Introducción
La literatura reciente (Durand, 2010; Paerregaard, 2013; Takenaka, Paerregaard, y Berg, 2010) coincide en identificar a la emigración peruana con dos dimensiones fundamentales: el carácter pluriclasista del flujo migratorio y la multiplicidad de destinos; esta diversidad en la composición de clase del flujo migratorio también se observó en la Ciudad de Córdoba (Bologna y Falcón, 2016; Falcon y Bologna, 2013; Gómez y Sánchez Soria, 2016 y 2017).
Durand (2010), señala que fue durante los años 80 del siglo XX, y especialmente en la década de 1990, que Perú comenzó el proceso de volverse un país con altas tasas de emigración; se trata de un período en que la población peruana en Estados Unidos, Japón y España triplicó su cantidad en menos de 10 años. Para Durand (2010), los sucesivos gobiernos desde 1980 (Fernando Belaunde, Alan García, Alberto Fujimori y Alejandro Toledo) estuvieron caracterizados por crisis económicas y políticas que provocaron altas tasas de emigración. Esta tendencia es contemporánea a la reversión de los procesos migratorios en América Latina, que pasó de ser región receptora de población proveniente de Europa durante la segunda parte del siglo XIX y la primera del XX a expulsar población, principalmente hacia España y Estados Unidos desde la década de 1970 (Pellegrino, 2003).
Las estimaciones realizadas para el año 2012 sugieren que la migración peruana representa aproximadamente el 10 % de la población total del país, quienes, según Sánchez Aguilar (2012), se distribuyen tanto en destinos del Norte Global como Estados Unidos, España, Italia, Japón; como del Sur Global, con Argentina, Chile y Venezuela. En el cono sur de América Latina, Argentina representa un polo de atracción para los migrantes de países limítrofes (Bolivia y Paraguay fundamentalmente) y también para peruanos, donde los desequilibrios estructurales entre los países son aspectos fundamentales, pero también la consolidación de redes migratorias (Bologna, 2010) que otorgan una relativa autonomía respecto de los indicadores macroeconómicos, políticos y sociales entre los países.
A escala subnacional, la mayor concentración de peruanos se encuentra en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y las provincias de Buenos Aires, Córdoba y Mendoza. Para el año 2001 se censaron casi 89 mil personas nacidas en Perú residentes en Argentina y para el año 2010 aproximadamente 158000 (Instituto Nacional de Estadística y Censos ENT#091;INDECENT#093;, 2010a y 2018). La población cuyo país de nacimiento reportado fue Perú y que residen en la Ciudad de Córdoba pasó de 6178 en 2001 a 11476 en 2010, concentrando alrededor de casi el 8 % del total de la población peruana en Argentina con un crecimiento anual promedio de 6.9 %, frente al 0.6 % de la población nativa residente en la ciudad (INDEC, 2010a y 2018).
En ese contexto el objetivo de este artículo es analizar la inserción laboral de los migrantes peruanos en la ciudad de Córdoba en el periodo 2001-2010. Estos cambios suceden en un contexto en el que simultáneamente: 1) se modifica la estructura de la demanda laboral en el lugar de destino de los migrantes, 2) se consolida el proceso migratorio peruano que tiene trayectoria histórica hacia la ciudad, y 3) se implementan políticas públicas dirigidas a la población migrante, en particular, una nueva legislación migratoria que simplificó y facilitó la regularización de los extranjeros residentes.
El foco del análisis que sigue está puesto en la diferenciación de los sectores laborales en los que se incorporan los migrantes, bajo la hipótesis de que la diversificación de los espacios laborales que aparecen como opción es un indicador de mejora en el proceso de inserción social. Esto se sostiene en que la vulnerabilidad laboral de los migrantes tiene origen en la alta especificidad de su inserción, con escasas posibilidades de cambiar de rama de actividad, y que esta vulnerabilidad se reduce sí disponen de más variedad de ocupaciones que pueden desempeñar.
Si la actividad económica es uno de los ejes fundamentales de incorporación en la sociedad de destino, una mayor diversificación de la estructura ocupacional de los migrantes y/o una convergencia con la estructura ocupacional de la sociedad de destino implicaría una fusión a la estructura de clases. En este trabajo se propone, como hipótesis inicial de trabajo, que existe un proceso de convergencia ocupacional entre la población de origen peruano y la población nativa, lo cual fue verificado para otros contextos y grupos migratorios (Alba, 1998; Alba y Nee, 1997 y 2003; Farley y Alba, 2002). Aquí aportamos a la discusión analizando lo que ocurre específicamente a escala subnacional en Argentina y con flujos migratorios sur-sur.
La incorporación laboral de los migrantes
Desde la segunda mitad del siglo XX se desarrollaron diferentes modelos explicativos para dar cuenta de la incorporación laboral de los migrantes a los lugares de destino. La teoría neoclásica de la migración (Ranis y Fei, 1961; Todaro, 1969) sostiene que esta se origina en desequilibrios en la distribución del trabajo y el capital, y que se motiva en la voluntad de los migrantes por mejorar su condición.
Por el contrario, la teoría de los mercados segmentados identifica en las sociedades receptoras la existencia de espacios preferenciales para la inserción laboral de los migrantes. Desde este enfoque, el mercado de trabajo no es homogéneo y los espacios laborales son poco permeables, con lo que hay escasa movilidad entre sectores que tienen diferentes características; esta descripción fue la que se ajustó al análisis de los peruanos y bolivianos en la ciudad de Córdoba (Bologna y Falcón, 2016).
Mientras que el sector primario provee salarios altos, seguridad en el empleo y posibilidad de hacer carrera laboral, el sector secundario se caracteriza por bajos salarios, alta rotación y escasas chances de crecimiento (Reich, Gordon y Edwards, 1973; Samers, 2010). Los primeros son empleos estables, con buenas condiciones de trabajo y prestigiosos; los segundos son empleos sin atractivo.
Según Piore (1980), la ocupación de poblaciones vulnerables en el segmento bajo del mercado de trabajo sirve para absorber fluctuaciones cíclicas y estacionales y así contribuyen a dar estabilidad a la fuerza laboral no migrante en el sector primario. Los trabajadores se sitúan en estos segmentos según su capital humano (educación, capacidades), pero también según su origen étnico, género y su lugar de origen, y una vez que los trabajadores se ubican en uno u otro segmento, tienden a permanecer en él (Peck, 1996).
La teoría de los mercados de trabajo segmentados se ha aplicado en el contexto de las migraciones laborales con argumentos que gravitan en torno a la consideración de los migrantes como un reservorio de trabajadores disponibles para el sector secundario. Las preguntas son si en realidad los trabajadores migrantes, junto a otros sectores vulnerables de la población nativa, están efectivamente concentrados en el sector secundario y, de ser así, cómo comparten nativos y extranjeros esos puestos. Piore (1980) caracteriza los trabajos de los migrantes no necesariamente por los bajos salarios, sino por su naturaleza subalterna que, por ejemplo, implica relaciones muy cercanas entre supervisores y trabajadores.
El uso de la teoría del mercado de trabajo segmentado para explicar la situación laboral de migrantes (Lusis y Bauder, 2009), toma en cuenta que su incorporación al sector tradicional sucede a menudo por la falta de regularización de la condición migratoria, que limita las posibilidades solo a cierto tipo de empleo y los vuelve vulnerables y explotables (Bauder, 2008). Pero la ubicación de los migrantes en estos sectores también obedece a la existencia de redes horizontales -de ayuda mutua-, que facilitan contactos para conseguir empleo, dentro de un círculo con opciones restringidas; y también por redes verticales -de contratación-, que buscan trabajadores en los países de origen para satisfacer necesidades en ramas laborales específicas.
Estas formas de organización, por medio de redes entre pares y con contratistas, pueden perpetuarse y dar lugar a la instauración de demanda selectiva de trabajadores de determinados países para determinadas ocupaciones. No obstante, estos procesos suceden en dimensión temporal, porque las economías de destino tienen fluctuaciones cíclicas y cambios de largo plazo, al ritmo de los cuales la estructura de la demanda de trabajadores varía.
Por su parte, los flujos migratorios tampoco son estáticos en su constitución, sino que gradualmente más migrantes suelen incorporarse y las redes que facilitan su movilidad tienden a hacerse más densas a medida que las corrientes maduran (Massey, Alarcón, Durand y González, 1987; Fussell y Massey, 2004).
La referencia teórica de los cambios en la inserción de los migrantes en las sociedades de destino es el concepto de asimilación; la teoría clásica de la asimilación lineal (Park y Burgess, 1925) sugiere que con el tiempo va disminuyendo el grado de segregración, tanto laboral como residencial, y que la población extranjera tiende a converger con la local. Por el contrario, la teoría de la asimilación segmentada (Portes y Rumbaut, 2001; Portes y Zhou, 1993) indica que las segundas generaciones de migrantes pueden experimentar movilidad ascendente por medio de su incorporación a las clases medias de la sociedad receptora, pero también volverse parte de los sectores más bajos de la población, desarrollando actividades mal pagas y sin posibilidad de ascenso profesional.
Aun cuando estas teorías fueron desarrolladas para describir el comportamiento de hijos y nietos de migrantes luego de las grandes oleadas migratorias hacia Estados Unidos; para el caso de estudio, por tratarse de flujos continuos en el tiempo, es válido interrogar por el modo en que la incorporación cambia con la historia de la corriente.
Como se indicó inicialmente, la hipótesis es que hay un proceso de convergencia ocupacional entre la población nativa y la población peruana. Esta hipótesis es trabajada a escala subnacional, específicamente en la Ciudad de Córdoba.
Datos y metodología
Para analizar los cambios y las continuidades en la inserción laboral de los migrantes peruanos en la Ciudad de Córdoba se utilizaron datos censales de la República Argentina, correspondientes a los años 2001 y 2010 del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), Argentina. Los Censos Nacionales de Población, Hogares y Viviendas de 2001 y 2010 fueron censos de hecho, modalidad histórica de relevamiento censal en Argentina; es decir, se censó a las personas en el hogar en que pasaron la noche de referencia.
Una diferencia entre ambos es que el censo 2001 relevó a la totalidad de los hogares y personas con el mismo instrumento, mientras que el censo 2010 se realizó parcialmente por muestreo, disponiéndose de un formulario básico y uno ampliado (el ampliado se aplicó a la totalidad de viviendas en localidades de menos de 50.000 habitantes y en las que superaban ese límite se aplicó una muestra probabilística al 10 % de las viviendas). Esto tiene consecuencias para el análisis que aquí interesa, ya que la información sobre actividad laboral solo está disponible en el cuestionario ampliado y los datos se presentan expandidos en el caso del análisis descriptivo de las tablas.
Para analizar la inserción laboral de los migrantes peruanos en la ciudad de Córdoba Capital en la primera fase se analiza el modo en que se distribuye la fuerza de trabajo de la población nativa y la de origen peruano, en búsqueda de identificar patrones de concentración. Se usan tres medidas: la distribución en las tres categorías ocupacionales más frecuentes, la razón de variación y el índice de primacía. La primera consiste solo en comparar las categorías de actividad económica y su concentración entre los dos grupos (nativos y peruanos), en las dos fechas censales (2001 y 2010).
La razón de variación se define como:
En la que k es el número de categorías y 𝑓 𝑀𝑜 ´ es la frecuencia relativa de la categoría modal. Es un coeficiente que varía entre 0, para la mínima dispersión y 1 para la máxima1.
El índice de primacía es el cociente entre la frecuencia absoluta de la categoría modal y la suma de las frecuencias de las cuatro categorías más frecuentes.
En la segunda fase se utilizó la técnica de análisis multivariado de correspondencias múltiples (ACM) aplicada a las dos rondas censales de Argentina (2001-2010), tanto para personas nacidas en Perú como para personas cuyo país de nacimiento fue Argentina; se optó por esta técnica como una estrategia metodológica que permita visualizar las diferencias en la inserción laboral de peruanos y argentinos. El objetivo principal de este procedimiento es analizar datos categóricos que son transformados en tablas y presentar los resultados de manera gráfica. Los métodos de Análisis de Correspondencias Simples (ACS) y Múltiples (ACM) son técnicas que permiten simplificar datos complejos. El ACM se usa para el análisis de variables categóricas donde hay más de dos variables, mientras que en el ACS se analiza solo una tabla bivariada.
El ACM es parte de un grupo de técnicas descriptivas (como el análisis de clúster, análisis factorial o el análisis de componentes principales) que revela patrones y estructuras subyacentes en un conjunto de datos. El ACM puede sugerir dimensiones analíticas representadas en ejes que concentren la mayor cantidad de información posible. Así, en vez de inspeccionar múltiples tablas de manera secuencial se detectó patrones y asociaciones que permiten una interpretación visual del mapa de correspondencias.
Originalmente desarrollado por Benzecry en los años 60 del siglo veinte (Armatte, 2008; Batista y Sureda, 1987; Beh y Lombardo, 2012), el ACM es considerado análogo al Análisis de Componentes Principales (ACP), pero aplicado a tablas de continencias. El ACM provee de información similar a la producida por el ACP o el análisis factorial y es posible analizar la estructura de las variables categóricas involucradas. Una característica del ACM es que el tratamiento multivariado de datos nominales no presupone relaciones previas ni establece variables dependientes o independientes como sí sucede en los análisis de regresión.
El ACM, describe los patrones de relaciones entre variables utilizando métodos geométricos para localizar cada variable/unidad de análisis en un espacio euclidiano. En esa dirección el ACM es útil para graficar tanto las variables como los individuos, construyendo mapas visuales cuya estructura puede ser interpretada. Los resultados son leídos sobre la base de la posición relativa de los puntos y la distribución en las dimensiones: mientras más similares son las categorías, menor es la distancia en el espacio euclidiano. Aunque es ampliamente utilizada como una técnica exploratoria, puede ser particularmente útil para detectar relaciones entre grupos de categorías de variables (Costa, Santos, Cunha, Cotter, y Sousa, 2013). Para este estudio se agregó también una de sus potencialidades está en la visualización de las correlaciones entre las categorías de las variables. En este contexto, resulta de particular utilidad cuando se trabaja con datos censales.
La técnica se aplicó con el software R (R Core Team, 2018) y el paquete FactoMineR2 (Le, Josse y Husson, 2008). Para la visualización de los resultados se utilizaron los paquetes: factoextra (Kassambara y Mundt, 2017), ggplot2 (Wickham, 2009) y ggthemes (Arnold, 2018).
Debido a que no hay correspondencia exacta entre las categorías ocupacionales presentadas en uno y otro censo, se debieron construir categorías comparables. Para los argentinos considerados en la ronda censal del 2001 se tomó una muestra del 2% del total de la población, 19.783 casos (11.674 hombres y 8.109 mujeres), con edades superiores a los 14 años3. Las variables incluidas en la ronda censal del 2001 son:
Escolarización: sin escolarización, primaria, secundaria, superior.
Sexo: hombre, mujer
Ocupación: 1) Agricultura, Pesca, Minas; 2) Industria Manufacturera; 3) Electricidad, Gas, Agua; 4) Construcción; 5) Comercio mayor y menor, Hotelería, Restaurant; 6) Servicio de Transporte, Almacenamiento; 7) Actividad Financiera, Servicio Inmobiliario; 8) Administración Pública, Defensa y Seguridad Social; 9) Enseñanza; 10) Servicios Sociales y Salud; 11) Servicios Comunitarios y Sociales; 12) Trabajo Doméstico.
La población peruana con actividad laboral declarada y edad superior a los 14 años fue 3.937 (1.634 hombres y 2.303 mujeres). Para este grupo de extranjeros se agregó una variable proxy de la temporalidad del movimiento migratorio:
Temporalidad de la Movilidad: Antiguo, Reciente.
Se definen como antiguos aquellos migrantes que declararon que 5 años antes de la fecha censal se encontraban en la misma localidad (Córdoba Capital). Los recientes son aquellos que declararon que 5 años antes del censo se encontraban en un lugar diferente a Córdoba. Esta categoría censal incluye las personas que 5 años antes se encontraban en Perú o en otra provincia de Argentina o en la misma provincia, pero en otra localidad. No obstante, estas alternativas posibles son infrecuentes; para el año 2001 del total de la población peruana clasificada como reciente, el 93% vivía en Perú, 3.4% en otra provincia, y 1.8% en otra localidad u paraje de la misma provincia. Por ello, en movilidad reciente se refiere a personas que se encontraban mayoritariamente en Perú.
En el censo 2010 se aplicó una muestra y allí se suministró el cuestionario ampliado que es el que trabajamos. Por su parte, para la población argentina considerada en la ronda censal del 2010 se tomó una muestra del 10 % del total de los datos del censo disponibles, n=8140 ( hombres 4.559 y 3.581 mujeres), rango etario: mayores de 14 años (al igual que en el censo 2001, la mayor proporción de hombres en la muestra utilizada se explica por los casos de mujeres que no reportaron ocupación y no fueron consideradas para el análisis, en la muestra original el porcentaje de mujeres es mayor). Las variables incluidas en la ronda censal del 2010 fueron:
Escolarización: Primario, Secundario, Superior.
Sexo: Hombre o Mujer
Ocupación: codificada en las siguientes categorías: 1) Agricultura, Minas, Caza; 2) Industria Manufacturera; 3) Electricidad, Agua y Saneamiento; 4) Construcción; 5) Comercio; 6) Transporte, Alojamiento; 7) Información y Comunicación; 8) Actividades Financieras e Inmobiliaria; 9) Actividades Profesionales, Científicas y Administrativas; 10) Administración Pública y Defensa, Planes de Seguro; 11) Enseñanza; 12) Salud, Artes, Servicios; 13) Trabajo Doméstico
La población peruana seleccionada, después de eliminar los casos con datos faltantes, e incorporar solo las personas en edades laborales (rango etario mayor de 14 años) fue: n=1.012 (493 hombres y 519 mujeres). Para el caso de peruanos se agregó una variable sobre la temporalidad del movimiento migratorio:
Temporalidad de la Movilidad: Antes de 1991, entre 1991-2001 y entre 2001-2010.
En ambos censos se colapsaron categorías poco frecuentes de ocupación a fin de facilitar la interpretación del ACM.
Resultados
En la tabla 1 se presenta la distribución por sexo de la ocupación de la población argentina y peruana para el año 2001.
Argentina | - | - | - |
- | Hombres | - | Mujeres |
Comercio | 22% | Comercio | 18% |
Industria | 15% | Trabajo doméstico | 16% |
Construcción | 12% | Enseñanza | 16% |
Total tres primeras | 50% | Total tres primeras | 49% |
Perú | - | - | - |
- | Hombres | - | Mujeres |
Construcción | 39% | Trabajo doméstico | 81% |
Comercio | 13% | Servicios sociales/Salud | 4% |
Industria | 11% | Servicios Inmb/empres. | 4% |
Total tres primeras | 63% | Total tres primeras | 85% |
Fuente: Elaboración propia con base en datos de INDEC (2001-2010)
Las tres principales ocupaciones de los hombres nativos son: en primer lugar, el comercio por mayor y menor; en segundo lugar, la industria manufacturera y; en tercer lugar, la construcción. En el caso de las mujeres la principal actividad está en el comercio; en segundo lugar, el trabajo doméstico y; en tercer lugar, la enseñanza.
Para el caso de los peruanos, las tres primeras actividades concentran proporciones mayores. Es decir, se observa una mayor especificidad laboral, un espectro de alternativas ocupacionales más reducido y esta concentración en las actividades se acentúa más entre las mujeres peruanas.
Con la población de origen peruano, se observa una inserción segmentada en la estructura ocupacional con diferenciales de género marcados. La principal ocupación de los hombres es la construcción, seguida en importancia por el comercio; y para las mujeres, el trabajo doméstico ocupa el primer lugar. Estos datos suceden en el marco de los cambios sufridos por la estructura productiva de Argentina en la década del noventa.
Como señalan Katz y Stumpo (2001), en los años 80 y 90 en Argentina, la industria tiene una gran mutación estructural del aparato productivo: retracción de los instrumentos que habían estado presentes en el periodo de industrialización de importaciones. Según Abeles y Amar (2017), estos cambios tuvieron un fuerte impacto en la industria manufacturera que no solo bajó su participación entre los setenta y comienzo de la década del 2000, sino que mutó y las actividades fundamentales fueron aquellas cuya característica es el uso intensivo de materias primas y bienes de capital (y no las que requieren mano de obra calificada). Si bien los datos censales implican un corte transversal de ese proceso, se aprecia que tiene relevancia para analizar la inserción segmentada de los peruanos y los diferenciales por género.
En el año 2010 se observa un profundo cambio en la inserción laboral tanto de los argentinos como de los peruanos; esto puede observarse en la tabla 2.
Argentina | - | - | - |
- | varones | - | mujeres |
Industria | 22 | Comercio | 20 |
Comercio | 19 | Enseñanza | 14 |
Transporte y almacenamiento | 9 | Industria | 12 |
Total tres primeras | 50 | Total tres primeras | 46 |
Perú | - | - | - |
- | varones | - | mujeres |
Industria | 44 | Servicio doméstico | 51 |
Construcción | 13 | Industria | 13 |
Servicio doméstico | 9 | Comercio | 10 |
Total tres primeras | 66 | Total tres primeras | 74 |
Fuente: Elaboración propia con base en datos de INDEC (2001-2010)
La principal ocupación de los varones argentinos es, en el 2010, la industria manufacturera, seguida en importancia del comercio, y en tercer lugar, el transporte y almacenamiento. Para las mujeres, se mantiene el comercio como principal actividad, seguida en importancia de la enseñanza y, luego, actividades en la industria .
Pero es en la inserción ocupacional de los peruanos donde se observa el mayor cambio. Para el caso de los hombres, la principal actividad la constituye, como para los argentinos, la industria manufacturera y, en segundo lugar, la construcción. Hay un desplazamiento de la construcción como principal nicho ocupacional en 2001 hacia la industria en 2010. En el caso de las mujeres, el trabajo doméstico sigue siendo la actividad más frecuente, pero lo es en menor grado que en 2001, con diversificación hacia otras actividades. Además, aumenta el porcentaje de mujeres empleadas en la industria y el rubro comercio.
Para expresar de manera sintética y fácilmente comparable el grado de concentración o de dispersión de los trabajadores en el conjunto de categorías ocupacionales, se calculan los indicadores descriptos previamente.
- | 2001 | - | 2010 | - |
- | RV | IP | RV | IP |
Varones peruanos | 0,65 | 0,55 | 0,58 | 0,60 |
Mujeres peruanas | 0,20 | 0,87 | 0,51 | 0,65 |
Total peruanos | 0,55 | 0,62 | 0,72 | 0,42 |
Varones argentinos | 0,82 | 0,37 | 0,82 | 0,38 |
Mujeres argentinas | 0,87 | 0,30 | 0,84 | 0,35 |
Total Argentinos | 0,84 | 0,42 | 0,85 | 0,37 |
Fuente: Elaboración propia con base en datos de INDEC (2001-2010)
La dispersión en el conjunto de ocupaciones es sustancialmente mayor entre argentinos que entre peruanos. Los argentinos tienen, en todos los casos, valores de RV superiores a 0.80 (se recuerda que 1 en el límite superior de este indicador). La mínima variabilidad en las ocupaciones se verifica para mujeres peruanas en 2001, que sigue siendo el grupo más concentrado en 2010, pero con un aumento en la dispersión de las ocupaciones que desempeña. Este es también el grupo que más intensamente incrementó el conjunto de espacios laborales que ocupa.
El Índice de Primacía muestra los mismos cambios, una de cuyas características es que las mujeres peruanas se aproximan entre 2001 y 2010 a los niveles de dispersión ocupacional de sus compatriotas varones.
Estos resultados no son consistentes con las hipótesis que apoyan la gradual diversificación del espectro de las ocupaciones que ocupan los migrantes. Según esas hipótesis, los migrantes se incorporarían al trabajo en espacios ocupacionales específicos en los primeros tiempos del flujo migratorio y ampliarían el conjunto de ocupaciones posibles gradualmente. Sin embargo, esto no es lo que observamos, la fuerza laboral de origen peruano no acusa una desconcentración en la totalidad de las ramas más frecuentes. Por el contrario, la estructura ocupacional de los varones nacidos en Perú se concentra levemente, la reducción (pequeña) en la RV da cuenta de ello. El principal rasgo es el cambio en la importancia relativa de la industria, que pasa del tercer puesto al primero en el lapso de la década.
Para las mujeres nacidas en Perú, el movimiento hacia el sector industrial también se aprecia; en 2010 la industria aparece como segunda categoría ocupacional luego del trabajo doméstico, que reduce su preponderancia. El más destacable cambio en este grupo es la desconcentración de la categoría más frecuente, es decir, un proceso que va en dirección a diversificar el espectro de ocupaciones, como lo señala, de manera sintética, el marcado aumento en la RV.
Los migrantes participan del proceso que se da en el período intercensal que consiste en una mayor ocupación de la fuerza de trabajo en actividades industriales; y lo hacen con más intensidad que los nativos. Esto se da en el marco de una revitalización del proceso de industrialización en la Argentina y es precisamente en esa categoría ocupacional donde se observan el mayor crecimiento como ocupación de los peruanos. Los resultados obtenidos sobre el modo en que se distribuye la fuerza de trabajo de la población nativa y peruana en el conjunto de todas las ocupaciones para los dos momentos censales, se observan en las tablas 1. A y 2.A del anexo.
Veamos qué nos muestra el análisis multivariado de correspondencias multiples al proceso descripto anteriormente. En la figura 1 se presentan los resultados para los argentinos, hombres y mujeres y en la figura 5 la correlación entre las variables y las principales dimensiones del análisis de correspondencias múltiples. La variables sexo y escolarización más relacionadas con la dimensión 1 y la variable ocupación con la dimensión 2.
Como puede observarse, el eje 1, que nombramos como el clivaje de género, distingue claramente las ocupaciones realizadas por los hombres y las mujeres. Así, las mujeres se asocian más a trabajos de salud, sociales, de enseñanza, finanzas y administración y estas tareas con un nivel educativo superior. Por el contrario, los hombres se asocian más a ocupaciones como la industria, la construcción o la agricultura, con niveles educativos más bajos (nivel secundario, sin escolarización o primario). El gráfico 1 está considerado como el patrón ocupacional de la población nativa para el año 2001.
Veamos lo que ocurre con los peruanos para ese año, cuando además incorporamos una variable proxy de la temporalidad del movimiento migratorio (figura 2). En la figura 6 se presentan las correlaciones entre las variables y las dimensiones del ACM. Las variable sexo, ocupación y movilidad más correlacionada con la dimensión 1 y la variable escolarización con la dimensión 2.
Como puede observarse, también se distingue claramente una intersección entre el género y la ocupación, siendo el género un clivaje que distingue el tipo de inserción ocupacional. Las mujeres, vinculadas a trabajos domésticos, sin escolarización o educación primaria fundamentalmente y de migración reciente. Los hombres, por el contrario, vinculados a un mayor nivel educativo, a trabajos de construcción, industria, y también se trata de una migración más antigua (siendo los más antiguos por su parte los vínculados a niveles educativos superiores).
Esto se debe a que la migración peruana a la ciudad de Córdoba distingue dos macrocohortes, una hasta la década del 70 del siglo 20 vinculada a hombres que venían a estudiar a la Universidad, con una motivación de capacitación y otra, principalmente en la década del 90 del siglo 20, con menores niveles de escolarización, en pleno proceso de feminización del flujo migratorio y cuya motivación fundamental fue la busqueda de horizontes laborales (Falcón y Bologna, 2013; Gómez y Sánchez Soria, 2016 y 2017). Este proceso autoselectivo de peruanos que salieron a capacitarse en la década del 70 del siglo 20 fue coherente con lo ocurrido también con migrantes hacia España (Takenaka et al., 2010), en tanto que la fuerte migración laboral de los años 90 y la feminización del flujo se caracterizó por mujeres que se insertaron en el empleo doméstico (Takenaka et al., 2010).
En el caso de Córdoba, una de las posibles hipótesis sobre la migración de mujeres señala que el trabajo doméstico fue relevante como proyecto migratorio de reunificación familiar (Magliano, Perissinotti y Zenklusen, 2013). Por su parte, la categoría trabajo doméstico recoge una pluralidad estadística diversa: empleadas domésticas, pero también cuidadoras de niñas, niños y personas adultas mayores, donde la informalidad es un rasgo importante y en algunas ocasiones con altos niveles de escolarización como terciario o universitario (Magliano, 2017).
Cuando consideramos la contribución de cada variable a la formación de los ejes, se confirma lo presentado previamente en las tablas descriptivas: la fuerte asociación entre las mujeres y el trabajo doméstico y para los hombres el trabajo en la construcción. Por otra parte, el nivel educativo superior se asocia a los migrantes más antiguos. En este análisis se aprecia la segmentación de la inserción ocupacional de los peruanos: hombres en un nicho ocupacional, mujeres en otro y que ese patrón es diferente del que presenta la población nativa.
La situación presenta metamorfosis cuando analizamos los datos correspondientes al año 2010. En la figura 3 se visualiza la estructura ocupacional de la población argentina. En la figura 7 se presenta la correlación entre las variables y las principales dimensiones: escolarización vinculada a la dimensión 1 y ocupación y sexo a ambas. Nuevamente, el clivaje de género es fundamental para analizar la inserción diferencial tanto de hombres como de mujeres. Los hombres vinculados a tareas de transporte, industria, comercio y construcción fundamentalmente y las mujeres a trabajos en el rubro salud, artes y servicios, en tanto que se aprecia la correlación entre determinadas actividades por género y niveles de escolarización.
En la figura 4 se presenta la estructura ocupacional de los peruanos. La correlación entre las variables y las principales dimensiones se observa en la b. La variable sexo relacionada a la dimensión 1 y las variables movilidad y escolarización vinculadas fundamentalmente a la dimensión 2. En tanto, la ocupación esta correlacionada con ambas dimensiones, aunque presenta más cercanía con la dimensión 1.
El clivaje de género continua estructurando las desiguales inserciones ocupacionales. Los hombres se vinculan a dos ocupaciones principales: la industria y la construcción y las mujeres al trabajo doméstico. Cuando analizamos la dimension 2, se aprecia la correlación entre la temporalidad del movimiento migratorio y la escolarización: la migración más antigua (antes de 1991) con mayores niveles educativos, la corriente de 1991-2001 más correlacionada con niveles educativos primarios y la corriente de 2001-2010 con niveles educativos secundarios.
A diferencia del año 2001, en el caso de los hombres dos ramas ocupacionales emergen como relevantes: la construcción y la industria. Sin embargo, cuando consideramos la contribución de cada variable a la formación de los ejes se observa el mayor peso de la industria como espacio laboral principal. En el caso de las mujeres se observa una estabilidad de la relevancia del trabajo doméstico como principal inserción ocupacional, confirmado por la contribución mayor de la categoría mujer y trabajo doméstico a la formación de los ejes.
Al respecto del cambio en la proporción de peruanos que trabajan en la industria, resulta más probable que las nuevas cohortes migratorias se inserten en espacios laborales nuevos antes que cambien de trabajo quienes ya están ocupados. En la figura 4, puede observarse que los llegados entre 2001-2010 son los que más se asocian con el trabajo en la industria.
La mayor relevancia de la inserción en el sector de la industria que puede observarse en el censo 2010 revierte el proceso de desindustrialización de los años 90. Como señalan Abeles y Amar (2017), el crecimiento del sector de la manufactura en conjunto (en el periodo posconvertibilidad) se produce por un cambio en las condiciones macroeconómicas, la expansión del mercado interno y la demanda proveniente de Brasil (llegando a representar el 40 % de las exportaciones). Esta metamorfosis en la estructura ocupacional implicó una fuerte importancia de la industria manufacturera (por ejemplo, entre el 2003 y el 2011 el número de puestos registrados en la seguridad social creción un 57 %, de casi 800.000 se pasó a 1.26 millones con un ritmo anual del 5.9 %) (Abeles y Amar, 2017). Estos cambios tuvieron impacto en las modalidades de incorporación laboral de los migrantes en la ciudad de Córdoba.
Ante este nuevo escenario, las categorías analizadas con datos censales no permiten desagregar por el tipo de actividad que se desarrolla en la industria manufacturera para analizar el nivel de intensidad tecnológica en hombres y mujeres y entre peruanos y argentinos. Al respecto, Abeles y Amar (2017), señalan que si bien la industria manufacturera creció considerablemente en el periodo posconvertibilidad en Argentina lo hizo en base a sectores existentes y de intensidad tecnológica baja y media-baja. Este proceso, según los autores, no implicó una reversión de la desarticulación productiva entre las distintas ramas de la industria ni de estas con el resto de la economía. Por el contrario, se produjo un proceso de extranjerización donde los sectores manufactureros en los que fue más intenso perdieron mayor contenido local. En ese sentido, el capital extranjero no parece haber impulsado el desarrollo de determinadas industrias clave ni disminuyó la heterogeneidad estructural de la Argentina. Es decir, según algunos autores (Abeles y Amar, 2017), en la estructura productiva subyace un proceso iniciado en la década de 1970 (y que fue más pronunciado en la década de 1990) de desnacionalización de la cúpula fabril, donde capitales extranjeros adquieren empresas estatales o de capital nacional y este proceso persiste durante la posconvertibilidad.
Discusión y Conclusiones
El objetivo de este artículo fue analizar la incorporación laboral de los migrantes peruanos en la Ciudad de Córdoba en el periodo 2001-2010. Uno de los ejes fue considerar a la ocupación como un elemento estructurador de relevancia dentro de las múltiples dimensiones que adquiere la desigualdad. Como observamos, existen interacciones entre las dimensiones de género, nacionalidad y ocupación que gravitan cuando analizamos las alteraciones en las condiciones de incorporación laboral.
La discusión académica sobre la incorporación de los migrantes gravitó en torno a dos macro tradiciones analíticas: las perspectivas asimilacionistas, tanto en las versiones clásicas como contemporáneas, y otras que centraron sus análisis en los condicionantes de la sociedad de destino. Esta discusión tuvo su contrapartida en Argentina en general y en Córdoba en particular, tanto en el periodo de las denominadas migraciones masivas como el actual, caracterizado por las migraciones regionales de países vecinos. En ese contexto, el objetivo de este trabajo fue analizar la incorporación laboral de los migrantes peruanos en la Ciudad de Córdoba considerando en primer lugar el grado de concentración/dispersión en ramas de actividad y la visualización de las estructuras de incorporación en segundo lugar. En perspectiva comparada, se analizó las estructuras de incorporación laboral tanto de nativos como de migrantes peruanos.
El análisis se produce en el marco de la interacción de tres procesos: a) la modificación de la estructura laboral en Argentina, b) un proceso migratorio peruano de larga data a la ciudad de Córdoba y c) la implementación de políticas públicas destinadas a simplificar y facilitar la regularización administrativa personas de extranjeros. Las explicaciones sobre la incorporación de los migrantes peruanos en la ciudad de Córdoba dieron cuenta de una incorporación segmentada (Bologna y Falcón, 2016); sin embargo, la disponibilidad de datos sobre la ocupación de las personas migrantes en el periodo 2001-2010 muestra una mutación en las principales actividades ocupacionales.
Los resultados obtenidos muestran que el clivaje de género presenta estabilidad como un mecanismo que explica las inserciones diferenciales y donde las mujeres persisten en ocupaciones específicas en el periodo considerado. Esto apoya la hipótesis de una incorporación segmentada para las mujeres. Sin embargo, también se observa una variación, ya que, aunque la categoría más frecuente sea el servicio doméstico en ambos momentos censales, la menor proporción de ellas allí empleadas indica que otras ocupaciones van abriéndose camino entre las opciones. Las investigaciones llevadas a cabo en la ciudad en términos espaciales señalan la estabilidad del clivaje de género como mecanismo estructurador de las desiguales incorporaciones tanto laborales como espaciales (Gómez y Sánchez Soria, 2016 y 2017).
En el caso de los hombres el rasgo saliente es el trasvase hacia la industria como principal ocupación, acompañando el proceso de industrialización en el periodo analizado. Estos procesos implican que existe alguna forma de movilidad laboral, pero además puede inferirse que esta es ascendente: de construcción a la industria; hay una diferencia al menos en la estabilidad, ya que el trabajo en la segunda tiene menos fluctuaciones cíclicas que en la primera.
Los cambios que se observan hasta aquí van en dirección de señalar que existe cierto grado de movilidad ocupacional ascendente en el análisis de los stocks migratorios, que no se condice con lo que anticipa la teoría de los mercados de trabajo segmentados. Es posible que las condiciones de inserción en esta provincia sean, para los migrantes de estos orígenes, más favorables que en otros destinos con mercados de trabajo también segmentados.
Lo que se observa es una alteración de las ocupaciones desplegadas por los migrantes; se sugiere que, en el proceso, el stock de inmigrantes (en constante renovación y expansión) iría incorporándose a la sociedad receptora de un modo que se asemeja al modelo clásico de asimilación. Sin embargo, hay segmentación en este proceso, pero esta se produce a través del género como un clivaje perdurable de desigualdad.
A partir de las correlaciones observadas en análisis multivariado de correspondencias, se infiere que es el cambio en la estructura productiva lo que explicaría el aumento en la proporción de migrantes en el sector de la industria y no la movilidad per se de las personas migrantes a través del cambio de ocupación. Como observamos, los migrantes llegados en el periodo 2001-2010 son los que se asocian a trabajos en el sector de la industria.
Así, en cierta medida, las personas inmigrantes con determinadas composiciones de clase tendrían posibilidades de movilidad ocupacional semejantes a las de los nativos en los mismos segmentos de clase, y estas no estarían dadas por la condición de migrantes, sino por las oportunidades de movilidad social que provea la sociedad receptora en el marco de una estructura de clase. Sin embargo, es necesario avanzar más en la descripción detallada de otros aspectos de las condiciones laborales, como la formalidad y la sobrecalificación para analizar si estos cambios constituyen mejoras o no y las características de la tarea desarrollada en la industria