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Revista de Biología Tropical

On-line version ISSN 0034-7744Print version ISSN 0034-7744

Rev. biol. trop vol.46 n.4 San José Dec. 1998

 

Monitoreo serológico de anticuerpos (IgG e IgM) contra Babesia bigemina
(Haemosporidia: Babesiidae) en becerros del trópico mexicano
 
 
J.J. Solís-Calderón1  R.I. Rodríguez-Vivas2   A. Dajer-Abimerhi2

Abstract

A ntibody dynamics (IgG and IgM) against Babesia bigemina was studied on 41 under 15 days of age from three ranches (R1, R2 and R3) in Yucatan, Mexico. Blood samples were collected every 30 days, for eight months. Sera were tested by the indirect fluorescent antibody method to detect IgG and IgM. Overall IgM seroprevalence during the calves first eight months of life was 17.1% without relation to age. Overall IgG seroprevalence was 66.8%, increasing with age. Seroprevalence in R1, R2 and R3 were 87.5%, 77.1% and 31.8% respectively. Ranches 1 and 2 were in enzootic stability. In Yucatan, the modification of management factors in ranches with enzootic instability, could increase the risk of clinical babesiosis. Cattle mobilization from ranches with enzootic instability must be strictly controlled.
 

Key words

Babesia bigemina, IgG, IgM, cattle, tropics.
 

La babesiosis bovina es una enfermedad producida por protozoarios intracelulares del género Babesia, Starcovici, 1893 y transmitida por garrapatas del género Boophilus. La enfermedad se caracteriza por fiebre, anemia hemolítica y en casos severos produce la muerte (Alonso et al. 1992).

La presentación de la babesiosis en hatos bovinos está determinada entre otros factores a la edad y raza de los animales, al ambiente y a la fluctuación estacional de la población de las garrapatas del género Boophilus en una región (Spath 1986).

En México, B. bovis y B. bigemina se reportan como los causantes de casos clínicos de babesiosis en bovinos (Solorio y Rodríguez 1997a). Los bovinos jóvenes son más resistentes a la babesiosis clínica que los animales adultos (Taylor et al. 1983, Latif 1979, Alonso et al. 1992, Fatimah et al. 1993). Esto es debido a la transmisión de anticuerpos pasivos de las madres infectadas a los becerros (Hopps 1977, Berry et al. 1981). Los anticuerpos calostrales en bovinos son transferidos a través del consumo de calostro y consiste en anticuerpos de la clase IgG (Buttler 1974). La presencia de anticuerpos clase IgM en el suero permite diferenciar los anticuerpos pasivos de los anticuerpos inducidos activamente mediante la infección por Babesia sp (Chistensson 1987a).

En el estado de Yucatán, México existen reportes sobre respuesta inmunológica de los bovinos a B. bigemina a diferentes edades (Rodríguez et al. 1992, Ramos et al. 1992, Ramírez et al. 1998); sin embargo, se desconoce la dinámica de anticuerpos IgG e IgM durante los primeros meses de vida. El objetivo del presente estudio fue conocer la reactividad serológica de anticuerpos IgG e IgM a B. bigemina, en becerros del oriente del estado de Yucatán, México.
 

Materiales y Métodos

El trabajo de campo se realizó de marzo a noviembre de 1995, en tres explotaciones bovinas del estado de Yucatán, México. El clima de la región es Aw (caliente sub-húmedo con lluvias en verano) con las variantes Aw0 (800-900 mm) y Aw1 (1200 mm) con precipitación anual entre 415 y 1200 mm, distribuida entre los meses de mayo a octubre, con temperatura promedio anual entre 24.6 y 17.7°C (García 1973).

Los ranchos seleccionados se denominaron R1, R2 y R3. Todos los ranchos presentaron las siguientes características: a) Tipo de explotación: pie de cría-carne, b) cría de ganado cebú (B. indicus), y c) manejo de un programas de vacunación contra Rabia Paralítica Bovina (virus rábico), Carbón Sintomático (Clostridiumchauvei) y Pasteurelosis (Pasteurella multocida). Solo en el R2 se aplicaron baños con ixodicidas por inmersión (deltametrina) a los becerros con intervalo de aplicación de 30 a 90 días.

En cada rancho se seleccionaron de 13 a 15 becerros menores de 15 días de edad (todos los animales habían ingerido calostro) y monitoreados cada 30 días durante un período de 8 meses. De cada becerro se obtuvo una muestra de sangre (10ml) mediante la punción de la vena yugular con equipo vacutainer. Las muestras se mantuvieron en reposo durante 2 a 3 horas y fueron centrifugadas a 2000 g para la obtención de los sueros. Los sueros fueron almacenados en alícuotas de 2ml y almacenados a -20°C hasta su procesamiento.

Los sueros fueron evaluados mediante la prueba de inmunoflourescencia indirecta (IFI) descrita por Rodríguez et al. (1994), para la detección de IgG e IgM contra B. bigemina. Se usaron los conjugados anti-IgG y anti-IgM bovina producida en cabra con isotiocinato de fluoresceina (KirKegoard and Perry, INC) en diluciones 1:60 con buffer de fosfatos (PBS). Se usaron antígenos procedentes de cultivo invitro (con un 7% de eritrocitos parasitados), donados por el CENID-Parasitología/SAGAR de Jiutepec, Morelos, México. Los controles positivos para la detección de IgG y controles negativos fueron donados por la Red de Hemoparásitos de la FAO. El control positivo para dedectar IgM se obtuvo de un becerros inoculado experimentalmente con B. bigemina y obtenido el suero a los 18 días postinoculación. Los sueros controles y de prueba fueron diluidos 1:80 en PBS (pH 7.2). La lectura de las muestras se realizó a través de un microscopio de fluorescencia y los resultados se interpretaron de la siguiente manera: 1) Positivo, observación de parásitos con una coloración fluorescente y 2) Negativo, no observación de fluorescencia.

Durante el monitoreo se realizó el examen físico de los becerros con relación a las enfermedades provocadas por hemoparásitos.

Se obtuvo la seroprevalencia de B. bigemina (IgG e IgM) global y con relación a la edad. Para el análisis estadístico de los datos se utilizó la prueba de ji-cuadrada, formándose 3 grupos de edades de los becerros: grupo A de < 1 a 3 meses de edad, grupo B de 4 a 6 y grupo C de 7 a 8. Al mismo tiempo, se obtuvo la tasa de inoculación al mes 8 de edad de los becerros, de acuerdo a la fórmula descrita por Mahoney y Ross (1972).
 

Resultados

Mediante la prueba de IFI se analizaron 369 sueros de 41 becerros estudiados. La seroprevalencia general de anticuerpos IgM fue de 17.1%. La seroprevalencia de los grupos de edad A, B y C fue de 13.4%, 19.2% y 22.2% respectivamente. No se encontró diferencia significativa al comparar los grupos A, B y C (ji cuadrada P>0.05). La seroprevalencia de anticuerpos IgM por edad de los becerros se presenta en la fig. 1a.

La seroprevalencia de anticuerpos IgM en el R1, R2 y R3 fue de 18.7%, 16.5% y 18.5% respectivamente (fig. 1b). No se encontró diferencia significativa al comparar los ranchos (ji-cuadrada P>0.05).
 
 

La seroprevalencia general de anticuerpos IgG fue de 66.8%. La seroprevalencia de los grupos de edad A, B y C fue de 57.3%, 68.8% y 86.1% respectivamente. No se encontró diferencia significativa al comparar los grupos A y B, pero se encontró diferencia significativa al comparar estos con el grupo C (ji-cuadrada P<0.05). La seroprevalencia de anticuerpos IgG por edad de los becerros se presenta en la fig. 1a.

La seroprevalencia de anticuerpos IgG en el R1, R2 y R3 fue de 59.3%, 56.6% y 7.9% respectivamente (fig. c). No se encontró diferencia significativa al comparar el R1 con el R2, pero se encontró diferencia significativa al comparar estos con el R3 (ji-cuadrada P<0.05).
La tasa de inoculación a los 8 meses de edad de los becerros en el R1, R2 y R3 fue de 0.0191, 0.0191 y 0.0038 respectivamente.
 

Discusión

La IgM se produce en mayor cantidad en una respuesta inmunitaria primaria, presentándose también en una respuesta secundaria, pero este fenómeno se hace evidente por la predominancia de IgG (Tizard 1989). La seroprevalencia global a B. bigemina (IgM) fue baja (17.1%) y la reactividad de anticuerpos de acuerdo a la edad no presentó una tendencia. O'donoghue et al. (1985) mencionan que los anticuerpos IgM aparecen en la respuesta primaria a Babesia por un período corto. La respuesta transitoria de IgM a Babesia coincide con el máximo nivel de parasitemia en los becerros. La ocurrencia de estas respuestas transitorias de IgM en los becerros de estudio es indicativo que los animales han producido anticuerpos activos debido a la infección por Babesia (O'donoghue et al. 1985, Christensson 1987a,b). El nivel máximo detectable de IgM a B. bovis se presenta a los 18 días postinoculación y permanece detectable a los 35 días (Goff et al. 1982). Esta producción de anticuerpos activos se presentó en los tres ranchos estudiados.

La seroprevalencia general observada de B. bigemina (IgG) fue de 66.8%. Esta seropositividad es similar a la reportada por Ramos et al. (1992) donde observaron una seroprevalencia a B. bigemina de 68.0% en la zona ganadera del estado de Yucatán. Ramírez et al. (1998) monitoreando becerros del nacimiento a los 12 meses de edad, observaron una seroprevalencia de 75.4% bajo las mismas condiciones geográficas del presente estudio.

Un hallazgo difícil de explicar es la diferencia en la seroprevalencia de IgG entre animales del R3 y los otros dos ranchos, a pesar de que existen niveles similares de IgM. Payne y Osorio (1990) encontraron que bajas prevalencias de IgG a Babesia están asociadas con ausencia o bajo número de garrapatas del género Boophilus en los bovinos. Sin embargo, se necesita realizar estudios más precisos para conocer la relación de IgM e IgG en la babesiosis bovina.

La seroprevalencia de IgG aumentó de acuerdo a la edad de los becerros. Las bajas seroprevalencias observadas durante los primeros 3 meses de edad de los becerros, pudo deberse a los siguientes factores: 1) baja concentración de inmunoglobulinas calostrales, 2) inadecuada ingestión de calostro, 3) disminución de la capacidad de absorción de la mucosa intestinal y 4) baja concentración de inmunoglobulinas en el suero sanguíneo (González 1987). Este aumento de la seroprevalencia de B. bigemina con relación a la edad de los becerros, fue detectado previamente en el estado de Yucatán, México (Ramos et al 1992, Ramírez et al. 1998), y en las zonas de Paraguari y Carapegua, Paraguay (Payne y Osorio 1990).

Para estimar la probabilidad diaria de infección a babesiosis (tasa de inoculación) se debe conocer la seroprevalencia a Babesia a edades tempranas (8-9 meses de edad) (Mahoney y Ross 1972, Alonso et al. 1992, Guglielmone 1995, Solorio y Rodríguez, 1997b). Ramos et al. (1992) encontraron que en el estado de Yucatán los becerros entre 3 y 9 meses de edad presentan seroprevalencias de 61%, lo cual coincide con lo encontrado en el presente estudio; sin embargo, Ramírez et al. (1998) encontraron en el estado de Yucatán seroprevalencias del 100% a partir del sexto mes de edad de los becerros.

De acuerdo con Mahoney y Ross (1972) el R1 (0.0191) y R2 (0.0191) se encuentran en una situación de establidad enzoótica y el R3 (0.0038) en una situación de inestabilidad enzoótica. La poca frecuencia de casos clínicos en los 3 ranchos puede deberse a la resistencia innata de las cruzas Bos indicus (Rogers et al. 1978, Parker et al. 1985). Sin embargo, la modificación de los factores de manejo en los ranchos, principalmente en el R3, podrían favorecer en la presentación de brotes clínicos de babesiosis (Perez et al. 1994a, 1994b). Este hallazgo pone de manifiesto la importancia en el estado de Yucatán, de controlar la movilización de animales de zonas con inestabilidad enzoótica a zonas con establidad enzoótica.
 

Resumen

Se estudió la dinámica de anticuerpos (IgG e IgM) contra Babesia bigemina en becerros explotados en condiciones del trópico mexicano. Se monitorearon 41 becerros menores de 15 días de edad de tres ranchos del estado de Yucatán, México ( R1, R2 y R3). Los becerros fueron muestreados cada 30 días edurante un período de 8 meses, para la obtención de 369 sueros. Los sueros fueron evaluados mediante la técnica de inmunofluorescencia indirecta para la detección de anticuerpos de la clase IgG e IgM contra Babesia bigemina. La seroprevalencia general de IgM en los primeros 8 meses de edad de los becerros fue de 17.1%, no presentándose un comportamiento definido con relación a la edad. La seroprevalencia general de IgG fue de 66.8%, incrementándose con relación a la edad. La seroprevalencia para los animales del R1, R2 y R3 fue de 87.5%, 77.1% y 31.8% respectivamente. El R1 y R2 se ubicaron en una situación de estabilidad enzoótica y R3 en inestabilidad enzoótica. Se concluye que en el estado de Yucatán, Mexico, la modificación de factores de manejo en los ranchos con inestabilidad enzoótica, podría favorecer la presentación de brotes clínicos de babesiosis. Se pone de manifiesto la importancia de controlar la movilización de animales de ranchos con inestabilidad enzoótica a ranchos con establidad enzoótica.
 

Agradecimientos

Se agradece a Carlos Vega y Murguía y a Julio Figueroa Millán del CENID-PAVET de Jiutepec, Morelos, por la donación de los antígenos.
 

Referencias

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1  Instituto Nacional de Investigaciones Forestales y Agropecuarias. Centro de Investigaciones Regionales del Sureste. Campo Experimental Tizimín. Tizimín, Yucatán, México. Teléfono: (86) 3 43 06

2  Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia. Universidad Autónoma de Yucatán. Km 15.5 carretera Mérida-Xmatkuil. Apartado Postal 116-D. Mérida, Yucatán, México. Teléfono: (99) 42 42 00, Fax (99) 42 32 05, E-mail: rvivas@tunku.uady.mx

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