.

Una de las revistas científicas más antiguas aparece a mediados del siglo XVII en Inglaterra, revista que continua publicándose en forma ininterrumpida, desde su primer número el seis de marzo de 1665, salvo en dos ocasiones, por una epidemia de peste en Londres y por una enfermedad de su editor original, Henry Oldenburg. Es la muy conocida Philosophical Transactions que surge, y esto es importante, como una iniciativa personal de un extranjero residente en Inglaterra, un alemán que hace contactos con muchos científicos y nobles ingleses y europeos, y que con una gran sagacidad -no siendo él científico- se da cuenta de que el surgimiento de una nueva actividad (la que calificaríamos ahora como la investigación científica) en Europa, estaba teniendo dificultades en difundirse, en llegar a un gran público.

El libro era el medio ya establecido de comunicación en esa época. Sin embargo, el libro estaba sujeto a las potestades que la Iglesia mantuvo durante muchos siglos sobre las obras impresas, primero teniendo el control de la reproducción de manuscritos en los monasterios y luego mediante las autorizaciones del imprimatur y nihl obstat. El libro se convierte entonces en un vehículo poco apropiado para el surgimiento de nuevas ideas, ya que como tal estará sujeto a la censura de la Iglesia. Recuérdese que durante muchos siglos el surgimiento de la nueva ciencia fue considerado como una amenaza para la Iglesia.

Poco a poco, los científicos comienzan a usar un mecanismo diferente y muy directo, las cartas entre colaboradores, y comienzan a surgir redes europeas de comunicación informal entre investigadores, entre sabios, entre físicos, entre filósofos naturales, para ponemos en los términos de la época. Lo interesante es que estas cartas comienzan a circular y por pura curiosidad Oldenburg comienza a ser parte de esas redes y receptor de cartas que comienza a guardar cuidadosamente. En 1665 revisa las cartas que tiene y ve que representan una base de conocimiento científico de gran valor ya en la época y decide que lo mejor que puede hacer es publicarlas en un medio formal.

Surge así la más antigua revista científica actual 1 , que Oldenburg, define, en su primer número, como "Philosophical Transactions: giving some Accompt of the Present Undertakings, Studies and Labours, of the Ingenious in many Considerable parts of the World. " Su editor concibe la revista, a pesar de ser publicada en Inglaterra, como una revista internacional y abierta a investigadores de todo el mundo. Pero esta revista nace en un contexto particular: una tradición de varios siglos de la institución universitaria en Europa, una actividad científica en pleno desarrollo, una academia de ciencias inglesa, The Royal Society. Oldenburg vende la idea de la Philosophical Transactions a la Royal Society, que la asume a partir de 1668.

A los que se interesan en la Historia les sugeriría leer la introducción que hace Oldenburg al primer número de Philosophical Transactions en que dice por qué hay que publicar y cual es la responsabilidad social del investigador y filósofo natural, cual es su responsabilidad frente al desarrollo del mundo de dar a conocer en lo que trabaja. 2
 
¿Por qué toda esta disgresión sobre la Philosophical Transactions? Primero porque representa una forma de empresa personal de Oldenburg y de un pequeño grupo que lo apoya. Oldenburg es un extranjero en Inglaterra. Yo creo que no tengo por que hacer evidentes más paralelos.

Sin embargo, es importante señalar que la Revista de Biología Tropical nace a los doce años de vida de la Universidad de Costa Rica (UCR). La Universidad ya había decidido en 1944 crear la Revista de la Universidad 3 , revista de carácter multidisciplinario en que se publican artículos de diversa índole, y que vive hasta los años 60, cuando desaparece frente al ímpetu de las nuevas revistas especializadas que surgen en la UCR. Una universidad entonces preocupada y desde muy temprano, por dar vehículos a la difusión del conocimiento e investigaciones de sus profesores.

La Revista de Biología Tropical nace así en una universidad joven en muchos aspectos, muy diferente a esta universidad que hoy conocemos, una universidad con unos pocos miles de estudiantes, que comenzaba a buscar su definición institucional en los años en que surge la Revista, años en que se desarrolla activamente la discusión de la reforma universitaria que culmina en 1957.

Es interesante y hasta una sonrisa podríamos esbozar, al ver cómo se reseña la Revista de Biología Tropical en los informes del Rector de esos años. Aparece inicialmente en 1953, no en el informe del Rector si no en el de Gonzalo Morales Vargas, decano de la Escuela de Ciencias y Director de la llamada Sección de Microbiología, en un capítulo dedicado a planta física:

"Además dentro de las limitaciones a que tan pequeño espacio nos obligaría, creemos que podríamos darle cabida a las siguientes oficinas: a) Oficina y Laboratorio para el nuevo profesor de medio tiempo, que deberá entrar en funciones en marzo del presente año, b) Oficina para el Comité de Redacción de la Revista de Biología Tropical, en la cual podríamos además iniciar la realización de uno de nuestros más sentidos deseos, el de formar una pequeña biblioteca especializada, para uso de profesores y alumnos que cuente con las revistas y publicaciones periódicas de mayor valor para las enseñanzas científicas que se imparten en nuestra Escuela. Es del caso señalar que la instalación de estos servicios demandará, además, la adquisición de mobiliario y equipo adecuados".

Esto fue hace 50 años. Posteriormente, ya en el informe de 1954 el rector señala:

"La Revista de Biología Tropical produjo dos nuevas entregas, habiéndose consagrado definitivamente, tanto en los medios científicos nacionales como los del exterior, como una revista de primera categoría en su género. Su comité de redacción estuvo integrado por los Profesores Ettore de Girolami, Alfonso Trejos, Armando Ruiz y Rafael Lucas Rodríguez, y merece sin lugar a dudas, un voto de aplauso de la Institución".

Siempre me ha preocupado cuando en los escritos, con mucha facilidad se deslizan adjetivos como "definitivo". ¡Uno puede equivocarse muy a menudo! Es impresionante ver como el rector Rodrigo Facio Brenes ya siente en 1954 que la Revista de Biología Tropical es una realidad permanente, definitiva, para la Universidad de Costa Rica. Y aquí quisiera tomar otra acepción de lo definitivo, más en el sentido de "definitorio" puesto que la Revista de Biología Tropical -como bien se ha dicho aquí- se ha convertido en emblema, en aspecto definitorio de nuestra realidad universitaria.

En el mismo informe de 1954 el decano don Gonzalo Morales, dice:

"Como profesor de medio tiempo e investigador en Histología, continuó la Escuela de Ciencias contando con los eficientes servicios del profesor Ettore de Girolami. En un intento de resumir las actividades de este profesor mencionaremos, a) su muy valiosa labor en el comité de redacción de la Revista de Biología Tropical, el cual ha venido ofreciendo una publicación que alcanza cada vez mayor prestigio debido a su excelente presentación y a la cuidadosa selección de su contenido; b) la organización que ha llevado a cabo de una biblioteca, con las numerosas revistas obtenidas por canje con la Revista de Biología Tropical."

Quería compartir con ustedes estos documentos, estas tres referencias a la Revista de Biología Tropical en informes de los rectores de los años 1953 y 1954. No hay nada en el informe de 1952 puesto que la Revista estaba en proceso de gestación.

Y quería destacar además el paralelismo de la influencia extranjera, y el hecho de la Revista como una aventura personal de un grupo que cree en el sentido de la comunicación científica y de su papel en la sociedad, el papel que una revista asume por su permanencia y esto es fundamental. Creo que el ejemplo de Philosophical Transactions con 337 años de antigüedad hace ver que la permanencia no es en estos casos un juego de plazos, la permanencia sería muy fácil si estuviera ligada a un juego de plazos. La permanencia de la Revista está ligada a la calidad de su contenido, al interés de los editores y al esfuerzo de los investigadores que en ella publican.

Sea pues este número 50 de la Revista de Biología Tropical un momento de reflexión, de regocijo y orgullo para la Institución. Ustedes ven cuan fácilmente los rectores desde 1954 nos llenamos la boca hablando de los logros de otros. Es una de las pocas cosas que le queda a un rector por hacer y es un motivo siempre de orgullo ver como una obra de construcción personal se convierte en un pilar fundamental de la construcción institucional. A todos, felicitaciones por estos 50 números, por este trabajo sostenido, tesonero, pionero. Es un momento en el que estoy seguro que seguirá siendo pionero y tesonero en los números que sigan, con el esfuerzo de todos los que en la producción de esta revista participan.

Gabriel Macaya

8 de agosto del 2002.

 

1    El Journal des Sçavans apareció en París dos meses antes que las Philosophical Transactions, y algunos lo consideran la revista científica más antigua. Pero como lo indica Daniel J. Boorstin en su obra The Discoverers, "The Journal des Sçavants, which had appeared in Paris two months earlier, is sometimes awarded priority as a scientific periodical, but is was given over to book reviews and literary matters. When its Jesuit enemies torced it to become bland, it was discontinued in 1668."

2    Whereas there is nothing more necessary for promoting the improvement of philosophical Matters, than the communicating to such, as apply their Studies and Endeavours that way, such things as are discovered or put in practice by others; it is therefore thought fit to employ the Press, as the most proper way to gratify those, whose engagement in such Studies, and delight in the advancement of Learning and profitable Discoveries, both entitle them to the knowledge of what this Kingdom, or others parts of the World, so, from time to time, afford, as well as of the Progress of the Studies, Labors and attempts of the Curious and Learned in things of this kind, as of their complete Discoveries and Performances: To the end, that such Productions heing clearly and truly communicated, desires after solid and useful knowledge may be further entertained, ingenious Endeavours and Undertakings cherished, and invited and encouraged to search, try, and find out new things, impart their knowledge to one another, and contribute what they can to the Grand Design of improving Natural knowledge, and perfect all Philosophical Arts, and Sciences. All for the Glory of God, the Honor and Advantage of these Kingdoms, and the Universal Good of Mankind." (Tomado de The Discoverers de Daniel J. Boorstin).

3    El primer número de la Revista de la Universidad de Costa Rica se publica en setiembre de 1945. El Rector de entonces, el Dr. José Joaquín Jiménez Núñez dice en la presentación de este primer número: "Piensa la Universidad Nacional que la publicación de una revista sea contribución eficaz y sincera en el logro de sus aspiraciones en la estructura cultural y cívica de la patria y enlace cierto con centros similares; un empeño modesto que vincule mejor a todos los hombres de buena voluntad, especialmente ahora que esa misma humanidad ha debido erguirse, toda sacrificio, contra las fuerzas disolventes de la vida. Nuestra Universidad alienta la fórmula «arriba los corazones», y repite confiada con un francés insigne: «esperemos la cosecha»."

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