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Acta Médica Costarricense

On-line version ISSN 0001-6002Print version ISSN 0001-6012

Acta méd. costarric vol.50  suppl.3 San José Nov. 2008

 

Vacunación contra hepatitis B

Vaccination against HBV

Allan Quesada-Olivares*+


Resumen: La prevención de la infección por virus B se basa en medidas generales como tamizaje de hemoderivados, prácticas sexuales seguras y uso de jeringas desechables. La inmunización activa es la estrategia más importante para evitar la infección y sus complicaciones. La inmunización pasiva es útil para prevenir la infección en situaciones especiales.

Descriptores: hepatitis B, inmunización

Abstract: The prevention of the infection by virus B is based on general measures such as screening of hemoderivatives, safe sex practices and use of disponsable syringes. Active immunization is the most important strategy to avoid the infection and its complications. Passive immunization is used to prevent the infection in special situations.

Key words: hepatitis B, immunization.


La prevención de la infección por Virus B (HBV) debe darse con base en tres estrategias:

Medidas generales

Las precauciones generales como el uso de jeringas desechables y métodos anticonceptivos de barrera tienen un rol preventivo importante. El cambio a prácticas sexuales seguras desde la aparición de la infección por VIH ha contribuido a una declinación de la incidencia de infección por HBV. También, el tamizaje rutinario de sangre y sus derivados (por HBsAg y Anti HBc) en los bancos de sangre ha reducido, grandemente, el riesgo de Hepatitis B post transfusional.

Inmunización activa

Esta es una estrategia importante para reducir el riesgo de infección crónica por el HBV y sus complicaciones posteriores por medio del uso de vacunas. El virus de hepatitis B tiene varios componentes antigénicos. El antígeno que se ha utilizado, en la producción de vacunas, desde 1981, es el HBsAg. Inicialmente, se dispuso de vacunas derivadas del plasma, con una alta efectividad (85-95% de individuos sanos vacunados desarrollaron anticuerpos contra el virus de HBV), pero el temor a la transmisión de otros agentes infecciosos llevó al desarrollo de vacunas recombinantes a partir de 1986. Estas últimas se obtienen insertando un plásmido que contiene el gen de HBsAg en células de levadura (Saccharomycis cerevisiae). El producto final, luego de purificación, contiene más de 95% de proteína HBsAg y menos de 5% de proteína derivada de levadura; no se detecta DNA de levadura en la vacuna.

Aunque se conocen 4 subtipos de HBsAg, las vacunas protegen contra las cepas de virus de hepatitis por determinantes no relacionados con el subtipo.

La vacuna contra hepatitis B es segura y el temor a producir enfermedades relacionadas con su utilización, como enfermedades desmielinizantes, no ha sido apoyado por datos científicos. Incluso, puede utilizarse en mujeres embarazadas que se encuentren en grupos de riesgo para infección por virus B.

En 1991, la ACIP (Advisory Comittee on Inmunizations Practices) del Center for Disease Control, en Estados Unidos, recomendó una estrategia masiva para eliminar la transmisión de HBV, incluyendo la vacunación universal de recién nacidos. En 1995 se incluyó la vacunación universal de adolescentes, y en 1999 se extendió la vacunación a todas las personas, desde recién nacidos hasta los 18 años de edad, lográndose una reducción significativa de la incidencia anual de infección por virus de hepatitis B en Estados Unidos.

Con base en la experiencia de Estados Unidos, la Organización Mundial de la Salud ha recomendado, que todos los países provean programas de inmunización universal a niños y adolescentes.

Hay grupos poblacionales de riesgo para los que la vacunación contra hepatitis B estaría indicada de acuerdo con la ACIP, todos los niños, todas la personas menores de 18 años, personas con riesgo ocupacional, incluyendo trabajadores de salud o trabajadores públicos que tengan contacto con sangre, personal y clientes de instituciones para discapacitados, pacientes con hemodiálisis; pacientes que reciben ciertos productos sanguíneos, como factores de coagulación, contactos intradomiciliarios y compañeros sexuales de portadores de HBV; adoptados de países donde la infección por HBV es endémica; viajeros internacionales que pasarán > 6 meses en áreas con alta tasa de infección por virus B y que tendrán contacto estrecho con la población, viajeros internacionales en viajes de corta duración a países con alta endemicidad de virus B que puedan tener contacto con sangre o mantener relaciones sexuales; personas con más de un compañero sexual en 6 meses, hombres que tienen sexo con hombres, drogadictos intravenosos, privados de libertad con largas condenas. El régimen estándar de vacunación es la aplicación de tres dosis administradas en forma intramuscular profundo en el deltoides (en adultos) o en el muslo (en niños).

En adultos, la dosis es de 1 ml (20 µgr), que se repite al mes y a los 6 meses, y en niños y adolescentes la dosis es de 0,5 ml (10 µ gr). En pacientes con hemodiálisis o inmunosuprimidos el esquema se mantiene pero se duplica la dosis de vacuna a 2 ml (40 µgr) por dosis. La protección contra el HBV, definida como título de Anti HBs (anticuerpo contra antígeno de superficie de virus B) ≥ 10 mIU/ml se incrementa con el número de dosis recibidas, alcanzando 16-40% con la 1º dosis, 80-90 % con la 2º dosis y 98-100% luego de la 3º dosis en niños, y entre adultos, el título reportado ha sido de 20-30% luego de la 1º dosis, 75-80% luego de la 2º dosis y 90-95% luego de la 3º dosis.

Hay factores que pueden incidir en una menor respuesta a la vacuna como son: personas mayores de 40 años, obesidad, género masculino e inmunodeficiencias.

La protección que se establece con el uso de la vacuna es duradera y estudios de seguimiento han demostrado, una protección sostenida hasta por 15 años, por lo que no se recomienda el uso de refuerzos, incluso si los niveles de anti HBs son indetectables.

El mantenimiento de niveles de anti HBs ≥ 10 mIU/ml no es esencial para protección ya que existe memoria inmunológica en los linfocitos B circulantes y linfocitos T, los que ante una nueva exposición a epítopes de HBsAg mostrarán proliferación celular, diferenciación y producción de anti HBs y citoquinas.

Inmunización pasiva

La inmunoglobulina inmune contra HBV se usa para prevenir infección en personas sin inmunidad demostrada en ciertas situaciones: hijos de madres HBsAg y HBeAg positivas deben recibir 0,5 ml de inmunoglobulina inmune en las primeras 12 hrs luego del parto en combinación con la vacunación, exposición a un pinchazo con una aguja infectada o contacto sexual; se recomienda dosis de 0,040,07 ml/kg, lo antes posible y no más de 7 días luego de la exposición, junto con un esquema de vacunación; pacientes portadores de virus B que reciben un trasplante hepático.


Lecturas recomendadas

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*Gastroenterólogo. Hospital de San Carlos

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