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Acta Médica Costarricense

versión On-line ISSN 0001-6002versión impresa ISSN 0001-6012

Acta méd. costarric vol.53 no.4 San José dic. 2011

 

Carta al Editor

La solución de los problemas de la Caja Costarricense de Seguro Social es responsabilidad de todos

Sra. Editora:

En relación al comentario del Sr. Viceministro de Salud Mauricio Vargas Fuentes titulado “La defensa de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), una responsabilidad de todos”1, deseo manifestar que para nadie debería ser objeto de controversia cuestionar la existencia de una institución porque no funciona bien; en tal caso, tendríamos que cuestionar también la existencia de la Asamblea Legislativa, lo cual sería una locura. Los mejores sistemas de salud del mundo también son socializados y regulados por el Estado, aunque muchos servicios los proveen particulares. La ineficiencia de nuestra “institución enorme” que adolece de “desarticulación de los niveles” no se debe a la escasez de recursos, sino a su pésima administración, eso sí, en todos sus niveles. El Sr. viceministro concluye afirmando que la solución de los problemas institucionales es un “tema especializado que requiere de la conducción de especialistas (sic) para encontrar una solución”. ¿Nos puede explicar quiénes son dichos especialistas? ¿y dónde están ahora?. Porque muchos de los que hoy deciden en la CCSS no son especialistas, sino advenedizos que responden a intereses político-partidarios y a la fuerte presión de los sindicatos1 y de otros grupos que defienden sus propios intereses, no los de la población y los de los servicios de salud que merecemos. Un mal endémico no exclusivo de la CCSS ni del país.

Por fortuna, el título del comentario señala quiénes sí tienen en sus manos el poder para cambiar el modelo caduco e irresponsable con el que se maneja la institución: “responsabilidad de todos”; entonces, la única salida que tenemos “todos” para la situación descrita es una palabra: COMPETENCIA. Que todos compitamos en igualdad de condiciones. Que se compita con otros prestadores privados, que se compita por ganarse al cliente, por dar el mejor servicio al costo más razonable, el mejor ambiente físico, los equipos mejor mantenidos y el personal mejor motivado, que de verdad quiere trabajar; total, el precio lo pondría la CCSS, de la misma manera como lo pone Medicare en el tarifario nacional de los Estados Unidos. Un sistema que tiene que competir no se endeudaría de manera tan irresponsable ni podría pagar el número vergonzoso de incapacidades y de puestos burocráticos inventados que nos cuestan cifras alucinantes, que no se destinan a ninguno de los servicios de salud tan demandados por la población. El sistema bancario nacional tuvo que pasar por esa experiencia y la competencia que se le impuso resultó en superación y competitividad. Hoy el Colegio de Médicos y Cirujanos de Costa Rica, en cumplimiento de lo requerido por de la ley del Tratado de Libre Comercio, está estableciendo tarifarios nacionales para la práctica privada. ¿Porqué no utilizarlos, después de su debida discusión e implementación, como forma de pago para los profesionales de la CCSS en un sistema de libre competencia?. En él, los honorarios profesionales se pagan en proporción directa a la cantidad y complejidad del trabajo producido (las listas de espera desaparecerían como por arte de magia) y no en relación a la antigüedad en el cargo y a los privilegios que gozan solo algunos funcionarios. No habría ni que experimentar: todo eso ya existe hace muchos años en el Instituto Nacional de Seguros y funciona bastante bien.

Es cierto que existe mayor demanda de gastroscopías, ecografías y electrocardiogramas, pero también es cierto que se botan a la basura, literalmente, cientos o miles de radiografías, ecografías, electrocardiogramas y resultados de laboratorio por duplicación o triplicación de solicitudes, por sistemas de almacenamiento de información medievales y por desinterés y derroche, tanto de funcionarios como de usuarios. Finalmente, el incremento de los índices de enfermedades crónicas como la diabetes y las cardiopatías no es culpa de la CCSS: es culpa de la cultura consumista global que produce cada vez más gente obesa y estresada en el mundo y que desestimula valores como el profesionalismo y el esfuerzo productivo. Es por esa misma razón que también está creciendo a todo galope la delincuencia, la deserción escolar, el consumo y comercio de drogas y la corrupción política.


Referencia
1. Vargas M. La defensa de la Caja Costarricense de Seguro Social, una responsabilidad de todos. Acta méd costarric 2011; 53: 116-177         [ Links ]

Oswaldo Gutiérrez Sotelo

Médico asistente especialista

Servicio de Cardiología

Hospital Rafael A. Calderón Guardia, CCSS.

Correo electrónico: oswcr@hotmail.com

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