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Acta Médica Costarricense

On-line version ISSN 0001-6002Print version ISSN 0001-6012

Acta méd. costarric vol.61 n.2 San José Apr./Jun. 2019

 

Editorial

Guido Miranda Gutiérrez: Pilar de la seguridad social Costarricense

Guido Miranda Gutiérrez: Pillar of Costa Rican social security

Dr. Juan Jaramillo Antillón1 

1Presidente.Emérito de ACANAMED Costa Rica.

Conocí a mi maestro y luego amigo en septiembre de 1961, cuando me presenté al concurso para realizar el internado en el Hospital Calderón Guardia. Desde ese día pude captar “la fuerza vital” que emanaba el Dr. Miranda, quien, como dice el filósofo Nietzche, era de esas personas que tenía un mandamiento “atrévete a ser lo que eres”, él, desde niño y joven y lleno de aspiraciones como audaz aventurero, no tenía temor a las dificultades, se realizaba superándolas y estas a su vez le ayudaron a desarrollar al máximo sus grandes capacidades personales. Con los años, sus aspiraciones se llenaron de realizaciones en Medicina y en esa área que el tanto quería, como era la seguridad social del país.

Cuando salió a dar los resultados del examen, me dijo: “Doctor, usted ha quedado muy bien en los temas de cirugía, ginecología y pediatría, pero le falta mucho que aprender en medicina; nos dijo que quería ser cirujano, espero que esté hablando de ser “un buen cirujano”, ya que no conozco a ninguno que no sea un buen internista en su campo. Ya nos veremos en el hospital”.

Así nació una estrecha amistad (que no fue fácil cultivar, ya que su trato inicial para los internos y residentes era muy exigente y poco amistoso, pues odiaba a los vagos y a los ineficientes), y que perduró por más de 40 años. Pasado el año de internado y ya de residente de cirugía, con mi buen amigo el Dr. Juan León Hernández (q.p,d), residente de medicina interna (luego Jefe de la Sección), tuvimos la oportunidad de conocer y tratar al Guido Miranda humano y amigo, con quien viajamos en más de una oportunidad a su casa en Puntarenas, un sábado por la tarde, con otros colegas (Dr. Arturo Monge Zamora, Dr. Herman Weinstock W, Dr. Guido Jiménez Jiménez, el Dr. Jesús Israel Sarkís, etc.), a jugar una buena partida de naipes y a disfrutar de chistes y de más de un Cuba libre (ron con Coca Cola).

También desde ese momento nos comenzó a “catequizar” en sus creencias de crear en el país, un Sistema Nacional de Salud, con base en nuestro seguro social, que en cierta forma estaba aún en pañales, algo que él cuando estudió Medicina en Chile, captó muy bien. A su regreso al país, en unión del eminente urólogo Dr. Fernando Coto Chacón, y del padre de la patología costarricense, Dr. Rodolfo Céspedes Fonseca (que también habían estudiado ahí), preconizaban a todas voces y realizaban seminarios y cursillos en el Hospital Calderón Guardia, sobre el Sistema Nacional de Salud de Chile y luego otros sobre el de Gran Bretaña, como ejemplos por seguir. Fue así como se fue conformando un grupo de creyentes, en esa para él “religión” de la seguridad social de un país, en el cual aparte de nosotros, estaban, el Dr. Fernando Montalto Coronado, el Dr. Fernando Urbina Salazar, el Dr. Alfredo Lara Soto, Dr. Saeed Meckbel Achit, Dr. Jesús Israel Sarkís, Dr. Herman Weinstock W, y varios más.

Con los años y siendo ya no solo grandes figuras de la medicina y cirugía costarricense, se unieron en esa cruzada de Guido Miranda, los doctores: Longino Soto Pacheco, también diputado al Congreso; Manuel Aguilar Bonilla, expresidente de la República; Jose Luis Orlich, exministro de Salud, y el Lic. Rodrigo Fournier, exgerente y gerente de la CCSS, así como el eminente abogado Alfonso Carro Zuñiga. Y en los periodos de los presidentes José Figueres, Francisco Orlich, Daniel Oduber y Luis A. Monge, con su apoyo fue posible universalizar los servicios de la CCSS y crear un solo sistema hospitalario nacional.

Traté a Guido, mientras fue jefe de Clínica y de Servicio de Medicina Interna del Hospital Calderón Guardia (1961-1969); luego, cuando nos pasamos para el Hospital México, como Jefe de Departamento de Medicina (1969-70). En el tiempo cuando fue subgerente médico en 1970 y 1971, y presidente ejecutivo de la CCSS En 1982-1986, periodo cuando logró sacar a la institución de una grave crisis financiera, y además, lo fue de 1986-1990.

Me acuerdo de que, en el periodo 1982-1986, siendo yo ministro de Salud, a ambos nos tocó sobrellevar una huelga médica durante dos agotadores meses. Llegó un momento muy difícil y un día le dije estar deprimido por no encontrar una solución que dejara satisfechas a ambas partes, y no deseaba que ninguna saliera derrotada, pues no era bueno para nuestro sistema de salud. Él me contestó: “Juan, no me acuerdo en dónde leí, pero uno no está acabado cuando lo derrotan- está acabado cuando se rinde y eso no nos va a pasar.”. Después de finalizada la huelga me dijo: “No se te olvide, así como hemos hecho amigos, así también tenemos enemigos.”

Por la amistad, la ideología y los planes comunes que teníamos, iniciamos la integración de servicios de salud y médicos entre la CCSS y el Ministerio de Salud, paso indispensable para lograr un sistema nacional de salud, el primer formulario terapéutico nacional, la incorporación de los indigentes a la CCSS y muchos programas más. Se crearon las juntas de salud y seguridad social en todo el país, para incorporar a la población y responsabilizarla de los servicios de salud que se le brindaban. Para consolidar esto, el Dr. Miranda y el que escribe, en unión de nuestras esposas (Virginia y Mabel), durante nuestra gestión vistamos los 81 cantones, los sábados y domingos, comunicándonos con las autoridades municipalidades y los comités de desarrollo y salud existentes en ellos. Realizamos reuniones con cientos de personas donde hablábamos de las ventajas de la integración de servicios y de la importancia de la participación comunitaria, y de que los miembros de las juntas detectaran y ayudaran a corregir fallas. La experiencia humana de esto fue muy enriquecedora y por supuesto, la amistad se acrecentó, y a lo largo de casi 40 años nos mantuvimos en contacto y pasamos muchas horas de días y noches, conversando sobre estos temas y sobre cómo mejorar la salud y la seguridad social en el país, pues había aún muchos aspectos por consolidar.

El Dr. Miranda creó el CENDEISSS, centro de organización y estudios especializados en salud y medicina, el cual con justa razón, fue bautizado con su nombre. Durante la gestión del Dr. Miranda en la CCSS, se puede decir que se logró un seguro social muy avanzado para un país apenas en vías de desarrollo, algo reconocido en su tiempo por la Organización Panamericana de Salud y la Organización Mundial de la Salud.

Es importante aclarar que su brillante papel de ideólogo y en el manejo del Seguro Social del país, opacó en cierta forma e injustamente, su prestigio de buen médico internista y de maestro de generaciones de médicos como profesor de pregrado, grado y postgrado de la Escuela de Medicina de la Universidad de Costa Rica y en la UNED. Publicó varios libros sobre seguridad social, que se convirtieron en fuente de enseñanza de ese tema en el país. Por cierto, yo le había hecho una crítica, dado que durante su brillante carrera, aún en 1986, no había publicado ningún libro y solo quienes estábamos cerca de él, nos habíamos beneficiado de sus conocimientos y amplia experiencia. En su libro “La seguridad social y el desarrollo en Costa Rica”, Ed. EDNASSS. 1994. El Dr. Miranda anotó en el prefacio, hablando de las autoridades y personas con quienes había trabajado hombro a hombro en pro de la seguridad social y la salud del país: “Sin embargo, con el ministro Juan Jaramillo las cosas fueron muy particulares, porque nos ha unido una vieja y muy estrecha amistad, compartida por nuestras familias por la cercanía geográfica de nuestros hogares, que hizo que la relación oficial se fundiera al calor del diálogo de amigos. Y con el enorme dinamismo del Dr. Jaramillo, en su abundante producción científico-literaria, a menudo me pidió parecer y siempre me recriminó que, habiendo opinado constantemente en el campo de la salud y la Seguridad Social, no hubiera tenido preocupación de dejar constancia escrita y publicar la dicho”. Señalo esto no por vanidad, sino por el orgullo de su amistad y para que conste que lo acotado es lo vivido con el recordado amigo y maestro.

En 1998 y debido a que, con la Reforma al Sector Salud, los directores de hospitales tenían una gran responsabilidad administrativa y la mayoría no tenía experiencia en este campo, el Dr. Miranda me dijo que yo debería publicar un libro sobre “administración” para los médicos. Debido a esa sugerencia, en 1998 publiqué: Gerencia y Administración de Servicios Médicos y Hospitales. Editorial de la UCR, y en la dedicatoria anoté: “El Dr. Guido Miranda, es una figura descollante de la medicina interna costarricense. Durante años el Dr. Miranda, maestro por excelencia y catedrático universitario, creó a su vez una escuela de brillantes médicos internistas que hoy ocupan plazas de jefes en los diferentes hospitales nacionales. Espíritu tremendamente inquieto desde el punto de vista intelectual; renacentista como lo calificó muy acertadamente Don Alberto Cañas por su gran preparación; dedicó sus esfuerzos a lograr la universalización del Seguro Social”.

“Durante el largo periodo de años en que fungió como subgerente médico y posteriormente por ocho años Presidente Ejecutivo de la Caja Costarricense del Seguro Social, la institución logró su máximo esplendor y desarrollo”. “El Dr. Miranda a través de los años, no solo me ayudó a pensar como internista (pese a ser cirujano, algo muy difícil de lograr), sino que, conforme él se desligaba de los hospitales y de la atención individual del paciente y se dedicaba a la Medicina Social, así, imperceptiblemente para mí, aunque no lo creo para él, fue cambiando mi manera de pensar y me convenció de que era más importante que atender a un enfermo, comprender el por qué se producía la enfermedad y que, en lugar de solucionar un problema individual, debería dedicar mis esfuerzos a atender los aspectos sociales, políticos y económicos que creaban la enfermedad en nuestra población, y, a dedicar mi empeño a estas áreas. Él fue el principal responsable de que aceptara el puesto de Ministro de Salud en el periodo de don Luis Alberto Monge (gran amigo de los dos); a partir de ahí he dividido mi labor profesional y mis modestas capacidades entre el cirujano y el médico enamorado de los problemas de la Salud y de la Seguridad Social de Costa Rica y contribuir así a crear Un país de salud sin riquezas”.

Cuando fui a saludar con Mabel, a nuestra amiga, su querida esposa Virginia, en las últimas horas en Jardines del Recuerdo, me dijo cariñosamente. ¿Y ahora, Juan, qué vas a hacer, ya no vas a tener con quien pelear? Ella se refería a algunos de los desacuerdos sobre la seguridad social que tuvimos. Para que no se me considere un mal agradecido y se me critique por haber discrepado en algunos aspectos de mi maestro, voy a recordar el distanciamiento que hubo con el tiempo entre Platón y su alumno Aristóteles (por supuesto, guardando la enorme distancia con ellos). Este último, ante eso, dijo: “Conforme uno va adquiriendo sus ideas, en parte ayudado por las enseñanzas del maestro y en parte por la experiencia y por razonamiento propio, los alumnos tienden a pensar diferente en muchos aspectos y a diferir de lo que le han enseñado. Esto no es solo mío, sino una idea de todo el que ha sido alumno de alguien en algún momento”. Yo le agregaría que, eso me sucedió, sin que mermara la admiración y el afecto por el maestro. Sin embargo, conociendo a Guido, este debe haber dicho como Platón, cuando le contaron de las críticas de su alumno: “Este discípulo es como el potrillo que patea a su madre después de haber mamado toda su leche”.

Guido amaba a su esposa y a su familia, pero en segundas nupcias se casó con el Seguro Social del país, y, fue su caballero andante y defensor por muchos y difíciles años. La mayor enseñanza del Quijote es que en el mundo hay gente buena y capaz de arriesgar su prestigio y riqueza para mejorarlo.

Guido Miranda Gutiérrez era uno de ellos.

Dr. Juan Jaramillo Antillón Premio Nacional de Cultura Magón 2016 y Presidente Emérito de ACANAMED

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